EC —¿Qué edad tenía Cervantes entonces?
ME —Eso fue en el 71, nació en el 47… tenía 24 años. Y está enfermo, está con fiebre bajo cubierta, y sale a pelear igual.
DQ —Herido también siguió peleando.
ME —Es herido, recibe dos tiros de arcabuz en el pecho y uno en el brazo; por eso queda tullido, no manco. Va al hospital en Mesina, está meses y vuelve al ejército, está dos años más y pelea en otras batallas, pese a que está tullido.
De eso nos enteramos muchos siglos después, por otros testimonios, no por él. Él sostiene en las Novelas ejemplares que estuvo en Lepanto, en la segunda parte de el Quijote reivindica su condición de soldado. Fue soldado de la cristiandad en esa época y estuvo en la batalla más importante. Cuando pide la licencia del ejército y toma el barco que lo trae a Cataluña desde Génova, que también va su hermano Rodrigo, que es soldado, cuando ya está viendo la actual Costa Brava, cerca de Palamós, es capturado por los secuestradores extorsivos de la época, que eran los berberiscos, y llevado a Argel. Entre los papeles que lleva, lleva grandes elogios firmados nada menos que por Juan de Austria, por su desempeño como soldado. Los berberiscos se creen que es un gran personaje y piden 50 ducados por el rescate de su hermano Rodrigo y 500 por él. Juntar ese dinero en la época era muy difícil.
EC —¿Y mientras tanto escribía?
ME —No, en esa época todavía no escribía. Había tenido unos intentos más joven, cuando era discípulo de De Hoyos, había escrito unos poemas que habían sido publicados en la época; cuando muere Isabel de Valois, la cuarta o quinta mujer de Felipe II, él participa de las odas funerarias.
EC —¿Cuándo empieza a escribir con decisión, con determinación? Porque este relato es tan apasionante y tan movido que capaz que nos perdemos en las edades de él.
ME —Creo que empieza a escribir con cierta sistematización cuando vuelve a España después de ser liberado en Argel, después de cinco años y cinco intentos de fuga. Ahí empieza a escribir.
