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Entrevista central, viernes 30 de setiembre: Sergio Miranda

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RA —En el spot de la cadena de televisión y radio que emitió el Ministerio de Turismo el pasado 27 de setiembre con motivo del Día Mundial del Turismo, tú decías que Uruguay se encuentra entre los 10 países más gay-friendly del mundo y que Montevideo es la capital más gay-friendly de América Latina. ¿Qué determina eso, cómo se mide, pero sobre todo qué implica desde el punto de vista del potencial que puede tener?

SM —Lo que lleva a elegir una ciudad o un país gay-friendly tiene que ver primero que nada con un marco legislativo inclusivo y de igualdad de derechos, esa es la base. Porque hay países donde las manifestaciones LGBT están penalizadas, en casos extremos con pena de muerte, y países como Uruguay que, junto con Argentina a nivel del Cono Sur somos vanguardia en igualdad de derechos. Esto es el marco legislativo. Después a nivel de la sociedad siempre hay que seguir trabajando y creciendo en ese sentido.

NB —¿Cómo funciona ese tema de la sociedad en el trato cotidiano que puede tener el turista con el uruguayo?

SM —Nosotros como sociedad hemos avanzado y mejorado mucho. Quizás haya un discurso de lo políticamente correcto en la manifestación pública y después hacia dentro cada uno tendrá su modo de pensar, y está bien que así sea. De todas maneras es indudable que ha habido un avance, yo siempre me pongo como ejemplo: hace tres años que estoy casado con mi compañero de vida, con el cual convivo desde hace 15 años.

NB —Tu caso fue muy famoso porque fue el primer matrimonio igualitario luego de que se aprobó la ley.

SM —Exactamente. Hace 25 años por manifestarme, por estar bailando en una discoteca, de repente caía una camioneta de la Policía y nos llevaban presos. En 25 años, que es la mitad de mi vida, pero en la historia de un país es un rato, de llevarme preso por estar bailando en una discoteca a llevar tres años casado con mi compañero, estamos hablando de un evidente avance de la sociedad.

RA —¿Qué implica desde el punto de vista de la recepción de turistas el hecho de ser un país gay-friendly y estar catalogado así? Veía cifras que se manejan de países de la región que muestran el potencial que implica este turismo. Se estima que en Brasil viven unas 18 millones de personas LGBT con un poder de compra importante y en Colombia 5 millones de gais y lesbianas.

SM —Volviendo a lo de la cámara, pensemos en lo que tiene que ver con servicios: la comunidad LGBT consume y necesita servicios como cualquier persona, de salud, legales, abogados, contadores, etcétera. Cada cámara de negocios LGBT en América Latina y Estados Unidos realiza un evento anual en el que se reúnen empresarios locales y los directivos de las cámaras de otros países que viajamos y nos reunimos para potenciarnos entre nosotros y a su vez desarrollar emprendimientos.

El año pasado estuvimos en We Trade, que es el evento de la cámara de Colombia. Había una delegación de la cámara de Uruguay y se nos acercó un empresario de un frigorífico interesado en tener contacto con frigoríficos de Uruguay, en importar carne de Uruguay de empresas frigoríficas que fueran LGBT-responsables. Esto, que parece insólito, es un ejemplo de lo abarcativo que es.

De hecho, ayer tuvimos una reunión en el Ministerio de Industria y Energía, porque estamos haciendo diferentes acciones con los ministerios –la cámara está dentro del paraguas marca país, es la primera cámara LGBT del mundo que está asociada a una marca país–. Empezamos con Turismo, pero ahora, en esa cosa tan transversal, estamos trabajando en futuras reuniones con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, porque ya trasciende y abarca también el sector industrial en general.

NB —Siguiendo con el potencial que tiene Uruguay como destino de ese tipo de turismo, ¿cuál es la oferta? Por lo menos la más específica, me imagino que hay cosas más genéricas, hotelería, etcétera, pero ¿cuál es la oferta más dirigida a ese público que tiene Uruguay?

SM —Básicamente para el turista LGBT, al contrario de lo que uno puede pensar a priori, todo lo que es la oferta de noche y entretenimiento no es lo prioritario, porque la noche y el entretenimiento en cualquier parte del mundo es más o menos lo mismo, puede estar más o menos producido, pero es más o menos lo mismo.

NB —Y te saca tiempo del día para recorrer.

SM —Exactamente. Lo que el turista quiere conocer es lo que tiene de único el lugar para ofrecerle, y en ese sentido, aparte de todo lo natural que tiene Uruguay, tenemos una cosa que nos hace únicos que es la escala humana, esa cosa de la distancia y la población reducida. Eso nos da una escala humana que es muy muy valorada. Por otra parte, a pesar de todo lo que en la interna sabemos, somos un país seguro, sobre todo en comparación con otros. Y básicamente también interesa todo lo que es la oferta cultural, en su sentido más amplio, no solamente cultura, arte y espectáculos, sino también diseño, gastronomía, vinos, libros, ropa, objetos. Eso es algo que al turista LGBT le interesa mucho.

Por otra parte, la comunidad LGBT es un conjunto muy diverso. Uno puede pensar en lo que es el hombre gay o la mujer lesbiana, pero dentro del turismo hay matices de hábitos de consumo. En el turismo lésbico, por ejemplo, hay un potencial. Por supuesto que a todos nos gusta, pero como hábitos de comportamiento que uno puede tomar como indicadores está todo lo que es turismo natural, de aventura –cabalgatas al aire libre, trekking–, turismo de playa, rural, enológico –el tema de viñedos y tal–. Por ejemplo, en Argentina, Mendoza ha hecho del turismo de vinos dirigido a la comunidad LGBT una industria riquísima. En Uruguay –esto lo dije en la cadena de televisión el otro día– nos estamos perdiendo una oportunidad muy interesante…

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