
RA —¿Cuánto es el seguimiento que ustedes hacen con relación a lo que puede ser la libertad del autor?
JO —Para nosotros la relación con el autor es lo fundamental. El autor es el capital de la editorial, es el trabajador que brinda el trabajo que nosotros publicamos. El autor siempre tiene la última palabra, por lo menos con nosotros, en las cuestiones de contenido, salvo que sean cuestiones muy visibles o muy problemáticas. Pero siempre se trata de que el autor tenga la máxima libertad y la última palabra.
NB —¿Algún ejemplo que se haya desarrollado de esa manera, tener la idea, identificar al autor y empezar a trabajar?
JO —Por ejemplo un invitado que tuvieron aquí en En Perspectiva, Santiago Díaz, con un libro que anduvo muy bien, Defensor del 76. Una vuelta a la historia. Mi planificación anual va viendo qué aniversarios hay el año siguiente, entonces un año antes, en 2015, le propuse a Santiago: “El año que viene se cumple el aniversario de Defensor del 76, me interesaría hacer este libro contigo”. Le dimos una vuelta, no queríamos que fuera un libro exclusivamente de fútbol, sino que tuviera un contenido periodístico y de investigación histórica, y salió un libro que ha recibido muy buenas críticas, que está caminando muy bien en librerías. El acompañamiento con Santiago fue continuo, más que nada como apoyo al autor, y también comentándole “vamos por acá, vamos a encarar el libro así, vamos a estructurarlo de esta manera”. Pero te encontrás con distintos autores, hay autores que les soltás la piola y son una máquina y te dan prácticamente el libro terminado, y otros que tenés que acompañar mucho más el proceso. Es un desafío para las editoriales hacer que gente que no es autora de libros, que no viene del palo del libro, que no son escritores consumados, que no viven del libro, que tienen otros trabajos, se conviertan en autores. Es un desafío que en los primeros libros cuesta un poco, pero tiene grandes réditos como impulsar a que gente a la que se la veía solamente como periodista de radio saque un excelente producto literario.
NB —Martín, me imagino que en la narrativa, la poesía, en lo que más foco hacen Hum y Estuario, el trabajo es distinto. Imagino que la relación del autor con su obra es mucho más personal y tu trabajo termina siendo otro.
MF —Sí, a nivel de edición. Está bravo, hemos tenido complicaciones. De repente el autor que menos te imaginás es el que más te reclama o te pide a nivel de edición, y de repente ser cuidadoso y no tocarle demasiado el texto a otro te puede llevar a problemas. Por ejemplo, Cristina Peri Rossi hace tres décadas que vive en España y los libros que le estamos publicando en Uruguay son exactamente el mismo texto que publicó en Barcelona, y a la hora de querer modificarle términos, frases, incluso conceptos, ella nos explica que no, que en España es de esa manera, que es como ella lo escribió y te sentís un atrevido. Sin embargo se da lo otro también, que por un tema de cuidado te reservás ciertos comentarios y el autor te lo termina comentando, “¿Por qué no me lo dijiste?”, “Y, me pareció un atrevimiento”. Es clarísimo que en no ficción laburás bastante más el texto, la investigación, laburás mucho más con la correctora, hay un ida y vuelta bastante mayor.
NB —En el caso de ficción, de narrativa, de poesía, también hay un trabajo previo de identificación, de seleccionar qué autores vale la pena publicar. Y en el caso de autores ya consagrados, que ya trabajan con la editorial, decir “te voy a publicar un nuevo título”. ¿Cómo funciona eso, en ambos casos?
MF —Más que valer la pena, ahí lo que juega es el atrevimiento con uno mismo. Si yo estuviera en el lugar de Joaquín o de Julián ya me habrían echado hace rato, como editorial independiente te das… ni siquiera lujos, pero en esa cosa de pyme realmente pequeña –en la editorial somos cuatro– publicás lo que querés. Yo hace rato que vengo diciendo, porque realmente me pasa a diario y parece un chiste, pero es así, que vivo perdiendo todas las apuestas, desde la elección de un título. Entonces en eso de que publicamos lo que queremos como que deja de importar si va a funcionar o no, eso te lo termina dictando el tiempo.









