
RA —¿Cómo definirían la situación que atraviesa el mercado editorial uruguayo actualmente? ¿Se está vendiendo más o menos?
JO —Creo que no ha bajado, hay una atomización de títulos, de temas, pero no ha bajado enormemente. Hay una retracción de la venta, como ha mostrado el mercado en el último siglo…
RA —¿Una retracción desde cuándo?
JO —Este año principalmente. Muchos de los libros que publicamos este año, si los hubiéramos publicado en el 2010 habrían sido un boom de ventas, habrían explotado mucho más. Hoy la gente tiene que optar, antes compraba tres libros por mes y hoy compra uno o dos.
RA —Lo vinculás concretamente a la desaceleración económica.
JO —Sí, no al trabajo; de hecho la cantidad de títulos de todas las editoriales se ha mantenido, se está sacando el mismo número de títulos que el año pasado o el anterior.
RA —Pero están imprimiendo menos.
JO —Se imprime menos porque se vende menos, pero la cantidad de títulos es la misma. Hay un menor tiraje tal vez o no se reimprime, no hay nuevas ediciones, porque no se vende tanto.
NB —Justamente, ¿qué tipo de decisiones implica un momento como este en el cual no se está vendiendo tanto o se están estancando las ventas? Uno podría pensar que se imprime menos, pero leí una declaración de Edmundo Canalda, de Fin de Siglo, que decía que si se para la producción la tendencia a la baja se acentúa. ¿Qué tipo de decisiones toman en ese sentido?
JU —Comparto lo que dice Joaquín, la venta de libros en papel ha aumentado cada año en los últimos años, progresivamente. En 2016 lo que notamos es una detención, quizás terminemos el año vendiendo la misma cantidad de ejemplares que el año pasado.
RA —Un estancamiento, no una caída.
JU —Eso echa por tierra ese lugar común de “acá nadie lee”, “en Uruguay no se compran libros”. Quizás podamos entrar a definir qué se lee, si se está leyendo la misma calidad, pero el consumo de libros ha ido en aumento. Este año ha habido una especie de desaceleración o quizás una detención de ese crecimiento, que seguramente tiene que ver con el tema económico. Pero tengamos en cuenta que Uruguay es un país de tres millones de habitantes, y es el país de América –quizás junto con México, pero más en Uruguay– donde más libros se venden por persona. Eso explica también el hecho de que estén presentes todas o la gran mayoría de las editoriales internacionales y que haya una gran proliferación de editoriales locales con muy buen posicionamiento y muy buen trabajo y muy bien perfiladas, como el caso de Martín, y hablábamos recién de Banda Oriental, Fin de Siglo, editoriales de mucho tiempo en el mercado.









