
EC —Las tensiones que pudieran haber quedado entre los dos equipos, que muchas veces quedan, ahí aflojan de golpe.
SP —Sin duda.
EC —En el fútbol cada tanto se hace un tercer tiempo, pero es todo un acontecimiento, justamente porque es la excepción.
SP —Sí, sin duda. A ver, creemos que el futbol también tiene muy buenos valores, somos deportistas antes que rugbistas.
EC —Que no se les vaya la mano, que no coloquen al rugby como “lo perfecto”, lo máximo.
AN —Exactamente. A veces nos pasa eso, pero todos los deportes son buenos y todos tenemos hijos y no todos nuestros hijos juegan al rugby. Yo tengo hijas que juegan otros deportes y creo que son muy formativos también. Pero el rugby tiene ciertas características, ciertas cosas que lo hacen diferente, la gente en el rugby por lo general no cambia tanto de equipo, entonces el grupo se va manteniendo mucho más, tú extendés esa amistad con tu grupo más allá de la cancha, más allá de lo que dura tu carrera deportiva. Hay una cantidad de cosas que hacen que el grupo humano sea muy fuerte.
EC —¿Y eso pasa en todo el mundo, no solo en los países donde el rugby es amateur? Porque el uruguayo es amateur. ¿Cuando el rugby es profesional se mantienen esas características?
SP —Sí; si bien existen algunos cambios, porque es profesional, se mantienen mucho esas características. Por ejemplo, el rugby no es un deporte en el que el jugador, por más profesional que sea, termine transformándose en un Suárez o en un Maradona o en un Messi. Entonces no hay esas diferencias de salarios entre unos jugadores y otros, es todo mucho más uniforme, mucho más parejo. Es difícil que mañana a un jugador de la selección, no sé, de Gales lo tienten y le paguen muchísimo dinero para irse a otro lado. No ocurren tanto esas cosas. Pueden ocurrir, pero son contados con los dedos de las manos los jugadores que puedan llegar a tener interés desde el punto de vista comercial o marketinero y que emigren de unos equipos a otros.
***
EC —Alejandro, contanos a propósito de lo que encuentran en el terreno. Con Pelota al Medio a la Esperanza, con estos acuerdos con la ANEP, con los municipios, Los Teros ya han concurrido a barrios como Marconi, Casavalle, Carrasco Norte, Malvín Norte, entre otros. Van para que los botijas, para que los jóvenes de escuelas y liceos se aproximen a este deporte. ¿Con qué se encuentran? ¿Cómo es la reacción?
AN —Es difícil. Ellos principalmente fútbol…
EC —Ahí está, ¿cómo los convencen de que tienen que correr con esta pelota debajo del brazo y en algunas ocasiones pegarle una patada, pero solo de esa manera?
AN —Básicamente intentamos que entren en contacto con esta cosa nueva que pica para todos lados, y a partir del juego vamos incluyendo a todos.
EC —¿Los conocen? ¿Saben quiénes son Los Teros?
AN —Algunos sí y otros no. La mayoría te diría que no. El Mundial fue un disparador, hizo que muchos chicos conocieran más el seleccionado de rugby. Pero a través de juegos y cosas cognitivas para que vayan reaccionando vamos haciéndolos meter en el deporte y de a poquito van agarrando gustito. A muchos les gusta realmente y de hecho preguntan por clubes y les recomendamos, y otros simplemente participan, ya que no vamos a hacer un deporte de contacto en las primeras sesiones. Y se divierten como todos.
EC —¿Es obligatorio? ¿Es voluntario?
AN —En el programa en la Escuelas de Oficios de Tacurú en Marconi son totalmente voluntarios todos y ahí tenemos un grupo de más o menos 30 chicas y chicos en lista, pero más o menos 15 en cada práctica, de diferentes edades, que van absolutamente a todas las prácticas y ya se armó un grupito más parejo. Todo el tiempo estamos avanzando en contenidos y en valores. Y por otro lado tenemos los talleres con liceos, este año vamos a recorrer 10 liceos, les vamos a dar tres sesiones de rugby con un tercer tiempo incluido. Ahí es una muestra.
EC —Es una muestra, no es continuo el trabajo.
AN —No, si bien cerramos con un tercer tiempo la actividad, hay un monitoreo para poder seguir el año que viene. Principalmente trabajamos con liceos que realmente necesiten este tipo de actividades.
EC —Siendo de esas formas el trabajo, acotado en el tiempo, ¿deja huella efectivamente? ¿Qué impresión tienen?
AN —Creo que sí, de hecho por ejemplo estuvimos en Rincón del Cerro y hubo chicos muy interesados que ahora van al Prado a entrenar rugby. Es una alegría. De todas maneras, esos liceos todavía tienen contacto con Pelota al Medio, no es que los atacamos por el lado del rugby y se terminó. Siguen y el programa trasmite valores.
EC —Pelota al Medio a la Esperanza maneja varios deportes.
AN —Varios deportes, atletismo, futbol, talleres de género, ataca por todos lados a los chicos. Están estimulados todo el tiempo.
EC —Sebastián, esto lo mirás de costado, no estás metido estrictamente en esa línea.
SP —Exactamente, la URU apoya mucho. Ale es un gran referente de la URU, porque es el vicecapitán del seleccionado mayor, y por lo que te decía de la jerarquía en el rugby, él ocupa un lugar muy importante. De alguna manera es quien representa a la URU en esta área; nosotros lo seguimos y lo apoyamos, pero el que está al frente y en la cancha es él.
EC —¿Cuántos son los que están en esta línea del rugby social?
AN —Somos dos, yo y Matías Benítez. Y tenemos el apoyo de otros profes del programa, no directamente de rugby pero que nos apoyan todo el tiempo. Vamos a los liceos y allí nos ayudan mucho los profesores de Educación Física, que van con los chicos, porque intentamos sacarlos del contexto en que se encuentran y los llevamos a una cancha de rugby, por ejemplo en la rambla o un campo deportivo, al Charrúa. Por ese lado atacamos todos los sentidos del chiquilín.
EC —¿Cómo funciona? ¿Qué cambios notan en los niños o jóvenes que se involucran?
AN —En esa parte me parece más interesante comentar sobre Marconi, la Escuela de Oficios de Tacurú, donde los chicos capaz que son un poco más violentos a la hora de tratarlos, tienen mucho contacto físico. El cambio en estos meses ha sido notable, sobre todo en actitud frente al deporte y en cuanto al compromiso grupal. Son chicos que tienen algunas carencias en el hogar, algunos sí y otros no tanto, y buscamos roles para todos. Tenemos dos chicas que no quieren participar pero quieren ir, entonces están ahí, tienen su rol, apenas llego les doy la lista para que la pasen, se suman a la ronda. Comenzamos siempre con una ronda para sentirse parte del grupo y finalizamos de la misma manera.









