
EC —Allí alude a uno de los planteos que se han hecho de directamente prohibir la publicidad de las instituciones de asistencia médica.
LGM —Claro. Creo que eso puede entrar en un debate general sobre la comunicación y la publicidad en el país. Pero acá hay una diferencia, ya hay un antecedente. El gobierno anterior estableció una limitación severa a la publicidad de las instituciones de salud, las instituciones plantearon una oposición y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo dio la razón a las instituciones. No se puede coartar la libertad de informar sobre los servicios de salud a la población.
EC —El cuestionamiento viene porque –dicen quienes lo hacen– se están desviando recursos del Fonasa a publicidad.
LGM —Sí, por supuesto. Creo que es otro debate, pero también estamos dispuestos a enfrentarlo. Y hablar de la publicidad de las empresas públicas, de la publicidad de los monopolios. Estamos dispuestos a hablar.
RA —Otro planteo que se ha hecho y el ministro Basso ha señalado que si se logra cierta estabilidad en el sistema se podría atender, es sobre la apertura del corralito, ese hecho de que todos corran por esas afiliaciones en febrero, que se limite la posibilidad de cambios al mes de febrero.
LGM —Ese comentario me llamó la atención porque, insisto, tenemos un gran aprecio por el doctor Basso y creo que debe haber un mal entendido, porque realmente la libertad que existe hoy es enorme. Usted fuera de febrero informa que está desconforme con su institución y simplemente tiene que hacer un trámite en el BPS y se cambia de institución. La Junasa resuelve, y resuelve habitualmente, si Romina Andrioli pidió cambiarse, le da vista a la institución y la institución habitualmente no objeta. Dice “yo la atendí, le di lo que correspondía”, pero si se quiere ir se va. La libertad hoy es muy grande. Usted se trasladó de domicilio, se va a un lugar donde su mutualista actual no le da cobertura, hace el trámite y se cambia.
EC —Eso no es tan conocido.
LGM —No es conocido.
RA —Se entiende que es en situaciones excepcionales que se le va a permitir.
LGM —No son tan excepcionales, están abiertas. En febrero usted sin declaración de causa dice “me quiero cambiar” y va y se cambia.
RA —Entonces ¿cuál es la postura de ustedes en torno al corralito? ¿Entienden que debe permanecer?
LGM —Una vez que el sistema alcance la estabilidad, y creemos que la está alcanzando, porque que solamente un 3 % decida cambiarse es un indicador de estabilidad.
EC —Esa es la última cifra, la de este febrero.
LGM —Es la última cifra, pero además viene claramente a la baja. Una vez que se establezcan mecanismos seguros, que eliminen todo procedimiento sospechoso de intermediación lucrativa, podría considerarse la eliminación del corralito. Creemos que hacerlo antes sería contraproducente, porque multiplicaría estos procesos que todavía no están resueltos.
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EC —¿Manejan la posibilidad de que el derecho a atenderse en una mutualista no se genere desde el instante mismo en que una persona empieza a trabajar en una empresa, que tenga que correr un mes para que el aporte efectivamente tenga lugar?
LGM —Es una de las ideas que se han manejado y puede considerarse. No tenemos posición al respecto, porque alguien va a decir que eso le retacea un mes, dos meses o tres meses el derecho al trabajador; habrá que ver qué dicen los gremios. Pero recordemos que hay otros derechos de la seguridad social que se adquieren a los 90 días o a los 180 días, como el seguro de desempleo, etcétera. Así que creemos que eso también puede ser revisado.
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Transcripción: María Lila Ltaif









