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Entrevista central, viernes 18 de marzo: Mónica Xavier

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Entrevista con Mónica Xavier, nueva secretaria general del Partido Socialista.

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Carol Milkewitz/EnPerspectiva.net

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Viernes 18.03.2016, hora 8.24

EMILIANO COTELO (EC) —Este martes, la senadora Mónica Xavier se transformó en la primera mujer electa para la Secretaría General del Partido Socialista (PS), la agrupación más antigua de la izquierda uruguaya.

El triunfo de la candidata de la corriente “renovadora” fue muy ajustado y se resolvió recién en el conteo de los sobres observados. Tan ajustado fue que la ventaja sobre el otro candidato, el ex ministro Daniel Olesker, terminó siendo de apenas 23 votos. De todas maneras, la tendencia de Olesker, llamada “ortodoxa” o “removedora”, amplió su representación en el Comité Central del partido.

La campaña fue seguida muy de cerca dentro del oficialismo por que transcurrió mientras empezaban a manejarse posibles candidatos para la presidencia del Frente Amplio (FA), lo que provocó inquietudes sobre cómo se posicionarían, justamente, los socialistas.

¿Qué cambios vienen con Xavier en su partido? ¿Cómo incide su triunfo en la interna del oficialismo? Vamos a charlar con ella.

Usted obtuvo 884 votos y Olesker 861. El total da 1.745, eso representa el 85 % del padrón que estaba habilitado para votar.

MÓNICA XAVIER (MX) —Que eran solo 2.157 compañeros, porque estaba enganchado a la participación en el congreso de diciembre.

EC —Vamos a eso, creo que varios se han hecho en estos días la pregunta de por qué la masa de afiliados habilitados es tan reducida. La dirección del partido terminan resolviéndola 1.750 personas, cuando el PS tuvo, en las últimas elecciones nacionales, 134.000 votos.

MX —Esta fue una reforma estatutaria que se hizo, y se consagró su definición, el año pasado por setiembre. No tengo muy precisa la fecha porque, al haber estado presidiendo el FA, yo me autoimpuse no participar de la orgánica. Como dejé la presidencia [del FA] en agosto, recién por ahí, por fin de año, me incorporé un poco más, obviamente no a todos los debates que se venían procesando, que eran muy intensos.

Allí el estatuto propone una diferencia con relación a la elección de la dirección y de la Secretaría General. La dirección venía siendo definida en un congreso y el secretario general se definía dentro del Comité Central que votaba ese congreso. Acá lo que estuvo en discusión fue si se hacía “un socialista: un voto”, o si se hacía que los compañeros que participaran en el congreso, que fue en diciembre, tuvieran un segundo momento para la elección; de esa forma quedaban habilitados tanto los titulares como los suplentes. Es una posición intermedia, pero efectivamente la pregunta que se puede hacer el oyente está ahí, arriba de la mesa, y se resolvió por esta formulación.

EC —¿Pero no hay necesidad de seguir avanzando? Concretamente, ¿tiene sentido mantener criterios como este, no encierran mucho al partido con el riesgo de alejarlo de su masa de seguidores y votantes?

MX —Hay otras formas, no exclusivamente la de la votación. A mí me gusta para el FA y también me gustaría para el PS esto de que la ciudadanía pudiera expresarse más directamente. Creo que ha sido un acierto en el FA lo de la votación con adhesión simultánea para todas las presidencias, las 19 departamentales y la nacional. Pero, bueno, me parece interesante este que se dio, constituye una apertura, y habrá que evaluarlo, porque también ha habido en el estatuto…

EC —¿Manejan la posibilidad de ir a otro tipo de elección de las autoridades del PS?

MX —No, no, todavía no. Insisto: el año pasado se aprobó esta modificación del estatuto. Lo que digo es que no estamos ajenos a los debates de cómo estar más cerca de los ciudadanos que adhieren a los postulados de nuestro partido. Además se dieron otras modificaciones, entre ellas la de incorporar la paridad. El PS desde 1892 tiene una formulación interna en su estatuto que incorporaba la votación de las mujeres de acuerdo a la proporción en la que estaban en cada colegio electoral. Bueno, ahora ya eso se supera por la incorporación al estatuto de la paridad.

EC —¿O sea?

MX —Uno y uno, 50 % y 50 %.

EC —¿En el Comité Central?

MX —En el Comité Central y en todos los organismos. Cuando existía la otra medida también era para todos los organismos. Lo otro [que se modificó] es la modalidad de listas para integrar el Comité Central, que se hace de manera proporcional integral. Se presentaron cuatro listas y de acuerdo con la votación obtenida por cada una de ellas se conforma esta dirección. La pretensión es que esos matices o la definición de corrientes, que por primera vez se reconoce como tal, se puedan expresar en la dirección de acuerdo al apoyo que tengan del conjunto de los votantes socialistas.

Cuando usted iniciaba la entrevista mencionaba a la corriente renovadora y la removedora u ortodoxa. Yo aclaro siempre que no me siento integrante de ninguna corriente dentro del PS…

EC —Qué tema este…

MX —Claro, pero de la misma manera que me parece bien que el PS reconozca la existencia de corrientes y puedo entender que haya compañeros que, además de la afinidad socialista, encuentren otros puntos de afinidad dentro del partido, yo también reclamo que muchos de nosotros no nos sentimos pertenecientes a corrientes dentro del partido y somos solamente socialistas. Y vamos a coexistir.

EC —Hay una paradoja ahí, porque a usted se la llevó como candidata de una corriente, y usted no se siente partidaria de ninguna corriente.

MX —No, tres listas…

EC —Hubo tres listas que la apoyaban a usted y una que apoyaba a Olesker.

MX —Exacto, de esas tres listas que me apoyaban algunos compañeros se identificaban con una corriente, sí, renovadora, y otros no. Me parece que está bueno que reconozcamos esas dos realidades.

EC —Bueno, capaz que entonces ahora me complica la pregunta siguiente, pero lo cierto es que el partido quedó dividido, casi 50 % y 50 %, por lo menos en cuanto a los dos candidatos que se presentaban.

MX —Bueno, en cuanto a la elección fue muy pareja.

EC —Entonces, usted triunfa pero el otro candidato tiene prácticamente la misma votación. ¿Qué significa eso?

MX —Bueno, yo creo que el gran desafío ahora es conformar los organismos del partido con esa amplitud. Me parece que, como le decía, sencillamente no todos se alinean en una corriente o en otra. Seguramente en los votos que sostuvieron a Olesker a la Secretaría General hay diversidad, como la había dentro de los que me plantearon a mí para ese cargo. El gran desafío es que nosotros podamos hacer síntesis adentro del partido. Síntesis no solo entre dos sensibilidades para interpretar las diferentes posiciones, que son las mismas para todos, sino también entre los diferentes ámbitos en los que el partido se desarrolla.

Por ejemplo, estos compañeros sostenían que el PS ha perdido incidencia en el ámbito sindical y social. No es así, a mi juicio y el de muchos compañeros. Lo que no logra el PS en este momento, y seguramente sea por los desajustes de las exigencias de los Gobiernos -el nacional, los departamentales y los municipales-, es que la estructura dé cuenta de todo eso y que surja de allí una cosa mucho más equilibrada entre los diferentes planos de incidencia, porque, naturalmente, hay organizaciones que solo tienen determinados radios de acción. El PS tiene la vocación de estar en todo el territorio, en el interior profundo, en la capital, en los movimientos sindicales, en el estudiantil, o dentro de los intelectuales…

Ese es un desafío que tenemos: si bien nuestra inspiración tiene que ver con la defensa de los trabajadores, no es exclusiva de los postulados los trabajadores sino que es de todas las clases sociales, y tratar de que efectivamente nosotros llevemos adelante un proceso en este tercer período de Gobierno, que siga profundizando hacia una visión estratégica como es el socialismo, que creemos que sigue vigente, por más que no encontremos un lugar en el que se esté practicando. Es la utopía, pero las utopías finalmente pueden realizarse.

EC —Hablemos de los desafíos que usted tiene por delante, por ejemplo, en el plano de la integración de las distintas corrientes. Aludiendo a lo que estaba en juego en esta elección, en uno de los actos de campaña usted dijo: “Queremos un partido que esté al respaldo de nuestro Gobierno. Lo decimos sin titubear. Queremos un PS que se ponga al frente de la defensa del Gobierno. ¿Cómo podemos pensar que mejor mirar de afuera si hemos trabajado para esto?”. ¿Efectivamente ese era un tema, ahí había una diferencia?

MX —Yo creo que sí, que hay una cuestión de énfasis. Nosotros como seres de izquierda siempre tenemos el buscar cómo superar determinadas situaciones, el ser muy críticos, pero a veces se nos va la mano. Yo lo vi desde la presidencia del FA, ese podernos dar cuenta de cómo se va avanzando y tenerlo muy claro para poder profundizar esos avances y para encontrar las dificultades, los déficits y los errores, no es una práctica cotidiana. O sea, damos como por sentado: “Se logró tal cosa, ya está”. Y si uno no va incorporando esas cosas, y el valor que tienen, no logra cambiar culturalmente a la sociedad.

A mí me importa que la sociedad avance en el sentido que no siga pensando que la tributación es un mal sino que podamos dar servicios y bienes públicos de calidad, de accesibilidad, y que la gente entienda que la tributación, desde el punto de vista de la solidaridad y la construcción de la sociedad, es buena. Yo prefiero imaginarme un país nórdico como el futuro de Uruguay a pensar que vamos a volver a 1959, cuando se decía: “No, en este país una reforma tributaria no es posible”, y se fracasa.

EC —De todos modos estamos lejos de lo que los nórdicos obtienen a cambio de una tributación alta.

MX —Sin duda, en porcentaje y en calidad, en las dos cosas estamos lejos, pero hay que proponérselo.

EC —Pero usted decía esto a propósito de la actitud que el PS debería tener con respecto al Gobierno.

MX —Sí.

EC —Parece bastante claro que los ortodoxos, por llamarlos de alguna manera, tienen una actitud más crítica a una serie de lineamientos que se impulsan desde el Poder Ejecutivo. Se los ve reclamando eso que muchos llaman “un giro a la izquierda” o una mayor carga tributaria para financiar políticas redistributivas, o por ejemplo presentan diferencias en el alineamiento internacional, son muy cercanos al kirchnerismo en Argentina o el chavismo en Venezuela. ¿Cómo juegan estos factores?

MX —Creo que hay que tener más debate interno. A mí me parece, y es una de las cosas que hablábamos con el conjunto de los socialistas nucleados en los centros socialistas de todo el país, que hay que dar los debates en los organismos y superar determinadas contradicciones que a veces no resultan lógicas.

EC —¿Qué quiere decir esto de dar los debates en los organismos?

MX —Ha habido una suerte de vaciamiento del rol de los organismos como lugar donde encontrar la síntesis superadora de las diferencias. Uno puede tener visiones matizadas sobre lo variopinto que han sido los procesos progresistas en América Latina, pero me parece que no han estado, de repente, lo suficientemente discutidos como para que el PS tenga una única visión, no para inhibir los matices sino para encontrar aquellas claves en las que uno también se contraponga a esos procesos. A mí no me cabe la menor duda, y lo digo siempre, de que lo que ha hecho Uruguay, en relación a lo que han hecho otros países en autodefinidos gobiernos progresistas, es muy superior. Nosotros crecimos más, distribuimos más, encaramos reformas estructurales de manera más decidida. Hay compañeros que no ponderan tanto…

EC —Hay compañeros suyos, del PS.

MX —Sí, sí, estamos hablando de eso.

EC —¿Hay compañeros que no ponderan eso y prefieren tomar como referencia esos otros modelos?

MX —Yo creo que hay discutirlo.

EC —“Hay que discutirlo”, ¿hay que llegar a una posición común, el PS va a tener un posición común con respecto al kirchnerismo o el chavismo?

MX —Bueno, yo no sé si vale la pena tomar ese tipo de definiciones a favor o en contra. Yo lo que quiero es tener la reivindicación de nuestro propio proceso político y la valoración de cómo esto ha significado determinada concepción, que es vista en el mundo y en organismos internacionales, que importó mucho en el proceso uruguayo. Por ejemplo: la centralidad del trabajo, todo lo que se fortaleció en torno a que hoy el país tiene la mayor cantidad de trabajadores que nunca ha tenido antes, que los tiene formalizados en un porcentaje muy importante. Porque esas cosas son las que te permiten seguir con el resto de los desafíos, ¿no?

EC —¿Y por qué dice eso a propósito de esas comparaciones que yo estaba planteando o que sectores del propio PS plantean, con Argentina o Venezuela?

MX —Porque me parece que es parte de lo que hoy la izquierda necesita discutir más en profundidad. Yo lo hice en el FA, traté de comenzar a trabajar los logros de los Gobiernos frenteamplistas. Eso es elaborar la síntesis, reflexionar sobre nuestra propia práctica, y nos cuesta.

EC —¿Sabe por qué le preguntaba si la aspiración es que sobre estos temas haya posiciones únicas en el PS?, porque no solamente se da que el PS muestra diferencias, también se da que una de las corrientes le reclama algo al Gobierno mientras la otra le reclama otra cosa, es raro eso.

MX —Bueno, las definiciones valen para todos, y…

EC —Sí, pero los legisladores que responden a una u otra corriente después muchas veces no actúan como socialistas o del PS, sino de determinada corriente del PS.

MX —Bueno, eso es lo que yo creo y es el gran desafío que debemos superar en esta nueva gestión.

EC —¿Es posible?

MX —Yo siempre me lo planteo como posible, trabajo para eso. Me parece que es necesaria una voz fuerte que incida en la realidad política y social del país.

EC —Enseguida retomamos la entrevista con la senadora Mónica Xavier, flamante secretaria general del PS.

***

EC —Mónica Xavier es doctora en Medicina con especialización en Cardiología. ¿Cuánto hace que no ejerce?

MX —Cuatro años.

EC —Es militante desde el inicio de sus estudios en gremios estudiantiles, secundarios y universitarios. Se integra a la dirección del PS desde 1984, entonces todavía en dictadura. En la legalidad es electa para integrar el Comité Central y el Comité Ejecutivo. Fue senadora de la República desde el año 2000 hasta 2013, cuando renuncia a la banca para dedicarse en exclusividad a la Presidencia del FA. En 2012 es electa presidenta de la fuerza política y renuncia el 8 de agosto del año pasado, entre otras cosas por el debate a propósito de si podía, o no, ser senadora al mismo tiempo.

MX —Siempre hago la precisión: no renuncié, puse mi cargo a disposición [se ríe].

EC —En los últimos comicios nacionales fue electa como senadora para la legislatura 2015-2020.
Ahora la estamos entrevistando a propósito de su nueva responsabilidad: secretaria general del PS.
El hecho de que la Secretaría General pase a estar a cargo de una mujer por primera vez en el PS, ¿tiene alguna importancia especial?

MX —Yo creo que sí. Primero, imagínese: 105 años de historia de este partido, que dese el año 1892 rema en solitario para incorporar disposiciones que favorezcan la participación de la mujer en las estructuras, y sigue remando solo, llega a la paridad. 105 años costó que una mujer llegara a la Secretaría General. Yo no creo que alguien piense que no ha habido mujeres con todas las condiciones como para ser secretarias generales mucho tiempo antes. Seguimos tributando a un sistema muy machista dentro del sistema político uruguayo, lo vemos las legisladoras. Ahora estamos fascinadas porque en 31 senadores y senadoras hay sesiones en las que somos diez. Ayer habíamos seis mujeres en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado.

Creo que, efectivamente, la sociedad uruguaya está muy atrasada con relación a la participación de las mujeres en lugares de decisión. Tenemos que acelerar el paso, las cuentas siempre resultan terribles: 70 años nos llevará tener cierto equilibrio entre hombres y mujeres en el sistema político uruguayo. Estamos tan mal en el ranking mundial con relación a la participación… recién ahora nos acercamos un poquito a nivel parlamentario al promedio mundial, pero estamos muy por debajo del promedio de la región, que avanzó muchísimo.

EC —Pero, concretamente, en su partido, una mujer en ese cargo, ¿qué cambio puede traer por el hecho de ser mujer?

MX —Yo creo que vamos a llevar un poco más a la vida cotidiana esto que nos pasa a las mujeres en la sociedad, que tenemos múltiples jornadas a lo largo del día, y va a haber que encontrar formulaciones para que en el PS se facilite la participación de las mujeres, en particular de las jóvenes. Hicimos una campaña, esta, para la Secretaría General, extraordinaria, rodeada de sub 30 y viendo allí todas las vicisitudes que se pasan para compartir los hijos recién nacidos o los embarazos y la militancia política. Habrá que encontrar formulaciones que ayuden a esto, que es la paridad formal, estatutaria, que la complementen con otras realidades. Así como el Sistema Nacional de Cuidados a nivel de la sociedad general es una necesidad imperiosa, y nos va a suponer mucho tiempo de trabajo y de desafío, también hay que ver cómo eso se puede prefigurar en los ámbitos más chicos, como este de la política.

EC —Volviendo a lo que hablábamos en la primera parte a propósito de las corrientes dentro del PS, los ortodoxos por un lado y los renovadores por otro. Usted aclaraba que no se siente perteneciente a ninguna de ellas pero fue impulsada por los renovadores en particular. Dice un oyente, Juan, de Reus…

MX —¡Qué diría [Reynaldo] Gargano, que me impulsó para una Secretaría General cuando se resolvía dentro del Comité Central de 51 miembros y me ganó [Eduardo] “Lalo” Fernández por un voto! [Risas]

EC —Está interesante ese antecedente, porque Gargano, de algún modo, fue durante su vida, sobre todo sus últimos años, la referencia de la ortodoxia.
Bueno, pero vayamos a lo que dice Juan, de Reus. Él pregunta: “¿Acaso al PS le sucede que no encuentra identidad? ¿La interpretación de las coyunturas disgrega la elaboración de metas?”.

MX —Yo creo que las metas están claras, pero hay visiones matizadas que además se expresan con mucha fuerza. Yo en absoluto cultivo el secretismo, me parece que hay que ser transparentes y abiertos. Sí reclamo que, en un partido organizado, las diferencias se trabajen en los organismos.

Nos pegan mal lo mediático, las redes sociales… no solo al socialismo uruguayo sino a los partidos en general. Uno habla con otros compañeros de otros partidos, de otros continentes incluso, y nadie sabe cómo adecuarse a esto. Termina siendo mucho más seductor decir: “Yo pienso tal cosa”, tirarlo en una red social y que lo repiquen “n” veces, que ir al organismo a tratar de encontrar la síntesis, porque lo mío no es el 100 %, es de repente el 20 % y hay un 80 % que ponen los otros. En definitiva, hay una cuestión que es la disciplina, yo hago mucho hincapié en ella.

EC —Ahora, pensando en el FA, tomo para la pregunta lo que dicen “del otro lado”: para Olesker, el "cambio" que ellos preconizan implica terminar “con la polaridad del FA, que tanto mal le ha hecho”…

MX —Sin duda.

EC —Porque, dice, “el PS en parte es responsable de esa polarización y no trabajó propuestas para evitarla”. ¿Qué dice usted sobre ese asunto?

MX —Yo creo que la polarización siempre es un interés de quienes están en los polos, es un daño que se le hace a la pluralidad del FA, porque en definitiva cuando dos polos confrontan hacen desaparecer la riqueza y la diversidad que existe. Se beneficia circunstancialmente a esos polos, pero también…

EC —¿Cuando hablamos de dos polos estamos aludiendo al astorismo y al mujiquismo, por simplificar, o a los socialdemócratas y neo-desarrollistas, como dice Adolfo Garcé?

MX —No, no [se ríe]. Yo creo que el mujiquismo y el Frente Líber Seregni son, en realidad, dos expresiones que han estado mediáticamente en esa confrontación de bipolaridad. Con eso se pierde la riqueza del FA, ¿no?

EC —¿Esa polarización terminó cortando al PS, de algún modo?

MX —Por error del PS, porque el PS no tiene por qué subsumirse ni dentro de la visión que lidera el compañero [José] Mujica ni dentro de la que lidera el compañero [Danilo] Astori, tiene personería propia. Me parece que, tal vez no conscientemente, se ha ido a esa dicotomía en lugar de ser mucho más eficientes y eficaces en mostrar la verdadera voz del PS.

EC —Un PS que hoy representa el 12 % del FA, si nos remitimos a los resultados de octubre 2014.

MX —Sí, pero que en la interna del FA, en el Plenario Nacional, tiene una representación bastante similar a la del Movimiento de Participación Popular (MPP). Entonces, me parece que allí esto de no haber conseguido que la voz partidaria haya sido fuerte, clara y nítida, terminó subsumiéndonos como al resto de los grupos en esa bipolaridad.

EC —Cortando un pedazo para un lado y un pedazo para el otro.

MX —O no sabiéndose muy bien qué planteaba el partido.

EC —¿Y qué se puede hacer?

MX —Es la síntesis partidaria lo que necesitamos hacer para que la voz del partido sea clara. Si uno abre una hoja de un medio de comunicación escrito y de un lado dice: “La decisión fue tal, pero los compañeros tales o cuales piensan tal otra cosa”… No, las decisiones son las decisiones…

EC —Eso, por ejemplo, ha pasado con el candidato a presidente del FA.

MX —Bueno, allí hay una visión de parte de los compañeros que se agrupaban en la Lista 4 de no resolver este tema hasta tanto se constituyera la nueva dirección.

EC —El nombre de Javier Miranda fue impulsado por el PS pero con reservas del lado ortodoxo.

MX —Exactamente.

EC —Ahora ellos dicen que hay que revisar la decisión, que en la primera instancia orgánica que se presente, van a plantear el tema.

MX —Bueno, veremos y debatiremos. Yo no me voy a adelantar a decir ni una cosa ni la otra porque en realidad lo que vengo criticando es que todas esas cosas se tiren en los medios de comunicación antes que en los organismos. Si se plantea, debatiremos todos.

EC —Una fuente del sector ortodoxo decía ayer en Búsqueda que prefieren a Roberto Conde, otro de los candidatos a presidir el FA. “Es una figura que representa mucho mejor los ideales socialistas. Es socialista, no hay dudas”, decía esta fuente, aludiendo a que Conde se fue hace muy poco del PS, fue mano derecha de Gargano durante años, etcétera.

MX —A ver, los cuatro compañeros que resolvió el Plenario Nacional impulsar para la Presidencia del FA son excelentes. Sí me lamento de que no haya una mujer en esa oferta electoral. Se discutirá y se verá. Anticiparme a decir si se va a ratificar lo que se resolvió o si se va a cambiar… la verdad, sinceramente, no lo sé. Daremos la discusión…

EC —Bueno, pero no falta tanto para la elección, ¿no?

MX —Bueno, pero el organismo será…

EC —Dos meses.

MX —Claro, ese argumento de que no falta tanto para la elección es el que a mí me inclinaba a que el PS tomara una definición en el momento en el que la tomó, porque entre otras cosas hubo que definir en el plenario quiénes iban y quiénes no.

EC —Hablando del FA, ¿no falta autocrítica después de las pérdidas acumuladas en Ancap, que obligaron a una capitalización de más de US$ 900 millones de dólares ahora, a fin de año?

MX —Así lo vimos en la bancada de senadores, que no habíamos estado en un proceso en el que pudiéramos lograr eso que se logró sobre el final, aunar las diferentes visiones de por qué se había llegado a la situación a la que se llegó en Ancap. Lo deberíamos haber hecho antes.

EC —Se lo menciono como un ejemplo de los problemas o desafíos que tiene el FA por delante.

MX —Sin duda. En parte es autocrítica, pero también esa autocrítica surge de la voluntad, o no, de llevar adelante la síntesis. Eso que Seregni nos matrizó y nos hacía entender de que somos diversos, una coalición y movimiento, y que de todo eso hay que encontrar la síntesis. Esto no es licuar la posición de cada uno, sino encontrar aquellos puntos en común que nos permiten, después, trabajar a todos por esa causa o esa definición. Esto le está faltando al FA. Este es un ejercicio que hay que hacer cotidianamente, no frente a tal o cual problema, porque estimula el sentido de pertenencia.

EC —Se lo pregunto teniendo en cuenta, justamente, el informe final de la comisión investigadora del FA, el que votaron los senadores del FA después de la investigadora, donde no se reconoce nada, ni siquiera una irregularidad. Y se lo pregunto también a propósito de la declaración del Plenario Nacional del FA del 5 de marzo.

MX —Bueno, vamos por partes. La comisión investigadora tiene como objetivo determinar ilícitos o irregularidades, no tiene como finalidad evaluar la gestión. En aspecto de gestión los propios involucrados directamente en la gestión reconocieron, y está en la versión taquigráfica, errores. Esto se planteó en la bancada de senadores: una cosa era buscar la existencia de ilícitos e irregularidades y con ello darle la verdadera competencia a la investigadora; otra era lo que podríamos haber hecho el resto de los integrantes de la bancada, que era explicarle a la ciudadanía los aspectos de la gestión. Queda mucho por delante para hacer por parte del FA.

EC —Es muy fuerte decir que no hubo ni siquiera una irregularidad, porque no estoy hablando de delitos, ¿ni siquiera una irregularidad en todo lo que se investigó?

MX —Bueno, a juicio de lo que se analizó no lo había, aunque se reconocieron aspectos que debieron procesarse de mejor manera. Por ejemplo, en las cuestiones de la publicidad, que ese es un capítulo que la oposición llevará a la Justicia, nosotros hemos entendido que allí lo que faltaron fueron controles pero que no hay otras consecuencias.

EC —¿Cuándo va a dar el FA el debate a propósito de cómo se condujo Ancap?

MX —La verdad que no sabría decirte exactamente en qué momento, pero la bancada tiene este tema en agenda.

EC —Se lo pregunto a partir del cargo en el que usted está ahora, secretaria general del PS y que puede impulsar, o no, desde el PS.

MX —Bueno, eso todavía no lo hemos visto. Lo que sí puedo decir es que la bancada de senadores tiene previsto continuar discutiendo estas cosas. Hay que lograr, por un lado, continuar analizando la eficacia de las comisiones investigadoras. Nosotros ya hemos propuesto que el FA promueva la votación de aquello artículos que fueron vetados en el Gobierno 1990-1995, cuando se aprueba la ley de comisiones investigadoras, en los cuales había competencias que fueron recortadas. Creemos que allí se va a dar nuevamente una discusión, no solo dentro del conjunto del Parlamento sino también en la propia bancada.
Y hay que seguir analizando estas cuestiones de la gestión, que no creo que sean exclusivamente un debate de la bancada, tiene que ser la fuerza política…

EC —Por eso, yo apuntaba al partido FA y, dentro de él, al PS.

MX —Son temas que no han salido de la agenda, a mi juicio, porque son la cotidianeidad de la gestión política de nuestra fuerza política en el Gobierno. Me parece que ameritan seguir profundizando.

EC —Y a propósito del FA y su momento actual, otro tema bien delicado: ¿qué dice para usted el caso Sendic, el debate sobre sus credenciales académicas y la forma en que lo laudó el Plenario Nacional el 5 de marzo?

MX —Bueno, yo ya lo he dicho públicamente, lamento que las explicaciones que el compañero Sendic dio en el plenario no se hubieran dado mucho antes y haber pasado por todos esos días en los que las cosas…

EC —¿Pero son suficientes las explicaciones que dio en el plenario? ¿Para usted quedó aclarado?

MX —Yo creo que explican, primero, que reconoce el error del manejo de la situación, las consecuencias y los impactos negativos que ello tiene, sin duda, sobre la fuerza política. A mi juicio, no hay mucho más para aclarar. Esto fue un error personal…

EC —¿Fue un error haber incluido la Licenciatura en Genética Humana? O sea, ¿no es licenciado, para usted?

MX —Mire, si es licenciado en La Habana y no en Montevideo… Ya está, ya está aclarado. Fue un error. Él mismo lo reconoció ante el plenario y a mí no me cabe la menor duda de que fue un error. No quiero que ese error personal se expanda a todo el FA o a la propia gestión de Gobierno.

Otra historia es la cantidad de situaciones en la que se vieron envueltos él y su familia con cuestiones que se largaban y después se desdecían. Estos aspectos constituyen eso contra lo que uno siempre está advirtiendo: que no se farandulice la política, porque en Uruguay separamos las cuestiones familiares de las acciones políticas de quienes llevan adelante esta tarea. Yo creo que por allí queda este tema, no podemos hacer que la institucionalidad…

EC —Pero la declaración del plenario provocó, a su vez, nuevos problemas, ¿no?, por la crítica a la oposición y a diferentes medios de comunicación, por la atribución de intencionalidad desestabilizadora de las instituciones, etcétera.

MX —Bueno, usted sabe que ese punto 2 ha estado sumamente controvertido. Creo que no quita el hecho de que uno pueda hacer críticas a determinados medios de comunicación que sistemáticamente están haciendo una crítica al Gobierno y a la fuerza política. Obviamente, nadie duda y cualquiera puede traer las páginas editoriales de uno y otro día y darse cuenta de que eso es así, y no tiene levante. Bueno, es legítimo, lo único que faltaría sería que ese medio dijese: “Medio oficial del partido tal o cual”, y no lo dice, con lo cual tenemos derecho a plantear que hay medios de comunicación que sistemáticamente plantean todo lo malo que hace este Gobierno y su fuerza política.

EC —La declaración dice más de eso.

MX —La declaración dice más de eso y es lo que yo creo que no corresponde. Yo no formo parte del plenario, obviamente no lo integraba porque era la presidenta de todos, el plenario continúa funcionando con la integración electa en aquel momento. Creo que los medios de comunicación sí pueden llegar a generar esa desestabilización, pero no creo que sea la realidad que vive Uruguay en este momento.

EC —Se lo preguntaba a propósito de qué dice del FA de hoy y de los cambios que hay que impulsar en el FA.

MX —El FA tiene que tener una conducción firme, no es esta la modalidad en la que se puede conducir tan compleja estructura política, además con los desafíos que el FA enfrenta siendo el partido de Gobierno. Me parece que esto se subsanará cuando el próximo 29 de mayo estemos votando la próxima dirección del FA.

Video de la entrevista

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Transcripción: Andrea Martínez

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