EC —Decía Eduardo Blasina en su columna del sábado pasado en El Observador: “La gente tal vez piense que la variedad de arroces con que se encuentra en las góndolas de los supermercados viene graciosamente dada. Uruguay tiene una oferta de alta calidad y variada y exporta más del 90 % del arroz que produce. Muchos países, por ejemplo Perú, tienen una preferencia especial por la calidad uruguaya”. Ha habido desarrollos nacionales en materia de arroz.
ES —Es así, otra etapa importante del desarrollo de la cadena a partir de la década de 1960 fue la creación de la Estación Experimental del Este en el departamento de Treinta y Tres en el año 1969.
EC —Hoy es INIA Treinta y Tres.
ES —No, INIA a nivel nacional, con estaciones en Treinta y Tres y Tacuarembó, que son las que se dedican al arroz. En aquel momento ya estaba La Estanzuela y se creó la Estación Experimental de Este. A partir de ahí se comenzó un trabajo nacional de investigar variedades que se adaptaran al suelo y al clima, porque en aquel momento la mayoría de las variedades eran importadas, de granos medios y cortos, que no tenían la preferencia del mercado. Se comenzaron a introducir variedades de grano largo fino, que es el 90 %-95 % de la exportación del país.
Ese trabajó se potenció después con la creación del INIA, pero hay un mérito interesante de ese trabajo conjunto que se hizo. Incluso la Estación Experimental del Este se cofinanció con el sector privado mediante un convenio, de modo muy similar a otros institutos, en que hay una financiación de los productores y del Estado. Eso dio inicio a un programa Arroz, que es único en el mundo y que ha dado lugar a las variedades que ha desarrollado Uruguay.
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ES —Este trabajo de investigación e innovación –que es parte del trabajo que se realiza, no solo con INIA, sino con otros institutos, con LATU, con la Facultad de Química, por ejemplo sobre residuos de los productos fitosanitarios que se utilizan– lo hace toda la cadena arrocera. Es un trabajo en conjunto de los productores con los industriales, porque la ventana es el comercio exterior, tenemos que producir arroces de calidad y segregados por variedad, porque los mercados son muy selectivos.
EC —¿En otros países ocurre algo similar?
ES —No, Uruguay es el único país que segrega por variedad en el recibo del arroz cuando hay que secarlo almacenarlo, procesarlo y venderlo. En un buque de 30.000 toneladas que va a Irán o a cualquier otro país que compre por variedad, del primero al último grano son los mismos, tienen el mismo tamaño, las mismas condiciones, porque se trabaja en conjunto en ese esquema.
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