EC —Pero ¿qué debió haber hecho el Gobierno o en particular el MGAP a propósito de Treinta y Tres? Se lo pregunto teniendo en cuenta lo que decía ayer cuando lo entrevistábamos el ministro interino, Enzo Benech: “Tomamos esta medida porque nos parece lo más urgente, no se pueden morir los animales que están teniendo dificultades serias para alimentarse por sí mismos por el agua que cubre buena parte de los campos; esa es la prioridad”.
Pienso ahora en lo que usted plantea, ¿cómo se podría beneficiar o compensar otras actividades del agro, como las plantaciones de arroz o de soja, desde el Poder Ejecutivo?
DS —Hay una Asociación de Cultivadores de Arroz muy fuerte en este país, creo que tiene que haber conversaciones con esa asociación. Se pueden perder muchísimas hectáreas, de soja ya están perdidas o semiperdidas. Por lo tanto me parece excelente y vemos con mucho beneplácito el hecho de que hayan provisto esta suplementación alimentaria, pero Treinta y Tres no es solamente ganadería.
EC —Por eso le preguntaba: ¿qué tipo de medidas podrían adoptarse con relación al arroz o la soja? ¿Qué podría hacer el Gobierno?
DS —Con respecto al arroz, hay una asociación fuerte, tiene que hablar con ellos, igual que con la soja. Con respecto a los animales me parece bien la suplementación alimentaria, pero le advierto al país que de Treinta y Tres y del sector arrocero salen US$ 450 millones de exportación. Se consume solo un 5 % del arroz, todo lo demás se exporta, por lo tanto tiene que ser una preocupación importante. ¿Qué pasa si se pierde todo ese arroz y los trabajadores, que son 2.000, 3.000, 4.000 personas, no pueden acceder el año que viene a una actividad laboral? Es complejo.
Y con respecto a la infraestructura de caminos no vemos que nos ayuden como ayudaron a otros departamentos.
EC —¿Ustedes tienen una estimación de cuántos son los kilómetros de caminos vecinales que han sido afectados?
DS —Tenemos, pero el otro aspecto es que todavía tenemos gente en los refugios, que no se ha podido ir a la casa. El río Olimar creció, es una creciente histórica casi como la de 2007 y todavía hay más de 200 personas en refugios; recién hoy, después de 10 días, la estamos trasladando. La centralidad son los seres humanos, es la gente, hay que resolver esto. Cuando bajen los ríos y las aguas que están en el sector productivo hay que hacer una evaluación. Además está el tema de cómo van a ayudar al sector arrocero. Si usted me pregunta cómo lo pueden ayudar, no sé. El sector arrocero es muy importante para el país, en Treinta y Tres se plantan 40.000 hectáreas de arroz, que es una enormidad con respecto a lo que se planta en otros departamentos, es el departamento donde se planta más arroz. La soja igual.
Entonces tenemos tres aspectos, el aspecto de la gente, el aspecto del sector productivo y del trabajo, y el tema de la infraestructura, la caminería, porque está todo destrozado.
EC —¿Qué pasa? ¿No está habiendo un buen diálogo entre su departamento en particular y el Gobierno nacional?
DS —La realidad nuestra es que vivimos de esto. No tenemos costas, no tenemos industrias, no tenemos un sector de servicios importante; había unas empresas que se iban a instalar en Treinta y Tres y no se instalaron, una cementera, y estuvo el tema de Aratirí que tampoco se instaló. Vivimos del sector primario, y si no tenemos una solución para el sector primario, para las cabezas de ganado, el arroz, la forestación, la soja, va a ser una hecatombe.
