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Entrevista central, viernes 7 de abril: Juan Manuel Petrissans

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EC —Van dirigidos a un público muy amplio.

JMP —Sí, tenemos chicos que vienen de contextos vulnerables, de contextos socioeconómicos comprometidos, y chicos que vienen del 1 % del Uruguay. Yo tengo un concepto –los padres se ríen cuando lo menciono en las charlas y demás– que es: no me gustan los niños que nacen en un táper, me gusta que estos niños en el día de mañana puedan ser agentes de cambio, porque es lo que entiendo que necesitamos generar para mover la aguja a nivel social.

EC —Y una de las cosas que van a lograr allí es la interacción entre los chicos del 1 % de mejores ingresos y los otros, los que vengan de esos sectores complicados de Montevideo o de Canelones.

JMP —Sin duda. Tenemos la interacción entre ellos, la interacción entre chicos que de repente tienen altas capacidades o altas habilidades y chicos que tienen su inclinación por otro lado; tenemos chicos que están superavanzados y ya son autodidactas en materia de robótica y chicos que no han tocado nunca un robot. La idea es ponerlos a dialogar y que ellos encuentren la forma de trabajar en conjunto.

EC —Esto es abierto a todos los interesados.

JMP —Sí, a todos los niños que están de 8 a 14 años.

EC —¿Cómo van a ser las actividades en que van a participar?

JMP —Trabajamos con una metodología que mezcla tres conceptos que no se dan en la educación formal. El foco principal es una metodología basada en proyectos, en Sinergia Tech no existen los salones en su sentido tradicional, somos un gran laboratorio de experimentación, entonces tenemos mesas colaborativas en torno a las cuales los chicos pueden juntarse y trabajar en esos proyectos. Eso extingue de alguna manera el concepto de materias, no van a tener talleres ni materias puntuales, sino que todas las semanas se van a encontrar con un desafío. Ese desafío implica poner en juego conocimientos de electrónica, de robótica, de diseño, de programación o de fabricación digital. La idea es que vayan integrando todo ese contenido a raíz de solucionar el desafío que se les está proponiendo.

EC —¿Y eso van a poder hacerlo ya desde los 8 años, que es la edad más baja?

JMP —Desde los 8 años. Tenemos una plataforma de educación en línea en la que generamos microcápsulas de conocimiento para que los chicos después en casa y junto con su familia, con sus papás, vayan viendo esos contenidos y entendiendo un poquito más del sustento teórico de esto. La idea es invertir el proceso educativo. Normalmente en una escuela tú aprendés en el salón y te vas a tu casa a hacer la tarea. Cuando te vas a hacer la tarea a tu casa te encontrás con tutores –cuando tenés la fortuna de tenerlos–, que son tus papás, que muchas veces no tienen la formación técnica para poder asesorarte bien en el trabajo de esa tarea. Entonces te frustrás, no hay una iteración positiva, no hay mejora, y eso en el niño no fija conocimiento. Nosotros proponemos invertir el proceso: andá a tu casa, mirá las microcápsulas, miralo con tus padres, traten de buscarle la vuelta y de entenderlo y cuando venís al aula ponemos todo en juego. Y si no lo entendiste en casa, lo explicamos en el aula de vuelta. Vamos guiándolos y lo más interesante es que entre ellos mismos van a encontrar referentes pares que los van a poder ayudar en el proceso.

EC —¿Qué carga horaria implica?

JMP —Hoy estamos trabajando en After School con dos modalidades. La modalidad estándar de trabajo son dos veces por semana dos horas; la idea es no ser invasivos sobre la agenda de los chicos. Pero hay chicos que tienen una agenda superestresada, que tienen una cantidad de actividades en sus colegios, entonces les damos la posibilidad de hacer un intensivo, que hoy se está dictando los viernes y los sábados, que es un programa de tres horas y media.

EC —En EnPerspectiva.net puede verse el antecedente.

JMP —Exactamente, es parte de la experiencia que ya traemos. Antes de lanzar After School estuvimos todo un semestre trabajando con niños y jóvenes en pequeños talleres de robótica y en campamentos de invierno y de verano destinados a las materias que mencionaba.

EC —Son dos veces por semana dos horas cada día… ¿durante cuántos meses?

JMP —Comentamos a finales de abril y vamos a trabajar hasta la primera quincena de diciembre. La idea es que cada uno de esos meses los chicos tengan dos desafíos mensuales para resolver, y además trabajamos en un proyecto integrador anual, al cual los chicos destinan dos encuentros al mes. La idea de ese proyecto integrador es tener un objetivo común como grupo que nos desafíe a una escala un poco más importante. Para este primer año estamos pensando en la construcción de un robot inspirado en Arturito de La guerra de las galaxias, en un robot inspirado en él en tamaño real, a escala real y con todas esas funcionalidades, para que los chicos impriman en 3D, fabriquen, lijen, pinten, hagan la electrónica, le pongan los sensores y lo programen.

EC —Todos los niños van a participar colectivamente en la construcción de ese Arturito.

JMP —Exactamente, ese va a ser nuestro desafío integrador para que todos trabajen juntos. Después tenemos desafíos grupales para que vayan abordándolo en unidades más pequeñas y además desafíos personales que van a tener que ir resolviendo a lo largo del curso. Todos trabajando con todos, pero con objetivos claros para cada una de las instancias.

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