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Entrevista central, viernes 21 de abril: Ope Pasquet

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EC —Esa es una de las discusiones: en qué medida está de por medio la injerencia en los asuntos internos, la intervención extranjera.

OP —Es el viejo truco dialéctico que se ha usado muchísimo tiempo. Los que tenemos ya algunos años recordamos las discusiones de otras épocas. Cuando la Unión Soviética invadió Checoeslovaquia se decía que era para defender a la Unión Soviética del cerco capitalista. Y acá los comunistas defendían eso al pie de la letra, decían que los que sostenían otra cosa actuaban a partir de información de la CIA, que era mentira que un estudiante se hubiera prendido fuego en Praga, todas esas cosas. Esto es una remake de eso. De las discusiones después sobre Cuba en los años 60 y 70. Esto es lo mismo, pase lo que pase en Venezuela, la defienden a capa y espada, niegan los hechos y además insisten –como siguen insistiendo con Cuba– en que es una democracia. Distinta de la nuestra, particular, con otras características, pero democracia al fin. Yo no acepto eso, quiero saber si los equilibrios internos que tiene que mantener el canciller Nin Novoa lo obligan a pasar por eso, poner la cara y decir “esto sigue siendo democracia”, o si sigue siendo el Nin demócrata, de formación democrática clásica uruguaya que conocimos siempre y que nos va a decir “esto es una dictadura, y Uruguay en los senos de los organismos internacionales que integra actuará en consecuencia”.

EC —Hay otras formas de verlo y de manejar los tiempos. Ayer discutimos este tema en la Mesa de los Jueves, y por ejemplo Fernando Butazzoni y Esteban Valenti defendieron la forma como el gobierno ha ido enfrentando el caso venezolano. Básicamente dijeron que la opinión del presidente y del canciller ha ido evolucionando a medida que la situación iba deteriorándose. En ese punto usted mucha diferencia no tiene.

OP —No, celebro que haya ido evolucionando, creo que es así.

EC —Destacaron además que con esta forma de plantarse Uruguay no ha estado solo, coincidieron varios países, incluso países importantes, que no fueron tan lejos como lo que se pretendía o como desde acá dentro se estaba pretendiendo ahora no más en estos meses. ¿Cómo ve eso?

OP —Con diferencias. El gobierno de Macri ha tenido definiciones más claras, más categóricas; los brasileños también. Pero es cierto que el gobierno uruguayo ha tenido una evolución positiva muy gradual, que a mi juicio revela que el gobierno le tiene una paciencia muy especial a Venezuela. Esa es otra de las cosas que no termino de entender y espero que el canciller explique.

EC —Esa es una manera de verlo. La otra, que también se mencionaba ayer, es que Uruguay fue trabajando las posturas en busca de acuerdos con varios países de la región, los fundadores del Mercosur por un lado, pero también varios de los países integrantes de la Unasur, que se han ido pronunciando en estos días. Que eso tiene mucho valor, no largarse cada uno con su discurso solo, ir conjugando esfuerzos.

OP —Sí, el asunto es si se ha hecho esa labor al ritmo adecuado y qué papel juega Uruguay en todo eso. Recuerdo que el año pasado, cuando la discusión de la presidencia pro témpore para Venezuela, que sí o que no, si se le iba a exigir el cumplimiento de la normativa del Mercosur y la internación de la normativa Mercosur, Uruguay jugó siempre del lado de Venezuela. No estaba tratando de articular con los otros para llegar a una posición común y apretar al gobierno de Maduro en pro de definiciones democráticas. Estaba jugando contra los otros, frenando sus intentos de apretar a Venezuela, defendiendo a Maduro y cosechando por ello los piropos de Maduro. Esa es la situación.

¿Por qué es eso? Porque tienen una interna complicada. Ahora bien, de la interna del Frente no tengo por qué hacerme cargo, lo que importa desde el punto de vista de la imagen del Uruguay y de la sociedad uruguaya es que estas cosas queden claras, ver qué apoya o qué defiende cada uno. Le han tenido una tolerancia muy especial a Venezuela, que queda de manifiesto incluso con estos hechos, que son conocidos, pero que se han puesto sobre el tapete en las últimas horas. Resulta que el embajador venezolano no acude cuando lo cita el Ministerio de Relaciones Exteriores. Y el presidente Vázquez dice: “Si no va cuando el ministro lo llama, yo no le contesto a Maduro cuando me llama por teléfono”.

EC —Sí, ayer, en la entrevista con VTV, Vázquez dijo que seguirá sin hablar con el presidente venezolano “en tanto el embajador de ese país no cumpla con ir a la cancillería” uruguaya, respondiendo a las convocatorias que se le han formulado y que él ha desatendido.

OP —Esto de un embajador que está acreditado frente a un gobierno y no contesta cuando el gobierno lo cita no existe, es una cosa rarísima. Esto en condiciones normales determina que se ponga en contacto el canciller de acá con el canciller de Venezuela y le diga: “Su embajador tiene algún problema en el teléfono, porque lo cito y no contesta, no viene”. Entonces o la situación se corrige de inmediato o hay que pedirles que cambien el embajador. Y si no lo cambian hay que declararlo persona no grata. Porque no puede ser, no existe.

EC —¿Este es otro de sus reclamos a la cancillería?

OP —No, es parte de la visión general que tengo sobre el problema y que espero que el canciller explique. El embajador venezolano actúa fluidamente en la sociedad uruguaya, hace visitas acá y allá, va, se mueve, viene, no es que esté enfermo, pobre. No, felizmente goza de buena salud y actúa. Ocurre que no contesta cuando el ministerio lo llama. Esa es una situación irregular.

Como es irregular también, que para mí no tiene explicación o por lo menos no conozco la explicación, que haga dos años que no tenemos embajador en Caracas. No sé qué es eso. Esas cosas son parte de las anomalías de esta situación, una situación rara.

EC —Ayer, una nota de Búsqueda resumía el estado de la relación bilateral Uruguay-Venezuela. Incluía: no hay embajador uruguayo en Caracas; no hay contacto con el embajador venezolano en Montevideo, que no comparece ante las convocatorias que le ha hecho la cancillería; el presidente Vázquez le exigió a Maduro que presente pruebas de aquella acusación o se retracte, porque dijo hace pocos días en Caracas que Nin Novoa coordina la política exterior con Estados Unidos en contra y pactando o conjurando agresiones contra el gobierno chavista, y esta serie de pronunciamientos conjuntos con varios otros países de la región pidiendo dar cumplimiento al cronograma electoral, rechazando la situación de violencia, reclamando por los presos políticos. Así está, a grandes rasgos, la relación entre los dos países.

OP —Hay algún otro elemento más.

EC —¿Cuál?

OP —Que el FA se niega a investigar los negocios con Venezuela. Lo cual a mí me parece también sintomático.

EC —Esa característica iría por otro lado. Yo le mencionaba estos puntos, este cuadro, para preguntarle: está en un mínimo ese vínculo, ¿no?, reducido a su expresión más austera.

OP —Sí, es así, ha venido sufriendo toda esta erosión. Uno se pregunta por qué se ha tomado tanto tiempo, por qué ha habido tanta paciencia, cuando en otros casos se actuó con una celeridad fulminante. Recuerdo cuando suspendieron a Paraguay del Mercosur por aquel procedimiento de impeachment del presidente Lugo, previsto por la Constitución paraguaya, lo echaron en una semana.

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