
RA —Los cursos como tales comienzan en marzo.
RM —Efectivamente, esperemos que en marzo esté pronto el edificio y estén oficializados los contactos, etcétera. Aún no hemos decidido cuándo vamos a abrir las inscripciones, pero una vez que vengan las autoridades de China vamos a definirlo con claridad de manera que efectivamente podamos comenzar. Ya tenemos una profesora china aquí, está financiada por ellos y por el INAC. Conseguimos un apartamento extraordinario frente al Obelisco, ahí se van a instalar a vivir los profesores que vengan de China. Ya vino una, hubo un problema con la segunda, pero se está arreglando. Y tenemos un gran profesor, que es el profesor Yim, que está colaborando muy fuertemente en eso mismo.
Me gustaría completar una afirmación que hice al principio sobre la apertura al resto del mundo. El 20 de noviembre vamos a inaugurar la Semana de la Cultura Iraní en varios locales de la Universidad, el gobierno iraní va a mandar un grupo folclórico. Me parece importante destacar que el intento con China lo estamos ampliando a otros lados con los que tenemos buenas relaciones comerciales pero muy pocas relaciones intelectuales y culturales. Hay que estar atento a lo que aparezca en la prensa sobre eso.
EC —Y en cuanto a la vinculación con China en particular a nivel de la Udelar, ¿qué más está previsto, aparte del lanzamiento del Instituto Confucio?
RM —Una cosa importante que esperamos consolidar cuando Yim vaya a mediados de diciembre es la creación de un centro de estudios uruguayos en una gran universidad de transporte terrestre, que es la universidad que creó el sistema de control del tren bala chino. Casualmente es la universidad donde estudió el padre de Yim. Se llama Universidad Jiaoton, es modernísima, la visité, y allí van a crear un instituto para dedicarse a Uruguay. A cualquiera lo sorprende que semejante país tenga un aparato dedicado a estudiar Uruguay; eso muestra la amplitud de los intereses chinos. Creo que simultáneamente hay que alegrarse y verlo con el debido cuidado en virtud del tamaño del país, de los propósitos, etcétera.
EC —¿Qué responsabilidades le cabrá a la Udelar en esa actividad en China?
RM —El convenio es específico entre las dos universidades. Estábamos tratando de que se inaugurara con la presencia de la ministra de Educación y Cultura de acá, que iba a viajar, pero no sé si se va a concretar eso. Está bien especificado lo que les interesa a ambas partes, son temas urbanísticos en particular, de transporte, más vinculados a las ingenierías que a cosas culturales generales. La contraparte de eso aquí somos nosotros. El centro se va a llamar Centro de Estudios Uruguayos de la Universidad de Jiaoton, y la contraparte que va a transferir información en ambos sentidos va a ser la Udelar.
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EC —Hay preguntas de los oyentes que confirman el interés que en la sociedad uruguaya está latente a propósito de la relación con China. Por ejemplo, a propósito de los cursos de chino mandarín, quiere saber un oyente: “¿Es recomendable que alguien que no sepa inglés estudie chino?”.
CKY —Por supuesto.
RM —Es rara la pregunta.
CKY —Le abre una ventana diferente.
EC —Alfredo quiere saber si también están pensando en enseñar medicina china, “¿Enseñanza y estudio científico de la medicina china forman parte de las actividades previstas?”.
CKY —Pienso que todas las actividades culturales deberían formar parte del Instituto Confucio, pero necesitamos recursos genuinos. Hay muchas actividades sobre medicina china acá en Uruguay, conozco mucha gente que la practica, y también artes marciales; no hay que desperdiciar eso, es importante. Está todo vinculado: la medicina china, las artes marciales chinas y el taoísmo son una sola cosa, no están dividido cartesianamente. En ese sentido lo tenemos que insertar en el mundo, pero con recursos genuinos, tenemos que traer gente que realmente sepa para poder unir a todos los que están haciendo estas actividades acá en Uruguay.
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Transcripción: María Lila Ltaif









