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Entrevista central, viernes 13 de mayo: José Pedro Ibargoyen

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EC —O sea, están tratando de tirar abajo barreras.

JPI —Estamos tratando, es un esfuerzo muy grande, pero…

EC —Como usted mismo señalaba, algunas barreras son reales, otras son mitos.

JPI —Exactamente, las dos realidades existen. Hay situaciones en las cuales realmente un médico puede llegar a sentirse alejado de la academia, ya sea por factores de distancia, por la dimensión de la población en la cual esté o incluso porque no tenga quien lo suplante para poder venir a un congreso. Para un médico rural o de una comunidad pequeña, tomarse un fin de semana libre o un viernes y sábado para venir a un curso en Montevideo o en la capital departamental, implica dejar a esa población sin asistencia y eso no siempre es posible. Entonces, en aquellos lugares donde esa realidad existe, estamos luchando por revertirla. Hemos desarrollado un sistema de video conferencia y además hoy las técnicas de las comunicaciones permiten mucho.
Nuestro Departamento de Educación elabora, cada año, un programa de cursos adecuado para todos los médicos. Imagínese lo difícil que es pretender educar desde un médico rural hasta un neurocirujano, por nombrar dos extremos, pero hay conocimientos generales básicos que nosotros ponemos a disposición de los médicos para que puedan acceder desde su lugar de trabajo.

Estamos estimulando la autorización de posgrados, de especialización, en el interior. Nosotros en nuestro departamento [Salto] tenemos posgrados de nuestra especialidad y cada vez hay más cátedras que autorizan a que los médicos se formen en el interior. También tenemos los polos universitarios en el norte, ojalá en breve podamos cumplir con el sueño de que toda la carrera de medicina se desarrolle en Salto o en el polo Salto-Paysandú. Eso sería una herramienta muy importante para revertir lo de la carencia de recursos humanos. Está claro que el médico o el estudiante tiende a quedarse donde se forma, sobre todo en una carrera tan larga como la nuestra.

EC —Para ir redondeando esta conversación, el Sistema Nacional Integrado de Salud, ¿cómo está operando en el interior? ¿Cuál es la relación, el aporte de FEMI en ese sentido?

JPI —Nosotros creemos que el sistema está operando en el interior gracias a FEMI, con un respaldo muy importante de FEMI.
En primer lugar por los recursos humanos: nosotros decíamos que el 75 % de los médicos agremiados trabajan en las instituciones de FEMI y, además, en los hospitales de ASSE. Esas son las dos principales y fundamentales fuentes de trabajo que tienen los médicos. Por lo tanto, el sostén asistencial de especialidades en ASSE está dado por los médicos de FEMI.

Pero además en los paradigmas del sistema, en el apuntar hacia la calidad, nosotros estamos convencidos, y lo podemos demostrar, de que no existe ningún desarrollo en el país similar al que tenemos nosotros, aún con las limitaciones que el sistema tiene. ¿Por qué?, porque para poder brindar calidad, que es un concepto bastante abstracto -medir calidad en salud es bastante complicado- se necesita medir muchos parámetros y en tiempo real. No basta con que diga que yo tengo tres ginecólogos, eso puede ser muy suficiente o insuficiente según el medio y el número de mujeres que tenga afiliadas. Entonces, es necesario medir en tiempo real una serie de parámetros asistenciales y económicos para poder tomar medidas inmediatas, para apuntar a calidad o corregir los desvíos que existan. Para eso se necesita un sistema informativo desarrollado y descentralizado, y el más avanzado es el de FEMI. La historia clínica electrónica, a la cual el país apunta para el año 2018…

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