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Entrevista central, miércoles 16 de agosto: Jorge Larrañaga

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EC —Usted también ha apoyado la recolección de firmas para una reforma constitucional que prohíba que se graven con impuestos las pasividades. ¿Por qué entiende que este es un camino viable?

JL —Porque es una razón de principios, la jubilación no es una renta. Porque nuestro partido en la elección de 2009 y de 2014 propuso la derogación del IASS. Y porque más allá de que los impuestos no se imponen a todas las jubilaciones, me parece una cuestión de principios. Armar un lío y hablar de propuesta demagógica… No hay peor demagogia que ganar una elección prometiendo una cosa y haciendo otra, que fue lo que hizo el FA, prometió no poner más impuestos y terminó poniendo más impuestos, prometió cambiar el ADN de la educación y terminó no haciendo nada en materia educativa. Esa es la peor de las demagogias. Además, si todo el lío de la derogación de los impuestos a las jubilaciones es la solución del país, el 0,4 % del PBI, cuando hemos tenido 13 años, ¡13 años!, de crecimiento económico y terminamos con un déficit de más de US$ 2.000 millones… ¿Eso es administrar bien el país? ¿Cuando los principales temas no tienen respuesta? Yo creo que en los US$ 16.500 millones que maneja el gobierno fuera del presupuesto de las empresas públicas hay tela para cortar para financiar. Segundo, buena parte de esos recursos que el Estado no va a percibir en materia de impuestos…

EC —US$ 200 millones de dólares por año.

JL —… van a volver a las arcas por vía de otros impuestos, en virtud de que todo ese dinero va al consumo. Puede ser que en un principio exista un leve incremento del déficit, pero también va a haber que pactar una regla fiscal de convergencia de ese déficit para que no tenga un impacto. Porque veamos cómo se administra el Estado. ¿Se ha administrado bien un país que después de 13 años de crecimiento tiene un déficit de US$ 2.000 millones con el desastre de cerca de US$ 1.000 millones de déficit en Ancap? O el desastre de Pluna. O la infantilidad manifiesta que supuso Alas-U, en la que se tiró plata. Cualquier ser humano si hubiera tenido que poner de su bolsillo no hubiera tomado ese tipo de decisión. Entonces cuando hay pruebas tan flagrantes de mala administración del Estado, yo estoy convencido, porque administré durante 10 años un gobierno departamental –que por supuesto es otra cosa–, de que uno puede lograr economías, administrar mejor, ser más eficaz.

EC —Ese es uno de los argumentos…

JL —Cómo financiamos, ya sé.

EC —Porque, primero, en el mundo suele gravarse a las pasividades, no es una decisión exótica la que ha tomado este gobierno de que existiera algo como el IASS. Entonces hay quienes sostienen: si no se gravan las pasividades, lo que hay que hacer es gravar el aporte jubilatorio del trabajador, que hoy no está gravado. Que en un lado o en el otro los países eligen gravar, o gravan las pasividades o gravan el aporte jubilatorio del trabajador activo. Y entonces dicen: si se dejan de percibir estos US$ 200 millones del IASS habrá que subir el IRPF.

JL —Creo que el principio es que una persona trabaja la vida entera, la cargan de impuestos, la llenan de impuestos, entonces cuando llega el beneficio jubilatorio no debe tener impuesto. Es una cuestión de principios. Por lo tanto es por eso que respaldamos esa instancia de recolección de firmas.

EC —¿Y la solución para el financiamiento es reasignación de recursos, no la introducción de un nuevo tributo por otro lado?

JL —Administrar mejor, buscar en el reordenamiento de los gastos, de esos US$ 16.500 millones que administra el gobierno por año fuera de las empresas públicas. Creo que hay puntas en donde hay que cortar, y también porque parte de ese dinero vuelve a las arcas públicas por impuestos. Esto me parece central. El PN en el 89 arrancó el gobierno con la reforma de la Constitución de las jubilaciones, la enfrentó y la pagó.

EC —Fue un dolor de cabeza para el gobierno del doctor Lacalle aquella reforma.

JL —Gobernar siempre es un dolor de cabeza. Gobernar no es fácil, no es sencillo, creo que eso es claro. Y además es un movimiento que partió de la gente también.

EC —¿Ahí sí, en este intento de reforma constitucional su sector está participando activamente en la recolección de firmas?

JL —No estamos activamente en este presente, pero vamos a estar presentes en este proceso.

EC —Eso no tiene modificación, de acá a las elecciones va a seguir, no depende de otra decisión.

JL —No, eso no depende de ninguna decisión.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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