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Entrevista central, viernes 22 de diciembre: Armando Blankleider

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EC —Usted estaba buscando un laboratorio que produjera la materia prima.

AB —Claro, la materia prima, porque además de que no hay productos registrados en el mundo, este es el primero, el MSP jamás me habría permitido importar algo, salvo lo que está permitiendo como uso compasivo, que encuentro muy bien, porque no hay nada registrado en el mundo. Yo quise importar de Estados Unidos uno de los que circulan para uso compasivo, tratamos de ponernos en contacto con ese laboratorio para pedirle la documentación y fue imposible, es una máquina contestadora, un teléfono, no hay nadie. Pedimos documentación, registros, dossier, no hay nada.

EC —¿Cómo se entiende eso?

AB —No lo entiendo. Estuvimos en contacto con Holanda, muy avanzados, hasta que en determinado momento mi amigo [Berenz] –porque me terminé haciendo amigo de [Berenz]– me dijo: “Armando, no te puedo exportar, no tenemos la documentación requerida”.

EC —¿Qué ocurría hasta ahora con los pacientes que necesitaban este tipo de medicamento?

AB —Eso es lo primero, hay mucha gente que necesita esto. Y cuando alguien necesita recurre a cualquier cosa. Hay a nivel local y en todos los países fabricación casera, mercado negro, etcétera, y hay, a través del MSP, importación compasiva, con receta naranja, se importan algunos productos. Pero insisto, esos laboratorios… laboratorios no, exportadores, que suministran ese producto no tienen el respaldo documental para probar qué es lo que tiene. Si no, ¿por qué no registrarlo? Es facilísimo; es un trámite serio, pero es posible registrar cualquier cosa en el MSP.

EC —Una chance era que se hicieran de este medicamento a partir de fabricación casera. Llega a haber hasta cooperativas, iniciativas solidarias que se forman para que el producto esté disponible dentro del país, pero, claro, con cantidad de signos de interrogación en torno a qué es eso efectivamente y a su efectividad. La otra posibilidad es la que usted mencionaba, la de importar, la persona, la familia de la persona pueden importar individualmente un producto de estos.

AB —En forma temporaria el ministerio tuvo que permitir eso porque la necesidad estaba. Es muy duro para una madre con un hijo que tiene 130 episodios de epilepsia diarios verlo sufrir y no poder darle nada. Era una mitigación del tema.

EC —El dilema era complicado: productos informales, de algún modo inseguros, o productos importados, teóricamente mejores, pero a su vez muy caros.

AB —Sí. Lo de caro, qué es caro y qué es barato, es algo muy relativo.

EC —Ahora aparece la posibilidad de que este medicamento se compre directamente en farmacias. Ustedes lo producen acá pero recurren a materia prima importada, que en este caso es de origen suizo. ¿Por qué? Todos imaginábamos que cuando se avanzara en productos de medicina cannábica en Uruguay iba a ser con el cannabis que se está produciendo acá, el que se ha permitido producir acá.

AB —No sé en qué situación está el cannabis que se va a producir acá o que se autorizó hacer acá. Sé por el laboratorio de Suiza que nos provee la materia prima que el proceso de extracción de plantas seleccionadas genéticamente, purificadas y con estabilidad y concentración lleva un tiempito, un par de años y mucha inversión. Este laboratorio justamente se especializa en eso, en la producción de materias primas de origen vegetal y tienen GMP o buenas prácticas de fabricación, lo cual garantiza absolutamente la estabilidad y la concentración del producto, avalado por una entidad sanitaria suiza.

RA —Entonces se podría ir por ese lado acá también, cuando se llegue a determinado grado de evolución en los cultivos de marihuana se podría utilizar materia prima uruguaya.

AB —Más que de cultivos, de la parte industrial, evolución de la parte farmacéutica. Porque para la plantación uno selecciona las semillas, lo que quiere –que también es importante–, pero después de que plantan y cosechan hay que procesar el producto, y eso es un proceso farmacéutico.

EC —Un proceso que todavía está en pañales en Uruguay, dice usted.

AB —No lo conozco, no estoy en eso, estoy en el tema mío y estoy seguro, porque así lo entendió el MSP, Departamento de Medicamentos. Entendió que contamos con un producto cuya venta puede autorizar porque están seguros de que es bueno. Y están seguros, porque los trámites o los pasos que tuvimos que dar fueron muy exigentes, y me congratulo de eso, agradezco que así sea.

EC —Vayamos ahora a los componentes del producto. ¿Cuáles son?

AB —Nuestro producto es CBD o cannabidiol al 2 %, puro prácticamente, menos de 10 partes por millón de THC, que es la parte psicoactiva del extracto o aceite que se obtiene de la purificación de estas plantas.

EC —A grandes rasgos, ¿cómo es el proceso por el cual se convierte en aceite, que es el producto final?

AB —El laboratorio que nos da la materia prima no me muestra los procesos propios, como cualquier otro secreto de fabricación; si no, muchos saldrían rápidamente. El otro día en un programa de la mañana en la tele mientras me hacían las preguntas clásicas a las que prácticamente todos estamos acostumbrados, veo en la pantalla que están pasando un videíto de una persona con un trapo y unas plantas mojadas que exprime como uno exprime la cosa para hacer una pascualina y cae un líquido verde. Le digo al periodista: “Me podés hacer todas las preguntas, pero eso es lo que el MSP quiso lograr con esto. ¿Qué tiene ese producto dentro? ¿Qué madre puede darle eso a un hijo que tiene epilepsia? ¿Qué estabilidad, qué concentración, qué cantidad de THC tiene?”. A eso apuntó el MSP, desde el ministro Jorge Basso para abajo todos, a lograr que la población del Uruguay tenga un producto seguro.

EC —¿Cómo se administra ese aceite?

AB —Nuestro producto, el Epifractan al 2 %, se administra vía sublingual en gotas. El médico tratante, que es fundamental, es el que indica las dosis, la cantidad, etcétera, va viendo la evolución para modular la posología.

RA —Es importante marcar que el producto se vende en las farmacias con receta médica, pero receta blanca.

AB —Sí, el MSP decretó que se vende con receta profesional simple, blanca.

RA —No requiere la verde, que es un poco más compleja.

AB —Es para psicofármacos; esto no es un psicofármaco, no tiene actividad psicotrópica, no actúa ni produce delirios ni éxtasis ni nada.

EC —¿Para qué casos, para qué situaciones es útil, conveniente?

AB —La indicación primera y comprobada científicamente en el mundo es la epilepsia refractaria. Hay cantidad de aplicaciones para el CBD en enfermedades del sistema nervioso central, como esclerosis múltiple, párkinson, alzhéimer algo, síndrome neurodegenerativo, esclerosis lateral amiotrófica, y otras no del sistema nervioso, pero aparato digestivo, sistema osteoarticular, modulación del sistema endócrino. Porque hay en el organismo un sistema endocannábico que tiene receptores, esos receptores entran en contacto con las moléculas de este cannabidiol o aceite y en la interacción se producen efectos benéficos. No voy a dar toda la explicación neurofisiológica, que se producen las descargas, etcétera, en las terminaciones sinápticas.

EC —Estamos hablando de un efecto importante, de un cambio significativo en la calidad de vida de estas personas.

AB —Comprobado. Ya estamos tratando de hacer estudios prospectivos con prestigiosos neurólogos y neuropediatras para demostrarlo. Ya está demostrado en el mundo. El tema es que con respecto a este producto siempre hubo, no sé por qué motivo, muchos prejuicios y mucha ignorancia. Es como la ley seca de Estados Unidos. Hasta hace 60 años no se sabía nada, hasta que un doctor Mechoulan en Israel se dedicó al estudio de esto, no con mucha facilidad, con muchas dificultades, justamente por todas las prohibiciones que había. Hoy en día es un medicamento prácticamente inocuo, pero el médico puede controlar perfectamente la evolución del tratamiento. Tampoco es una panacea, lo quiero dejar bien claro, porque hay gente que puede decir que cura todo y sirve para todo. Yo soy profesional y lo digo bien claro: no es la panacea, es un elemento más en el arsenal que tienen los médicos para tratar a los pacientes.

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