EC —En ese cambio incidió de manera importante la capitalización de US$ 600 millones que se resolvió a comienzos del año pasado.
MJ —Sin duda. Pero hubo US$ 100 millones que se lograron a partir de hacer esa diferencia entre los ingresos y los costos. Nosotros entendemos que la gente espera más y estamos comprometidos a empezar a trasladar lo antes posible las eficiencias a las tarifas, pero nuestra prioridad es ser una empresa viable. Por eso insisto en explicar la necesidad de hacer viable la empresa.
La otra cosa que se hizo, que también tiene que ver con el patrimonio, es en los libros afinar el valor de los activos al que efectivamente tienen. Por ejemplo, en el pórtland se terminó de hacer lo que se llama deterioros, que son contables. Para hacer todo eso hace falta tener un patrimonio que esté en línea con las dimensiones de Ancap, y empezamos a tener esa base sólida. Creo que esas son las cosas más importantes para resaltar del año. Era una decisión que no tenía mucha alternativa, era lo que había que hacer.
EC —¿Cuál?
MJ —La de saldar deuda y mejorar el patrimonio. Eso marcó el año pasado. Y después las medidas para gestionar mejor. Ahí resalto que tenemos un plan para el pórtland, que nos va a permitir conseguir un ahorro genuino.
EC —El diario El País publicó unos cálculos en estos días según los cuales en 2016 en total Ancap ahorró US$ 52 millones al no trasladar los menores costos de crudo que tuvo durante buena parte del año al precio de los combustibles dentro del país. Si se hubiera “sincerado” el precio del barril en las tarifas, ¿Ancap habría tenido pérdidas?
MJ —¡Por supuesto! El precio del crudo se reduce US$ 1 por barril; si Ancap procesa 15 millones [de barriles], son US$ 15 millones. Tiene mucho que ver eso. Y luego tiene que ver el tipo de cambio, porque pagamos en pesos. Entonces tenemos una ganancia de US$ 15 millones, no es demasiado.
EC —Pero ¿usted comparte este número?, ¿Ancap ahorró US$ 52 millones al no trasladar los menores costos del crudo?
MJ —Sí, es un orden de magnitud correcto. Mirando el balance se llega a esa conclusión fácilmente.
EC —¿Cómo observa los planteos que vienen con tanta insistencia del sector productivo a propósito de que el precio de los combustibles está pegando de manera negativa en la competitividad?
MJ —Estamos comprometidos a trasladar lo antes posible los precios a las tarifas. La fijación de precios involucra otras variables que exceden las competencias de Ancap; las fijamos junto con el Poder Ejecutivo y la prioridad que nos establecimos fue sanear la empresa para luego estar en condiciones. Ahora tenemos otro aire y estamos empezando a ver también cómo evoluciona el crudo, que este año va a estar un poco más caro que el año anterior; el tipo de cambio está bastante estable. Estamos monitoreando constantemente y manifestamos públicamente el compromiso de buscar la oportunidad de trasladar las tarifas.
EC —Veamos algunas de las unidades de negocios. En el caso de ALUR (Alcoholes del Uruguay) hubo pérdidas de US$ 9 millones el año pasado. Pero curiosamente en años anteriores había dado ganancias. ¿Cómo se entiende esto?
MJ —Hubo un deterioro de los activos. Como le decía, tratamos de reflejar en los libros el verdadero valor de los activos en función de su capacidad de generar ingresos. Estamos renegociando –es una subsidiaria–, bajando el costo de los biocombustibles que le compramos a ALUR.
Creemos que fue un año positivo y esperamos poder profundizar todos estos cambios. Hay procesos que son largos y estamos en camino. Estuvimos nueve meses –yo personalmente–, el directorio estuvo completo en junio, el gerente general entró en octubre. Estamos terminando de formar equipos y de echar a rodar planes bastante concretos, y empezamos a ver los primeros resultados.
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Nota: La entrevista debió interrumpirse en este punto debido a que la ingeniera Jara tenía que atender otros compromisos. En las gestiones previas la presidenta de Ancap había solicitado que la nota no se extendiera más allá de los 10 minutos.
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Transcripción: María Lila Ltaif
