EC —¿Y el caso Santiago Maldonado cómo juega en todo este cuadro?
RLM —Es un hecho muy desgraciado. Creo que el más se beneficiaría de que se encontrara a Maldonado sería el propio gobierno. Las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas en Argentina, al igual que en Uruguay, están totalmente subordinadas al gobierno civil. Creo que nadie en su sano juicio imagina que el presidente ordenó que este hombre fuera desaparecido de manera forzada.
EC —Ese es el implícito en las denuncias.
RLM —Pero nadie en su sano juicio puede creer…
EC —Que las fuerzas de seguridad están subordinadas al poder civil, pero que ese poder civil les “ordenó” una desaparición.
RLM —Eso es absolutamente absurdo. Yo puedo tener muchas diferencias con el presidente Macri, pero estoy absolutamente seguro de que ni él ni la ministra Seguridad hicieron eso, ni el jefe de la Gendarmería ni el jefe de la regional de Gendarmería, ni el jefe del escuadrón, ni el jefe del pelotón.
EC —En cualquier caso, no parece muy hábil el maneo que han hecho del caso, por lo menos en las primeras semanas.
RLM —Eso es verdad, hubo muy manejo comunicacional y no se tuvieron en cuenta los traumas que tiene la sociedad argentina con estos temas y la importancia que tenía transparentar las acciones con suma claridad. Fíjese que en la descripción de la represión, y fíjese el bajo equipamiento de nuestra fuerza, está que los gendarmes reprimían tirando pedradas. ¿Se imagina a la Republicana reprimir tirando pedradas? Es una cosa increíble. Pero de ahí a inferir que esa fuerza, en ese estado de precariedad, está en condiciones de hacer un operativo con 40 hombres manteniendo el silencio y desapareciendo a una persona… va contra el sentido común más elemental.
EC —En resumen, used imagina para las elecciones de octubre a un Cambiemos que crece, que supera ese 40 % que tuvo en las paso.
RLM —Me parece que va a tener circunstancias más favorables. Nunca se sabe en una elección, pero creo…
EC —De todos modos, eso no va a ser suficiente para que tenga mayorías en el Congreso.
RLM —No va a tener mayoría.
EC —Lo que está en juego acá es la renovación de un tercio del Senado y la mitad de la Cámara de Diputados. Eso lo que va a hacer es que el oficialismo pase a tener un número de diputados que va a bloquear… Vio como en la Constitución uruguaya, que si usted tiene dos quintos ya no lo pueden obligar… Usted va a poder impedir que le hagan injuria, no va a poder aprobar medidas.
EC —Hoy Cambiemos tiene 17 senadores en 72.
RLM —Exactamente. Y va a pasar a tener alrededor de 25, 26. Y va a pasar a tener de 84, 85 diputados a tener 110. El número clave ahí es 130, a eso no va a llegar. El número clave en senadores es 36, tampoco va a llegar.
EC —Por eso las negociaciones que va a tener que enfrentar.
RLM —Inevitable…
EC —Va a tener que seguir negociando.
RLM —Y haciéndose cargo de los problemas. Usted tiene que negociar pero no puede olvidar que usted es el oficialismo, el oficialismo se hace cargo de los problemas, no trata de que sea culpa de los demás.
EC —¿Usted ve a Macri como un intervalo entre gobiernos peronistas o como un punto de inflexión que inaugura un período largo de gobiernos de otro signo, llamémosle liberales?
RLM —Macri no es liberal ni tiene nada que ver con eso.
EC —¿Cómo lo califica usted?
RLM —Ellos se llaman a sí mismo desarrollistas, esa coalición está constituida por elementos socialdemócratas, es una coalición muy amplia. Además en Argentina esto de llamarse liberal, a pesar de que Juan Bautista Alberdi, el creador de nuestra Constitución, era un caracterizado liberal, un intelectual liberal a escala internacional, Leandro Alem lo fue también. A pesar de todo eso, en Argentina los que somos liberales verdaderos, que es esto de tener un país con división de poderes, con libertad de prensa, con tolerancia a los gustos y preferencias de los demás, con convivencia pacífica, con una economía de mercado, eso a mucha gente le choca, le tiene miedo, la han estigmatizado la palabra. Por eso ellos jamás se van a decir liberales. Yo sí me digo a mí mismo, eso no lo oculto.
EC —Pero ¿usted ve que viene una secuencia de gobiernos desarrollistas o vuelve el peronismo?
RLM —NO estoy seguro, sí sé que va a haber un proceso de reestructuración muy fuerte del peronismo y ese proceso va a requerir tiempo. En la medida en que Cristina esté ahí flotando los divide, los traba. Como dijo el senador Piccetto: “nos dividió el ejército antes de la elección, usando es figura de las películas americanas del general Custer, que dividió la columna antes de enfrentar a los sioux, el senador Piceto, que preside el bloque justicialista dice “dividió el ejército frente a la elección”. Y eso es verdad, ella dividió las fuerzas frente a la elección y las lleva a una derrota. Eso no es inteligente y es difícil mantener el liderazgo haciendo esas cosas.
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EC —Estamos muy pendientes de la economía y de la política argentinas, nos interesa saber entre otras cosas cómo nos pega a nosotros lo que pasa del otro lado. ¿Qué impresión tiene del escenario en cuanto a su repercusión acá?
RLM —Creo que es muy favorable para Uruguay en dos dimensiones. Primero, la actitud es mucho más amistosa del actual gobierno de Argentina hacia Uruguay de lo que era el anterior. Y en segundo lugar, lo que es un problema para Argentina, que es ese déficit, ese atraso cambiario, para los uruguayos es una bendición porque van a venir a veranear a las playas uruguayas en masa.
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Transcripción: María Lila Ltaif
