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Entrevista central, viernes 21 de abril: Ope Pasquet

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EC —No era este gobierno, era el gobierno de Mujica.

OP —Era el gobierno del FA, que el FA respaldó en bloque. Ahí no hubo ni un año ni meses, fue una cosa fulminante. Un criterio en un caso, otro criterio en el otro. O cuando a Correa lo apretaron en un cuartel policial en Quito hace algunos años. Ahí la Unasur se constituyó en una reunión de presidentes en Quito para respaldar a Correa, inmediatamente. Con Venezuela se ha tenido otro criterio, es evidente; como dicen en el fútbol, hay disparidad de criterios. ¿A qué se debe todo esto? ¿Y cuánto inciden en esto los negocios que se hayan hecho en Venezuela?

EC —Ahí ingresa ese otro factor que usted mencionaba. ¿Por qué?

OP —Porque me parece que es parte de un cuadro que llama la atención, que es irregular. Resulta que el diputado Trobo plantea en la Cámara la necesidad de investigar una serie de negocios con una apariencia que llama la atención y el FA en bloque dice “no, yo no investigo”. Eso le cuesta la pérdida de la mayoría parlamentaria, porque es ahí que se rompe el Frente, porque Gonzalo Mujica dice “yo esto no”. El FA pagó hasta ese precio para no investigar negocios con Venezuela, un país al que trata con todos estos miramientos que tanto llaman la atención. A mí todo esto me sume en la perplejidad. Tal vez yo no llegue a desentrañar los misterios que haya detrás de todo esto, pero me conformo con que el Poder Ejecutivo del Uruguay, que conduce sus relaciones exteriores, diga: “Sí, señores, esto es una dictadura, nosotros estamos en contra y trabajaremos con los demás países de América del Sur o de América Latina para encontrar una salida que tiene que ser electoral, que tiene que ser democrática”.

***

EC —¿Cuál puede ser el desenlace del llamado a sala?

OP —Dependerá esencialmente de lo que diga el ministro, de la posición que él asuma. Lo que yo espero, lo que a mí me gustaría que pasara es que el ministro se exprese con tanta claridad y con tanta fuerza democrática que esto concluya en una declaración de apoyo a la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores y una exhortación a seguir adelante por la causa del restablecimiento de la democracia en Venezuela. Algo así.

EC —¿Y si no ocurriera eso? ¿Si las explicaciones no resultaran satisfactorias?

OP —Tendremos que declararlo así, declarar insatisfactorias las explicaciones del ministro y ver qué resulta de la votación.

EC —Ahí habría toda una paradoja, porque en el fondo usted y el canciller Nin Novoa probablemente coincidan en cómo enfrentar la situación venezolana, en cómo diagnosticarla. Y sin embargo ese canciller terminaría siendo cuestionado, terminaría debilitado al no aparecer con el apoyo parlamentario requerido. Usted y quienes votaran con usted estarían resquebrajando la posición de un canciller que individualmente está muy cerca de sus posiciones.

OP —Reitero que esa no es la intención. La aspiración es poder votar una declaración que respalde una línea con la que podamos coincidir plenamente en estas cuestiones tan importantes que son las de principios democráticos. Pero reconozco que existe la posibilidad de que no sea así, eso correrá por cuenta del canciller y de lo que él diga. Porque no nos podemos conformar con saber que individualmente, personalmente, compartimos ciertas cosas. No nos podemos conformar tampoco con la anécdota: el presidente Vázquez no le contesta el teléfono a Maduro, ¿vieron?, no simpatiza. ¿Nos quedamos conformes con eso? No, señor, al gobierno le exigimos otra claridad institucional. Eso es lo que está en juego.

Reconozco que es menos cómodo que tener todo el margen de maniobra para decir una cosa de un lado, hablar con el PIT-CNT, hacer esas pequeñas cositas, que el embajador no contesta pero tampoco hacemos nada. Pero necesitamos menos comodidad y más claridad.

EC —Y sin apoyo parlamentario, ¿qué ocurriría con el canciller? ¿Qué ocurriría con Uruguay en este tema?

OP —No nos adelantemos tanto.

EC —Podría pasar, teniendo en cuenta cómo están hoy las posiciones dentro de la Cámara, teniendo en cuenta las divisiones que hay dentro del FA, teniendo en cuenta que Gonzalo Mujica ya no pertenece al FA incluso.

OP —Sí, pero allí tienen ellos una rueda auxiliar –dicho sea con todo respeto–, la representación de Asamblea Popular en estos temas funciona con la mayoría, cuando se discute Venezuela coincide con las posiciones del FA. O sea que eso tampoco es tan claro. Pero en definitiva, si por discrepancias en estos temas el gobierno tiene que hacer ajustes en el gabinete o lo que fuere, es su responsabilidad, no la nuestra. No creo que la oposición tenga que aceptar ambigüedades, posiciones zigzagueantes o confusas para no complicarle la vida al gobierno. Que el gobierno se haga cargo. Si la mayoría de la fuerza política es partidaria de una actitud mucho más amistosa con el régimen de Maduro, pues que se hagan cargo y que lo digan. Pero que no pongan adelante un canciller que uno sabe que no comparte esas cosas y nos mantenga en una especie de limbo, de posiciones que más o menos, que ni fu ni fa.

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