
EC —En la lista de nombres de los nuevos miembros solo figuran tres latinoamericanos: tú, un colega de Brasil y otro de México. ¿Las nacionalidades de los que ingresan de algún modo pintan un panorama sobre cómo está la investigación científica?
RR —Efectivamente, hay un investigador mexicano, un investigador brasileño y mi caso como investigadores del área latinoamericana. Eso refleja un poco la densidad de lo que se produce en América Latina con relación al resto del mundo; no es un número muy grande, más bien es un número relativamente chico. De alguna forma sí, los investigadores extranjeros que ingresan expresan las capacidades de producir ciencia de los países. Investigadores asociados extranjeros alemanes hay muchos, hay muchos ingleses, hay muchos canadienses, hay muchos franceses; hay bastantes menos latinoamericanos. Es verdad que hay varios argentinos, pero Argentina ha tenido una tradición científica muy fuerte sobre todo en las ciencias biológicas desde la década del 40 y tiene varios premios Nobel en Biología, es el único país latinoamericano que tiene premios Nobel en ciencias. Entonces es verdad, la poca cantidad de científicos latinoamericanos entre los extranjeros marca el relativo aporte, que no es tan alto, de la ciencia latinoamericana al contexto internacional, aunque levemente los números indican que vamos aumentando.
EC —¿Estás nervioso pensando en la ceremonia de ingreso de los nuevos miembros, la de mañana de noche?
RR —Sí, un poco sí. Mi gran desafío ahora es cómo el traje llega lo menos arrugado posible, lo cual no es nada fácil con todas las vueltas que uno tiene que dar con las valijas. Pero sí, esa sensación de nerviosismo está, aunque estoy muy tranquilo en cuanto a que toda la preparación se hizo con mucha conciencia, así que me imagino que va a ir todo bastante bien.
EC —El acto es el sábado de noche, es abierto al público, podrá verse en una trasmisión en directo a través del sitio web de la NAS. ¿Qué características tiene? ¿Es muy formal? ¿Te toca hacer uso de la palabra en ese momento?
RR —Sí, es un acto formal. De hecho en el protocolo que nos mandan plantean en líneas generales cuál es el código de vestimenta que se debe usar, que básicamente para los hombres es traje y corbata. Es una ceremonia formal, con lugares reservados, cada académico va a ser llamado frente a toda la Academia, se va a describir sucintamente por qué fue elegido e imagino que en ese momento se podrán decir muy muy breves palabras. Necesariamente tiene que ser muy corto el tiempo por académico por la cantidad que son; la ceremonia en total dura una hora y media, de forma que asumo que no puede ser más de un minuto, un minuto y medio por académico nuevo ingresado el año pasado. Pero sí es un acto muy formal, está prevista la retrasmisión por la página web de la Academia. Seguramente va a ser el acto académico con mayor formalidad de aquellos en los que he participado en mi vida.
EC —¿Quiénes te acompañan? Algo ya dijiste, por ejemplo habrá representantes de la Embajada de Uruguay en EEUU.
RR —Sí, va a estar el viceembajador y va a estar el agregado cultural de la Embajada de Uruguay en Washington; y también voy a estar con mi pareja, mis dos hijas y un querido primo que vive en Chicago que va a llegar el sábado para participar. Así que hay una pequeña delegación de uruguayos entre familiares y gente de la Embajada. Y también colegas norteamericanos o uruguayos norteamericanos que hace mucho tiempo viven en EEUU y son miembros de la Academia me han llamado y me han dicho que van a estar ahí alentando el ingreso.









