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Entrevista central, miércoles 29 de junio: Enrique Topolansky

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EC —Hablemos del CIE. Algo ya quedó dicho en las respuestas anteriores, pero ¿cómo funciona exactamente?

ET —Lo primero que hay que destacar es que el CIE es un ecosistema. Quizás esa palabra nos dé un poquito de incertidumbre o nos genere una sensación poco clara. En realidad, el CIE funciona como una gran red que vincula lo que tiene que ver con la oferta y la demanda. Por un lado tenemos estudiantes, estudiantes a los que estamos sensibilizando, inspirando para que emprendan. Y por otro lado tenemos necesidades que están latentes en la sociedad, en las empresas, en el contexto del país.

El CIE vincula el potencial que tenemos de conocimiento, de gente que quiere emprender, con esas necesidades que están latentes en la sociedad o en las empresas. Actuamos como puente. Cuando un estudiante tiene una idea, un deseo de llevar adelante un emprendimiento, lo que hace es vincularse al CIE.

Tenemos un proceso muy simple porque la clave de esto es que sea simple y ágil, al que le llamamos Postulá tu Idea. Es un formulario en el que hacemos tres preguntas que para nosotros son la clave de este proceso. Primero: qué problema o necesidad lo lleva a innovar o emprender. Segundo: cuál cree él que es la solución a este problema o a esta necesidad. Y tercero, que es importantísimo: cuál es el equipo. Porque hay grandes mitos de que el emprendedor es un superhéroe que la hace solo, y esto es una gran mentira; siempre hay equipos, hasta en los casos más destacados que vemos permanentemente como Apple y Steve Jobs; se hace famoso Steve Jobs pero en realidad siempre hay equipos. Entonces esas son las tres cosas que preguntamos.

EC —¿Y a partir de las respuestas cómo sigue el proceso?

ET —Nosotros tenemos lo que se llaman “gestores”. Estos gestores reciben al estudiante, se fija una entrevista, y en esa entrevista lo que buscamos detectar es si esta persona está decidida a llevar adelante el proyecto. Entonces le hacemos preguntas que tienen que ver con el compromiso: ¿cuántas horas le vas a dedicar a este proyecto? Entran al CIE y en el CIE tenemos una canchita de básquetbol.

EC —¿Ahora?

ET —Ahora.

EC —Esa es una de las novedades; por eso los 150 m2.

ET —Exactamente.

EC —Ahora vemos más a fondo qué implica esta etapa nueva, pero ya sabemos por lo menos que hay una canchita de básquetbol.

ET —¿Y por qué es esto? Porque cuando en este proceso ellos presentan esta idea, llegan al CIE y muchas veces —y esto es parte de la actitud que nosotros combatimos— la gente tiene ideas pero se queda solamente en la idea. No son ejecutores, no convierten la idea en acción. Y una idea sin acción claramente es un desastre, no es un emprendimiento. Esas ideas que quedan dando vueltas y quedan como algo pendiente.

Entonces lo primero que le preguntamos es “¿cuánto tiempo y qué estás dispuesto a arriesgar para llevar adelante este proyecto?” Y en general esa pregunta no se la han hecho. Encontramos que no se hacen esas preguntas básicas. Entonces lo que intentamos en ese momento —y es el porqué de la canchita— es que tiren al aro. Cuando tiran al aro, lo normal —dado que el aro es chiquito, debe tener unos 10 cm de boca— por lo general le van a errar. Entonces cuando le erran viene la pregunta obligada: ¿qué podés hacer tú para lograr el resultado de embocar esta pelota? Y claramente la respuesta es “tengo que entrenar”.

Y ahí, al vivenciar esta experiencia, les hacemos notar que el emprendimiento necesita lo mismo. Necesita dedicación, transpirar la camiseta, muchas horas enfocadas en lograr conseguir el sueño. Y viene la pregunta ¿cuántas horas te vas a dedicar y qué estás dispuesto a arriesgar? Y en general en esa etapa de la vida lo que el estudiante arriesga es su tiempo. Si no es capaz de arriesgar al menos su tiempo y dedicarle una determinada cantidad de horas, que nosotros pedimos que sean diez horas semanales, el CIE no es un lugar para él. Por suerte la gran mayoría nos dice que sí y efectivamente comienzan a venir al CIE y a tirar al aro. A partir de ese punto, comenzamos a trabajar con tutores, mentores, para lograr validar la idea de negocio.

EC —¿Qué quiere decir “validar”?

ET —Quiere decir verificar, lo más empíricamente posible, que existe la necesidad que ellos ven y que son capaces de agregar valor. Este es un proceso que puede llevar tres meses, seis meses, un año, y muchas veces fracasar. Porque cuando el emprendedor llega, por lo general tiene su sueño, tiene su visión del problema. Y el gran desafío es lograr que él tenga, u obtenga, la visión de quién tiene el problema. Es muy fácil emprender, como me gusta decir, desde la oferta, emprender desde el “yo sé que cuando vengo a la universidad es muy difícil estacionar”. Entonces, vivo un problema, y a partir de ahí se me ocurre una solución.

Ahora, ¿qué se yo de logística, qué sé yo de cómo optimizar los espacios para estacionar, qué sé yo de regulaciones? Si yo no sé nada de eso, estoy emprendiendo en base a que tengo una intuición, pero necesito conocer el punto de vista de el problema en sí mismo, de quien sufre ese problema y está administrando esa situación. Ese paso es el que nosotros llamamos “validar”: definir el alcance del proyecto, encontrar los factores involucrados en el proyecto, meterse en la piel de sus actores, saber qué hacen, saber cómo tienen el problema, cuándo se produce, qué tanto les impacta, qué costo tiene para esa persona.

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