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Entrevista central, viernes 20 de octubre: Adriana Blanco

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RA —En Chile se está aplicando desde el año pasado. ¿Qué resultados ha dado?

AB —Se ha visto que más del 90 % de las personas dicen que toman en cuenta estas advertencias cuando van a tomar una decisión de compra. Y otra cosa buena es que entre el 17 % y el 18 % de los productos han sido reformulados para evitar estas etiquetas.

RA —El alimento puede no tener etiquetas.

AB —Por supuesto, puede no tener.

RA —Esos son los que deberíamos consumir, o consumir en mayor cantidad.

AB —Exacto, los que no tienen etiquetas o los que tengan la menor cantidad de etiquetas. Tampoco quiere decir que los que tengan etiquetas no se pueden consumir nunca. Otro de los argumentos que he escuchado que la CIU está manejando es que el corte que se usa para esto es el consumo diario de los alimentos, y que entonces no tiene sentido aplicar esto a todos los alimentos. Y en realidad sí tiene sentido porque la gente tiene que saber dónde están los nutrientes críticos. Si la gente no sabe, nunca va a poder mantener su consumo diario de esos nutrientes dentro de los límites marcados. Lo que buscamos es que la gente esté informada. Esto no prohíbe la venta, no obliga a las personas a consumir o no consumir, las informa, lo cual es un derecho de las personas.

RA —La Cámara de Alimentos, que está apoyada por la CIU en este tema, también ha planteado algunas objeciones o por lo menos algunas alternativas. Ellos manejan la posibilidad de que en vez de utilizar estos octógonos se vaya por el lado de una señalización tipo semáforo. ¿Qué resultado ha dado este tipo de señalización en otros lados? ¿Por qué un sistema sería mejor que el otro?

Ad —Lo que se ha visto, sobre todo en Chile, donde se hicieron estudios para ver qué era más efectivo –y acá en Uruguay también se han hecho estudios para ver qué es lo que le impacta más a la gente–, es que el semáforo da una información que hay que decodificar. Primero, es difícil comparar productos, porque ¿qué es peor, un rojo, dos amarillos y un verde, o dos verdes y un rojo? Cómo la gente hace rápidamente la decodificación de todos estos productos que son lo mismo, cuál es el que le conviene consumir. Es una información compleja, y cuando hay señalizaciones que dan más de un dato en la misma información la gente tiende a bloquearse y no darle importancia. Nuestra idea es que el octógono es mucho más fácil de decodificar, incluso para niños, para personas con problemas visuales, para personas que no tienen mucha educación esto es fácil de entender. Y eso es lo que buscamos, que sea fácil de entender.

RA —Otra de las objeciones es qué puede pasar con los productos que se importan. Si a la producción nacional se le va a exigir eso, ¿qué pasa con lo que se importa?

AB —Se les va a exigir exactamente lo mismo, porque los países son soberanos para exigir que cualquier producto que se vaya a vender en su territorio cumpla con las disposiciones. A Ecuador cuando empezó –que tiene el sistema de semáforos– la industria le dijo “se van a quedar sin alimentos, nadie va a querer venderle alimentos a Ecuador porque tiene que ponerle el etiquetado”. De eso hace cuatro años y siguen teniendo todos los alimentos que tenían en el mercado. Nadie deja un mercado porque tenga que cambiar el etiquetado.

RA —Y son normales estas reticencias que surgen del lado de la industria.

AB —Sí, la industria tiende a mantener el statu quo, trata de maximizar su ganancia. Lo cual es entendible, es su función, producir algo para ganancia de un grupo de inversores.

EC —¿Hay otras medidas regulatorias también en materia de alimentos no saludables?

AB —Sí, está la restricción del consumo de sal. Acá ya se han hecho algunas cosas, como quitar los saleros de las mesas. Sé que hay un proyecto en el Parlamento sobre la obligación de que los restaurantes y los lugares donde venden comida tengan opciones sin sal para las personas que lo necesitan. Y está la parte de regulación del marketing, que es muy importante, sobre todo el marketing dirigido a los niños. Por ejemplo en Chile los alimentos que tienen advertencias no pueden ser publicitados para niños ni pueden utilizar elementos atractivos para los niños. Entonces esos cereales muy comunes que tienen un tigrecito no pueden usar el tigrecito en Chile, porque el tigrecito busca que los niños traten de consumirlo.

RA —Ya que estamos hablando de estas dos grandes áreas, usted tiene un posgrado en dependencia de drogas y una maestría en políticas para la prevención del uso de drogas por los jóvenes. ¿La OPS ha evaluado la política de legalización de la marihuana implementada en Uruguay?

AB —Sí, la está evaluando. No es mi unidad, hay una Unidad de Uso de Sustancias, que es la que está trabajando en ese tema. Así que por más que mi formación es en eso, no me consultaron, no está en mi área, no te puedo dar información.

RA —Pero uno puede decir que Uruguay ha avanzado mucho en las políticas de control de tabaco, en alimentos está avanzando y esto del etiquetado sería un paso más, pero ¿y en este otro ámbito? ¿Cuánto incide en el combate a las enfermedades no trasmisibles?

AB —Yo puedo decir dos cosas en esto. Una es lo que he escuchado de las personas del gobierno uruguayo: que va en el mismo sentido, se reguló el tabaco como sustancia legal y se hizo legal esta sustancia para poder regularla, porque no se puede regular una sustancia que es ilícita. Y la segunda cosa es que hay que tener cuidado, porque fumar es malo, no importa qué sea lo que se fume, porque los cancerígenos son los alquitranes que se producen por la combustión. Entonces por supuesto que toda la normativa para el tabaco tiene que aplicarse de la misma forma a la marihuana, no se podría fumar marihuana en un lugar donde no se puede fumar.

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EC —A propósito del fenómeno de las enfermedades no trasmisibles, su impacto, la necesidad de atenderlas, dice Guillermo, un oyente: “Está faltando que la invitada haga referencia al impacto de las emociones negativas. Hay evidencia científica que sostiene que cualquier trastorno denominado físico u orgánico suele implicar igualmente y a distintos niveles alteraciones psicológicas y viceversa”.

AB —Estoy absolutamente de acuerdo. Obviamente somos un todo, no somos solamente un físico y por otro lado una mente. Definitivamente hay un gran cruce entre las enfermedades no trasmisibles y la salud mental, las enfermedades mentales, desde las más mínimas. Por ejemplo, los pacientes que tienen enfermedades mentales graves tienden a usan muchas más sustancias de tabaco, alcohol que las personas que no las tienen, y al revés, pacientes que tienen enfermedades crónicas sufren mucho más de ansiedad, depresión. Nuestro departamento es “de Enfermedades No Trasmisibles y Salud Mental”, porque entendemos que este cruce es muy importante.

EC —Ese es otro aspecto que quizás no se tienen en cuenta cuando se considera a estas enfermedades no trasmisibles.

AB —Exacto. Nosotros siempre hemos luchado por incluir las enfermedades mentales, ansiedad, depresión, dentro del paquete de enfermedades no trasmisibles, pero el enfoque fue una decisión global que se tomó. Lo cual no quiere decir que nosotros no sigamos trabajando, como OPS, en este tipo de enfermedades cuando trabajamos con los países. Una cosa es la estrategia global y otra cosa es nuestra cooperación técnica del día a día.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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