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Entrevista central, viernes 7 de julio: Ricardo Pérez y Álvaro García

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EC —Hay un primer hecho que es que de los dos asaltantes el menor es liberado y logra subirse a un taxi, un vecino alerta al taxista que ese joven había participado en una rapiña y el chofer resuelve bajarse de vehículo y dejarlo encerrado. Eso permite que después termine siendo detenido. ¿Algún detalle más sobre esta parte de la noche?

RP —Yo lo repetí en algunos medios, la importancia de la colaboración que tuvimos de la gente, los particulares y la empresa de seguridad. En este caso puntual, más o menos a la hora 02, en una recorrida que se hace generalmente con Policía Científica sobre la zona, para ver qué elementos científicos podemos recabar en la escena del hecho, se encuentra un arma que el menor tira cuando sale del supermercado diciendo que él no tenía nada que ver. Ahí es detenido por un oficial y cadetes de la Escuela Nacional de Policía, que están haciendo prácticas ya, están avanzados en sus estudios. Y el otro delincuente que había tomado de rehén solicita como parte de la negociación la liberación de este menor.

EC —Se accede, efectivamente, […].

RP —Se accede, para no correr riesgo con la persona que estaba de rehén. El menor se va de la escena del hecho aproximadamente una cuadra, asciende a un taxi, un vecino le dice al taximetrista que este menor había participado de este hecho, y el taximetrista, con muy buena acción, se baja, deja trancado el vehículo y va a comunicarle a la policía que había un menor en esa situación, y ahí es que se logra hacer la detención de este menor.

EC —Es notable cómo ocurrieron las cosas tan rápido, cómo el taxista recibe el dato que le permite primero zafar de semejante pasajero y además dejarlo retenido.

RP —Sí. Todas estas situaciones son muy espontáneas y del momento. Hay situaciones que pueden darse de esta manera como también podrían haber pasado algunas otras cosas. Se pueden hacer muchas especulaciones sobre estas situaciones, pero por suerte todas las situaciones se dieron bien y creo que también hay un aprendizaje y una capacitación de la policía de qué es lo que hay que hacer cuando se llega a un hecho. Creo que eso sirvió de mucho porque la zona inmediatamente fue rodeada, fueron la cantidad que eran necesaria, por medio de la comunicación de la mesa, y no más; a veces cuando pasan estos hechos quieren ir demasiada cantidad de móviles. La mesa es la que marca la cantidad de móviles, rodear la zona, quién está a cargo del operativo. Esto tuvo mucho que ver también en esta situación.

EC —Volvamos al comisario García, que mientras tanto continuaba en la negociación con el delincuente que había tomado como rehén a la cajera. ¿Usted tiene una capacitación especial para manejar este tipo de casos?

AG —Hace aproximadamente tres años asistí a una capacitación en negociación y toma de rehenes dictada por la Dirección Nacional de la Educación Policial, y después en los diferentes cursos de pasaje de grado para llegar a la jerarquía de comisario tenemos materias propiamente de negociación.

RA —De todas formas, la policía cuenta con un departamento específico de negociación en este tipo de casos cuando hay toma de rehenes. ¿Por qué no llegó a actuar en ese caso?

AG —Había sido convocado, de acuerdo al protocolo del 911, y de hecho el negociador se encontró allí en el lugar, pero llegó cuando la situación ya se había dilucidado.

EC —La negociación que usted mantiene con el delincuente está bajo presumario judicial, no sé cuántos detalles puede aportar, pero hay mucha curiosidad por conocer de qué manera se dio ese intercambio.

AG —Sí, básicamente aspiraba, o presuponemos, porque quedó de manifiesto, el ahora procesado era evadirse del lugar, la fuga del lugar. En determinado momento su primera exigencia era un vehículo, un taxi, un vehículo de transporte que lo sacara del lugar.

EC —¿Cuánto tiempo duró ese ida y vuelta con él, aproximadamente?

AG —Es muy difícil calibrar el tiempo en esos momentos porque se pasa muy rápido. Pero pienso que pueden haber sido 10 minutos, más o menos, de negociación, desde que comienza hasta que finaliza con la reducción de la persona.

EC —¿A qué distancia estaba usted de él?

AG —Entre 5 metros, 3 metros, 7 metros.

EC —¿Cómo se protegía usted? Cabía la posibilidad de que le dispararan, de que le dispararan a la rehén o a usted. ¿Cómo manejaba ese factor de riesgo? ¿Usted tenía chaleco antibalas?

AG —En ese momento no lo tenía puesto. En cuanto a la parte de la negociación, sí, yo era plenamente consciente de que en determinado momento él podía tomar algún tipo de reacción frente a mí, pero también la podía tomar frente a la rehén, que era la persona que tenía retenida.

EC —Esa era la parte más delicada. ¿Cómo se hace, cómo se consigue el aplomo para seguir dialogando cuando está de por medio la posibilidad de que el delincuente le dispare a una inocente, a una mujer en este caso además?

AG —Son cosas que uno va aprendiendo, va adquiriendo.

EC —¿Qué le decía usted?

AG —Ahí me está preguntando en cuanto a la negociación propiamente y no es pertinente comentarlo en medios de prensa debido a que podría tomar una magnitud… que se enteren de cuál es… ¿me entiende?, el sentido de la negociación.

RA —¿Pero el tono en el que le habló, por ejemplo?

AG —Un tono tranquilo, muy pacífico, hay que tratar de darle tranquilidad a la persona. Las cosas tienen que prosperar por el mejor camino.

RA —¿En algún momento pensó que él iba a tomar alguna decisión más drástica al verse acorralado?

AG —No, no. Repito, creo que la intención de él era la evasión, fugarse del lugar, poder irse del lugar.

EC —¿Cómo incidía en usted o cómo incidía en la actuación de la policía el hecho de que había una cantidad de gente alrededor en una zona que a esa hora tiene mucho movimiento?

AG —Es un factor de riesgo agregado, muchas veces nos toca trabajar con eso, en muchos lugares de la ciudad. En espectáculos públicos lo vemos y nos toca trabajar con eso, hay que trabajar en un Estadio Centenario en una tribuna donde hay 7.000, 8.000 personas. Y a veces se dan determinados acontecimientos y hay que resolverlos. Entonces sí, es un riesgo que existe, que es real, hoy en día la gente –lo hablábamos con otros colegas– con el tema de la filmación, de los celulares, cada vez quiere estar más cerca, quiere tener la mejor…

RA —Hay cierta inconciencia del riesgo que estaban corriendo.

AG —Sí, claro. Dese cuenta de que allí hubo un disparo no efectuado por la policía, efectuado por el delincuente y felizmente no dio en ninguna persona, si no hoy podríamos estar lamentando la vida de alguien.

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