EC —La doctora Camiño, que deja este puesto de fiscal de Crimen Organizado, no tenía a su cargo solo este caso Ancap, que es el que hemos estado comentando hasta ahora. Tenía un paquete entre manos bastante impresionante: los vínculos del Lava Jato con Uruguay —los hechos de corrupción en la contratación de obras públicas en Brasil—; las causas en torno a Pluna SA, en las que fueron procesados Fernando Lorenzo y Fernando Calloia; el expediente de las estafas en la Conmebol, que llevó a la cárcel a Eugenio Figueredo, entre otros.
La pregunta a propósito de cómo se entorpece o no cada uno de estos casos también está arriba de la mesa: ¿qué ocurre cuando cambia el fiscal? Pero no le voy a preguntar por eso, porque de algún modo ya contestó; la pregunta es más de fondo: ¿puede funcionar el sistema si un fiscal de Crimen Organizado tiene que manejar toda esta lista de casos explosivos?
JD —Como no le saco la pata al lazo, le voy a contestar claramente. En primer lugar, ¿es bueno un cambio de fiscal en la mitad de una investigación? No. Yo tengo una situación de hecho que tengo que resolver y por eso la resuelvo, si me pregunta si es lo ideal, no. Pero los hechos no los manejo yo, los hechos son los hechos.
EC —Está claro. Pero voy a lo otro, al hecho de que un fiscal, sea quien sea, tenga que encargarse de todo esto.
JD —A eso iba. Aspiramos a que con la implementación del nuevo Código las fiscalías de Crimen Organizado como existen hoy desaparezcan. Va a quedar una fiscalía con todos los asuntos que estén en trámite hasta el 15 de julio, y todo lo que empiece a partir del 16 de julio no será con estas fiscalías con una carga importante de trabajo y con una variedad de temas tan grande. Porque la especialización en los hechos se perdió, no es lo miso investigar droga que trata, no es lo mismo investigar lavado que corrupción. Muchas veces estos delitos están conexos, entrelazados, pero no siempre, y muchas veces se utilizan métodos de investigación distintos, se requieren experticias distintas. Entonces aspiramos a que esto se “parta”, se divida en varias fiscalías con distintas especializaciones para atender aquellos delitos que consideramos más graves, aquellos delitos que son complejos, los delitos de homicidio, que nos preocupan, etcétera.
EC —¿Hay presupuesto para eso?
JD —Estamos haciendo una reordenación, en eso estábamos hasta hace dos días, en cómo distribuir los recursos humanos dentro de ese esquema que tenemos definido. Esto nos obligó a replantear todo, hicimos el replanteo y arrancamos de vuelta, o seguimos.
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Transcripción: María Lila Ltaif
