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Entrevista central, viernes 26 de mayo: Alejo Umpiérrez

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EC —¿Han estado trabajando con ellos? ¿Y con AP?

AU —Hemos estado trabajando, AP apoya la prohibición del fracking y el Partido Independiente también. Así que hemos de esperar [el apoyo] del arco opositor. Este es un tema que va a ir ganando espacio entre los diputados oficialistas. No tenemos versiones oficiales, pero sabemos que varios diputados oficialistas correspondientes a los departamentos del norte, donde estarían afectando las perforaciones de Schuepbach –que se hacen directamente sobre el acuífero Guaraní, que lo atraviesa–, apoyarían el proyecto de prohibición.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —Vamos a escuchar cómo definía el fracking Roberto Ochandio, un geógrafo argentino que tiene larga experiencia en empresas petroleras y está especializado en punzamiento de pozos de petróleo.

(Audio entrevista con Roberto Ochandio.)

RO —Básicamente hay dos tipos de yacimientos, convencionales y no convencionales. Un yacimiento convencional es un yacimiento en el cual el petróleo o el gas se encuentran alojados en una roca que es porosa y es permeable. Significa que permite alojar petróleo porque es porosa, y es permeable, por lo tanto permite que el gas o el petróleo fluyan a través de los poros hacia el interior del pozo, cosa de que uno lo pueda extraer. Es la figura clásica que uno tiene de que perforan y sale el petróleo por superficie. Un pozo no convencional es un pozo que extrae de rocas que son muy poco porosas y de muy poca permeabilidad. Eso significa que cuando uno perfora el petróleo o el gas no pueden fluir solos hacia el pozo, hay que romper la roca.

EC —Hay que romper la roca.

RO —Hay que romper la roca donde está alojado el petróleo, que es la roca madre, la roca de esquistos o shale, en inglés. Uno lo podría hacer con un explosivo, podría poner una bomba, romper toda la roca, entonces sí fluiría todo ese petróleo que está atrapado. Pero si uno hace eso se rompe la geometría del pozo, el pozo ya no es más redondito abajo y no se podría explotar. Entonces lo que se hace es fracturar la roca. Para eso se le inyecta agua a muchísima presión, lo cual rompe la roca. Al agua esa se la gelifica, se la convierte en un gel, para que pueda llevar en suspensión granos de arena, gran cantidad de arena. Esa arena se usa para trabar las fracturas para que no se cierren. Cuando uno saca la presión de las bombas que hicieron la fractura y se cierra la fractura, no se puede cerrar porque la arena la traba. Eso permite que fluya el petróleo, básicamente.

(Fin audio.)

EC —¿Algo para agregar a propósito de esta definición?

AU —Sí, que cada pozo lleva de 9.000 a 30.000 metros cúbicos de agua, de 9 millones a 30 millones de litros de agua. Para traducírselo al ciudadano corriente a niveles de consumo, un pozo lleva el consumo de una ciudad como Paysandú durante 20 días. A su vez, no es solamente agua y arena, hay un agregado de hasta un centenar de productos químicos, al 1 % aproximadamente, muchos de ellos cancerígenos, que después quedan entrampados bajo la tierra y se derivan a acuíferos subterráneos, que es el gran problema. Incluso la parte de lo que se llama el líquido de reflujo, que es el líquido que vuelve a la superficie, estimado en 20 % a un 70 %, tiene que ser procesado en tierra, porque tiene productos venenosos que por lo tanto no pueden derivarse a ningún curso de agua. En Estados Unidos, que es el país que más ha desarrollado esta técnica, encontraron el año pasado 225 problemas ambientales a partir del fracking. No es una técnica nueva, es de 1947, pero se popularizó hace 10 años.

RA —Aunque parezca obvio, conviene aclarar que en Uruguay no se está aplicando esta técnica. El fracking solo se utiliza en la etapa de explotación, no en la exploración, que es lo que está ocurriendo en este momento. Entonces ¿por qué se opone a que se aplique esta técnica en un futuro, o por qué entiende que es importante que se apruebe este proyecto de ley hoy?

AU —El problema de la contaminación de los acuíferos ya está comprobado científicamente que sucede. Además se producen minisismos y sismos regulares. En Kansas y en Ohio, que son los lugares donde históricamente, antes de la aplicación del fracking, la frecuencia era muy menor, se han detectado sismos artificiales que han llegado a tener 5,9 grados en la escala Richter, porque el piso cede ante la fracturación hidráulica, al fragmentarse la roca debajo.

Entonces generamos un problema innecesario. Porque aparte los estudios que tenemos, que vienen del Departamento de Geología de Estados Unidos, de 2011, dicen que lo que eventualmente tenemos de capital captable –que para una empresa puede ser rentable– son 30 años de petróleo y 80 años de gas natural. El contrato firmado con Schuepbach, que es a 30 años y que no fue brindado por Ancap de forma voluntaria sino a través de una acción por la Ley de Información Pública, es un contrato abierto, que en su definición, en el capítulo 2, establece que su objeto es la explotación de hidrocarburos, pero no define si con técnicas convencionales o no convencionales. Y en el norte es donde el Departamento de Geología de Estados Unidos dice que estarían alojados los esquistos bituminosos y las lutitas para esta explotación.

EC —Romina puntualizó que hoy no se está usando el fracking porque las empresas que están trabajando recién se encuentran en la tapa de exploración. Pero además el presidente de la República, Tabaré Vázquez, y autoridades de la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente) han reiterado que no van a autorizar la aplicación de esta técnica en ningún caso. ¿Es necesaria una ley entonces?

AU —Creo que sí. No es que no nos sean garantía la palabra del presidente Vázquez o las declaraciones públicas de la ministra Cosse, que en algún momento también lo expresó. Creo que hay momentos de quiebre que se producen especialmente cuando empiezan a jugar determinados intereses económicos si se producen descubrimientos en ese sentido. Uruguay prohibió el uso de energía nuclear en el año 2000, cuando uno podía dar un debate sobre la eventualidad de un proceso, formación de otras fuentes energéticas, etcétera. Recuerdo que Maggi era muy defensor de la energía atómica, y juro además que me había convencido. Después la realidad me convenció, Fukuyima me destrozó cualquier argumento. Entonces no quiero Fukiyima petrolero.

Ahora confieso mi error de haber pensado en contra del proyecto de ley que apoyó el Parlamento, pero no quiero jugar con este tema, que es un tema muy delicado. En el norte, para llegar a las perforaciones de lutita hay que atravesar todo el acuífero Guaraní por un sistema de entubamiento telescópico cementado. Este sistema muchas veces no resiste la presión del agua, que lo fractura. Estas son las razones por las cuales han existido los problemas en Estados Unidos. De ese modo, todas estas cosas se filtrarían al acuífero Guaraní, que es el reservorio de agua dulce más grande del mundo, abastece Rivera, Livramento, Artigas, todos los cultivos de citrus del norte. Imaginemos el desastre ambiental que podemos llegar a hacer.

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