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Entrevista central, viernes 11 de agosto: Ramón Méndez

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EC —A grandes rasgos, el proyecto implica el ensanche de veredas para la colocación por ejemplo de maceteros, espacios verdes, lugares para sillas y mesas asociados a locales gastronómicos.

RM —No, no necesariamente asociados a locales gastronómicos.

EC —Es una posibilidad.

RM —La idea es tener mesas y sillas para que la gente pueda bajar de su trabajo con su comida y tener un espacio para comer allí.

EC —Además, el angostamiento de la calzada, que queda limitada a dos sendas, una de ida y otra de vuelta, con alguna variante, para la circulación de ómnibus, preferentemente eléctricos, y la instalación en el eje de la avenida de dos sendas para bicicletas, una de ida y otra de vuelta. ¿Algo para comentar sobre este planteo general?

RM —En primer lugar, esto aterriza la concepción de dónde están las prioridades. En una ciudad no hay forma más ineficiente de ocupar el espacio público que andar en auto, porque uno ocupa un espacio bastante importante para trasladar en promedio a 1,3 personas, que es lo que se desplaza en promedio en un auto. Un ómnibus es bastante más eficiente y muchísimo más eficiente son la bicicleta o el peatón, por muchas razones. Por el uso del espacio que eso implica, por el costo colectivo que implica lo que hay que desarrollar como infraestructura para que puedan desplazarse, y también por un tema ambiental, por menor emisión de gases con efecto invernadero, de material particulado y fundamentalmente de sonido. El ruido en 18 de Julio muchas veces la aleja de cualquier tipo de escala humana y cualquier tipo de actividad como para poder estar ahí, sentirse como en una plaza. Claramente 18 de Julio no es una plaza y queremos que sea una plaza, una gran plaza lineal.

EC —Veamos las veredas, porque supongo que es sobre todo ahí donde se concentra ese objetivo de plaza. La idea es que las veredas pasen de los 6 metros de ancho que tienen hoy a 8,85. ¿Cómo van a funcionar?

RM —No es solamente la ampliación del tamaño de la vereda, sino también la funcionalidad. Hoy las veredas son bastante irregulares, tienen mobiliario obsoleto, tienen muchos obstáculos que dificultan el tránsito a los peatones. La idea es llevar todo lo que son los servicios hacia lo que hoy es la calle, dejando lo que hoy es la vereda totalmente libre para la circulación de peatones. Y en ese espacio que se gana a la calle van los servicios y pueden ir ciertas actividades culturales eventualmente, pero también bancos, espacios de convivencia, espacios que inviten a quedarse.

RC —¿Dónde van los vendedores ambulantes?

EC —Los kioscos y los ambulantes.

RM —Los kioscos se desplazan hacia lo que hoy es la calle, a la parte de ampliación de la vereda, y para los ambulantes –hoy hay 31 vendedores ambulantes con permiso en 18 de Julio– se diseñó específicamente un carrito estándar, todos van a tener el mismo carrito, que se cierra de noche, se puede llevar con ruedas y que va recostado a lo que va a ser la nueva calzada, lo que hoy es la primera franja de la calle, sobre el borde, lo más alejado de las fachadas.

RC —Me preocupa el tema de los carritos, de los ambulantes, porque otras veces se ha intentado imponerles un diseño más acorde –lo que hay hoy por hoy es un cambalache– y en determinado momento lo dejan de usar. Recuerdo la peatonal Sarandí, se intentó y en algún momento volvieron a la mesa con la sombrilla. Entonces ¿cómo van a imponer el carrito para que los ambulantes efectivamente se conformen con él?

RM —Repito, hoy hay 31 permisos. Es un acuerdo bastante viejo, los permisos caducan cuando el propietario del permiso fallece, entonces vamos teniendo cada vez menos permisos, por lo tanto menor número de vendedores ambulantes.

RC —¿La tendencia es a que no haya más?

RM —La tendencia es a la desaparición. Y mientras tanto ya se ha resuelto, se ha acordado incluso cuál es el diseño, se está en un proceso de fabricación de unos carritos que a uno pueden gustarle o no, pero tienen una estética concreta, pareja, desde mi punto de vista mucho más linda –insisto– desde el momento en que uno puede determinar claramente qué es lo que está adecuadamente colocado y qué es lo que no. Pero además hoy tenemos posibilidades que no teníamos antes. Hoy tenemos la posibilidad de las cámaras, que están teniendo un resultado muy interesante, para poder identificar muy rápidamente cuando existe algo que se aparta de la normativa.

EC —El proyecto abarca toda 18 de Julio, desde plaza Independencia hasta el Obelisco.

RM —En parte sí, en parte no. La ciclovía, que es central en el proyecto, va de punta a punta, del Obelisco a la plaza Independencia, y se conecta después con otras cosas. Pero el resto de la transformación…

RC —La calzada.

RM —… la calzada, agrandar la vereda y las actividades, va de Fernández Crespo a la plaza Independencia. Según el análisis urbanístico que se hizo es el tramo donde hay más comercios, más actividad, más transeúntes. De Fernández Crespo hacia el Obelisco es una zona con menos comercios, con menos interés, y además las veredas son más anchas, porque hay más metraje entre fachada y fachada.

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