Entrevista con José Pedro Ibargoyen, presidente de FEMI.
EN PERSPECTIVA
Viernes 13.05.2016, hora 8.20
La Federación Médica del Interior [FEMI] cumple mañana 50 años. La fecha es una buena base para analizar la atención que hoy reciben 800.000 usuarios a través de 22 prestadores de salud privados ubicados en 18 departamentos del país. En un país como el nuestro, que se caracteriza por su centralismo, las instituciones del interior afrontan, entre otros, el desafío de brindar los mismos servicios con menos especialistas.
¿Cómo es el panorama? ¿Qué retos enfrentan estas instituciones? ¿Qué es FEMI? De esto vamos a hablar en los próximos minutos con el doctor José Pedro Ibargoyen, presidente de la federación.
EMILIANO COTELO (EC) —La Federación Médica del Interior fue fundada el 14 de mayo de 1996. Tal vez sería conveniente, para empezar, recordar cómo y por qué nació.
JOSÉ PEDRO IBARGOYEN (JPI) —Efectivamente, mañana nuestra fundación cumple 50 años. Los médicos de aquella época vieron que si no se nucleaban, si no sumaban su trabajo para poder ofrecerlo en forma conjunto, el acceso a la asistencia que estaba teniendo la población del interior era muy limitada. El libro 50 años de la salud en el interior cuenta muy bien el concepto de “burros, solos y ricos” que se tenía de los médicos de aquella época.
EC —¿Cómo se les decía?
JPI —Burros, solos y ricos.
EC —¿Por qué?
JPI —El concepto era que estaban aislados de la academia, por eso eran burros; no tenían una cultura de trabajo en equipo, trabajaban en forma individual en sus consultorios particulares; y, como accedían solamente a aquellos pacientes que podían pagar la consulta, tenían privilegios económicos con respecto al resto de la población.
Esa situación, que probablemente se diera en algunas circunstancias, también determinaba que los médicos necesitaban nuclearse para poder alcanzar con sus servicios a más cantidad de pobladores del interior. A su vez, la medicina colectivizada ya era una necesidad que se empezaba a desarrollar en Montevideo y que también se expresaba en el interior. Así fue que se juntaron para fundar FEMI.
EC —¿Qué fue FEMI, entonces?
JPI —FEMI es una organización gremial de médicos de segundo grado. Primero nacieron las organizaciones gremiales de cada uno de los departamentos: la Gremial Médica de Artigas, la Sociedad Médico-Quirúrgica de Salto, la Asociación Médica de Paysandú, y así sucesivamente. Esas agrupaciones de médicos se nuclean en un gremio de segundo grado, la FEMI. La institución actúa como representante de todos esos médicos en lo que tiene que ver con las negociaciones con el Estado, porque muchos de esos médicos, incipientemente, ya estaban trabajando en organismos del Estado que estaban creando sus órganos de asistencia. Además permite a los médicos nuclearse para brindar una medicina colectivizada a los servicios asistenciales de los trabajadores, que también estaban naciendo.
EC —Entonces, repasemos y ordenemos: FEMI tiene dos grandes vertientes: lo gremial y lo empresarial, ¿está bien?
JPI —Está bien.
EC —Nació de esa forma, agrupando profesionales de la medicina e instituciones de asistencia médica pertenecientes a ellos. ¿Sigue siendo hoy así?
JPI —A nivel central sí, es bastante complejo. Los gremios médicos, que eran los que se nucleaban y brindaban servicios -acá en Montevideo era el Sindicato Médico del Uruguay [SMU], en el interior eran estos distintos gremios-, eran los que brindaban los servicios asistenciales a través de asociaciones médicas. En la dictadura, y posteriormente se convalida en el primer parlamento democrático, la separación: la obligación de que los gremios médicos no podían brindar más servicios.
Ahí, en todo el interior, se produce una clara separación, jurídica y funcional, de los gremios -que siguieron existiendo como tales- y las instituciones -que adquirieron la forma jurídica de cooperativas médicas-. Entonces ocurre una situación de quiebre: no todos los médicos agremiados integraban la cooperativa, algunos eran cooperativistas y otros eran empleados de esa cooperativa.
A partir de ahí, estamos hablando de 1985, comienza una nueva etapa. A nivel de cada uno de los departamentos existe claramente esta separación entre gremio e institución. Pero a nivel de FEMI, donde aquella prohibición legal no existe, la representación la siguió manteniendo el Comité Ejecutivo de FEMI, que es votado por todos los médicos. Por eso la representación y la defensa de los derechos laborales de los médicos del interior y de las necesidades de las instituciones del interior, se nuclearon en el Comité Ejecutivo de FEMI. Así ha sido durante todos estos años.