
RA —¿Qué tipo de empresas conforman la cámara y cuáles son los requisitos de ingreso?
SM —Lo primero es que no es una cámara para gais, es una cámara empresarial multisectorial país, de alcance nacional, que reúne empresas y empresarios que tienen un compromiso con la inclusión y la diversidad en sus políticas internas, puertas adentro, como también hacia fuera con sus clientes. Con puertas adentro me refiero a que incluyan en sus políticas laborales, de recursos humanos, la inclusión y la diversidad. Esto, además de ser una cuestión de inclusión, igualdad, respeto y tal, es fundamental y tiene otro tipo de consecuencias que también son positivas que están vinculadas con lo que se llama el “armario corporativo”. Tengamos en cuenta que estamos todos los días un montón de horas en el trabajo, entonces lo que implica el hecho de no poder manifestarse libremente y contar su historia de vida… Siempre se pone como ejemplo el tema de los lunes a la mañana, el “qué hiciste el fin de semana”: “Yo fui con mi esposo y mis hijos al cine”, “yo fui con mi novia a bailar”; un trabajador LGBT que no puede manifestarse tiene que mentir, cambiar de género, decir “no hice nada, me quedé”, por miedo. Esa es una mochila muy pesada.
Se ha comprobado que cuando esto desaparece el rendimiento de la persona aumenta 30 %, porque trabaja mucho más cómoda, se siente contenida, etcétera. Una de las conferencias que hubo en el evento de la semana pasada la dio IBM, que es uno de nuestros socios corporativos, y fue sobre las políticas de diversidad de la corporación en todo el mundo, incluido Uruguay. Hoy sin duda es mucho más positiva en todo sentido la inclusión que la exclusión.
NB —Por mencionar algunos de los socios que integran la cámara, además de IBM, están La Cocina de Pedro, El Milongón, Francis, Friendly Map, Il Tempo, Carlos Sicco, Sojo…
SM —American Airlines… Va desde aerolíneas y corporaciones internacionales hasta pequeños y medianos emprendimientos de todos los sectores económicos.
RA —¿Integrar la cámara es una buena práctica que puede verse en términos de responsabilidad social empresarial? ¿Ese es un valor que se está viendo –más allá de lo que puede ser el mercado LGBT– desde el punto de vista social, filosófico? ¿Eso es parte del interés de las empresas?
SM —Es un factor importante, le agrega a la empresa el ser LGBT-responsable. Además esto tiene otros puntos a favor. Hay unas 44 cámaras LGBT en América Latina, Estados Unidos y Europa. En Estados Unidos la National Gay and Lesbian Chamber of Commerce, que reúne a su vez 40 cámaras de los estados, tiene una plataforma que es la Cadena de Proveedores Diversos, que son empresas que surgen a partir de una iniciativa del presidente [Barack] Obama que establece que 40 % de los consumos de las grandes corporaciones deben hacerse en sectores que tienen que ver con minorías: mujeres emprendedoras, afrodescendientes, LGBT, indígenas, veteranos de guerra –que en Estados Unidos es un subgrupo muy importante–. Dentro del sector LGBT esto es coordinado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que a su vez tiene convenios de asociación con las cámaras de América Latina, incluyendo a Uruguay.
NB —Ustedes se sumaron a eso.
SM —Exactamente, a esta Cadena de Proveedores Diversos. Tienen beneficios como la introducción de los productos a los países de las otras cámaras y en Estados Unidos. Entonces está el beneficio de la responsabilidad social y la buena imagen, que es sincera y es cierta, y además es una oportunidad interesante de expansión de productos o servicios.
NB —¿Cuántas empresas integran la cámara en Uruguay?
SM —Son 80 en este momento, empezamos siendo 10 hace un año.









