
EC —¿Cómo podemos definir el público, la población de jóvenes a la que se dirigen?
CB —Buscamos aquellos jóvenes que tienen realmente voluntad de estudiar, cuyas familias también tienen voluntad de que esos jóvenes estudien y a su vez que tienen dificultades por situaciones de pobreza o de vulnerabilidad. Ánima está en el Centro de Montevideo, en Canelones y Gutiérrez Ruiz, y recibimos población de diversos barrios de Montevideo, pero sobre todo de la zona periférica.
EC —Si los jóvenes vienen de zonas periféricas de Montevideo y de Canelones, ¿por qué la sede está en el Centro?
CB —Y también de San José, de la zona metropolitana.
EC —Otras instituciones parecidas han optado por colocarse en el lugar de origen de los alumnos.
CB —La experiencia en Montevideo existe en aquellos barrios con mayores dificultades.
EC —Casavalle, por mencionar uno.
CB —Fue un tema interesante de debate. Otras empresas fundadoras son Montevideo Shopping, Tres Cruces y dos empresas del sector TIC, que son One Tree y Take off Media. Dijimos: Montevideo está segmentado, el país está segmentado, estos jóvenes viven en barrios homogéneos y la idea es generar mayor capital. Lo interesante es que los jóvenes puedan circular, relacionarse con otros; muchos jóvenes no conocen la costa, no conocen el Centro, y la idea era esa, que pudieran circular, eso fue clave. Y buscábamos un edificio ocioso, que nos permitiera, sin una inversión muy grande –que tuvimos que hacer igual porque el edificio no estaba en condiciones–, generar un espacio lindo, atractivo, donde a los jóvenes les gustara estar.
EC —Optaron por probar la otra ubicación posible, que no fuera en el origen mismo de los alumnos, sino en el Centro.
CB —Que salgan del barrio, que circulen, que se conecten con otros. Una de las primeras actividades que hicieron el año pasado fue conocer el barrio, conocer qué pasaba en este barrio, presentarse. Fue interesantísimo porque descubrieron un territorio que no conocían.
EC —Rosario está ubicada allí, en la sede de Ánima. ¿Qué estás viendo? Contanos en pocas palabras a propósito del edificio y su infraestructura, porque hoy no hay actividad allí.
ROSARIO CASTELLANOS (RC) —No, esta semana no hay actividad. Los chicos comenzaron a venir en febrero, pero esta semana en particular están de vacaciones. Carmen decía que había costado mucho acondicionar el edificio, pero el resultado es impresionante porque el lugar es impresionante. El lugar era originalmente el claustro del convento de los Conventuales. En la esquina misma de Canelones y Gutiérrez Ruiz creo que lo más destacado es la iglesia parroquia de los Conventuales, tal cual la conocemos. Pegado, por la calle Canelones, hay una entrada con un gran cartel que dice Ánima. Inmediatamente después de ingresar, se ingresa por una de las patas, de los cuatro lados de este fenomenal claustro, rodeado de galerías porticadas en las cuales se distribuyen tres de los salones en planta baja, más el comedor, más las oficinas. Todo con una señalética muy moderna, muy clara, pero sobre todo con una vinculación a este lugar en el que me encuentro, con una fuente rodeada de un murete y de plantas con hibiscos en flor, rosales, que es una verdadera maravilla desde donde se mire. En planta alta están dos de las aulas que ya están ocupadas sobre la galería. Son 125 alumnos que tienen esta misma posibilidad que tengo yo, cuando el tiempo lo permite, de asomarse a una ventana o sentarse en estos muretes y disfrutar de este espacio único de paz y de belleza que tengo a mi alrededor.









