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Entrevista central, viernes 3 de marzo: Carmen Bruzzone

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EC —Vamos a repasar cómo es la distribución de horas en el aula y en la empresa, según el año.

CB —En primer año de bachillerato (cuarto año) no van a la empresa más que de visita, o reciben empresarios en Ánima para conocer la situación, conocer la vida de los empresarios y el metier de la empresa. En el segundo año de bachillerato (quinto año) van dos tardes a la empresa. En tercer año de bachillerato (sexto año) van tres veces por semana a la empresa, la carga en la empresa aumenta.

EC —Y ¿qué tipo de trabajo desarrollan cuando están en la empresa?

CB —Eso es bien interesante, por eso tenemos un seminario ahora para trabajar estos temas. Cuando va a la empresa el joven tiene que aplicar lo que aprendió en el bachillerato. Nosotros decimos que tiene que haber un responsable en la empresa, un tutor en la empresa, y tiene que haber un plan de formación. El joven va a la empresa con una tarea designada, con un plan de formación, lo que va a hacer en función de lo que aprendió.

EC —Va a trabajar.

CB —Va a trabajar y va a recibir un salario, va a cumplir un horario y va a cumplir una serie de tareas asignadas, y va ser evaluado en función de las competencias técnicas para desarrollar la tarea y de las competencias actitudinales también. En ese sentido estamos en el marco de la Ley de Empleo Juvenil, en lo que se llaman las prácticas formativas, para lo cual tuvimos que tener una exoneración por la cantidad de horas que van a estar los jóvenes en la empresa –que no estaba pensado de esta manera, porque no está pensado en función de un sistema dual–. Los chicos tienen un contrato de trabajo, tenemos un acuerdo con Dirección Nacional de Empleo (Dinae) para la elaboración de ese contrato de trabajo, que es un contrato de trabajo específico, y los jóvenes van a tener una remuneración porque van a estar trabajando y tienen una responsabilidad en el trabajo.

EC —Están formándose de una manera original y muy directa en cuanto a las habilidades que van a requerir luego en el mercado de trabajo, pero además a partir del segundo año ya están ganando, cuando van efectivamente a la empresa ya tienen un salario.

CB —Un salario acordado, se hizo un estudio con el área de empleo juvenil de la Dinae del Ministerio de Trabajo y allí definimos un salario tipo, un salario específico para esto, una retribución. ¿Por qué la retribución? Fue un tema de debate. Por un lado, porque el joven va a trabajar en la empresa, va a dedicar horas de trabajo a esa empresa, ya sea para productos internos de la empresa o destinados al cliente. Por otro lado, tenemos que evitar que el joven tenga la tentación de dejar de estudiar por ir al mercado de trabajo. Eso es un problema porque muchas veces la familia necesita que este joven traiga un ingreso al hogar. Y en el marco de la Ley de Empleo Juvenil vimos que era bueno que tuviera una responsabilidad y un salario, lo merece, es normal que un joven que trabaje lo cobre.

EC —¿Cómo se evalúa el aprendizaje que el alumno hace en las empresas?

CB —Trabajamos con una plantilla de competencias técnicas que tiene que desarrollar el joven en cada uno de los años, en primero, segundo y tercero. Esas competencias las evalúa el docente y tienen que ver con las cosas que él conoce, sus conocimientos, sus habilidades y su actitud en un puesto de trabajo dado, el que tiene el joven en ese momento en el área de administración o en TIC. Y cuando hablamos de TIC hacemos un fuerte énfasis en desarrollo web. El joven va a ir a hacer parte de una producción de ese tipo y va a tener una evaluación de su tarea en base a las competencias. La evaluación la van a hacer el tutor de la empresa y el docente en Ánima, la idea es sumar eso.

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