EC —Usted está en 79 años. ¿Está con energía, con ganas, con vitalidad como para cinco años de Parlamento?
DA —Sí, estoy con energía, con vitalidad y sobre todo con ganas, con voluntad, con convicción, que es lo que en política es absolutamente imprescindible. Si no se tiene esa predisposición positiva es muy difícil encarar una actividad compleja como la política.
EC —Va a ser un período –usted utilizaba recién el término complejo– muy complejo en el Parlamento…
DA —Sin duda.
EC —… tanto si el FA logra un cuarto período como si queda en la oposición.
DA —En cualquier caso.
EC —Porque si llega a confirmarse en el gobierno difícilmente tenga mayoría parlamentaria, etcétera. ¿Entonces?
DA —Yo diría complejo y desafiante, porque va a ser relativamente nuevo en el Uruguay. No porque antes no hayan existido condiciones para la conformación de sectores y la formación de coaliciones de gobierno, que las hubo. Creo que estamos atravesando por una etapa del país que es distinta de aquella, porque hay mucha más fragmentación en el sistema político, y no precisamente por razones de principios, sino por razones de principios de las listas, y eso es quizás lo que está contribuyendo a una mayor atomización, para utilizar una palabra un tanto clara aunque idiomáticamente inadecuada.
EC —Eso se da dentro del FA también.
DA —Claro, por supuesto, el FA no escapa al sistema político uruguayo y comparte algunas de sus características fundamentales. Hay diferencias programáticas, hay diferencias en las visiones del país, pero en cuanto a la conexión desde el punto de vista de las características político-electorales el FA comparte todo lo que estoy diciendo. Entonces, ante una fragmentación de ese tipo, que viene muchas veces acompañada de crispaciones, de enojos, de descontentos, de enfrentamientos que como decía recién muchas veces olvidan los verdaderos principios y simplemente son una disputa por cargos, va a vivir una época desafiante y compleja, y va a haber que hacer un enorme esfuerzo para estudiar mejor las cosas, para ser más profundos y para tener disposición para el acuerdo. Hoy hablábamos del sistema de seguridad social, ahí hay un ejemplo típico.
EC —Usted hablaba recién del FLS, de la lista al Senado que van a conformar Asamblea Uruguay (AU) y Alianza Progresista, y por otro lado va a estar el Nuevo Espacio en el mismo sublema.
DA —Exactamente, que integra el FLS.
EC —Están dándose realineamientos dentro del FA, están dándose acuerdos, alianzas, por ejemplo se produjo ese acuerdo muy llamativo entre la 1001 y Carolina Cosse, Andrade-Cosse. Todavía falta dar la forma final, pero ahí va a haber un bloque que se aspira a que sea mayor incluso. Y se tiende a ver que el FLS está como menguado, que está en un momento de debilidad. Entonces, ¿no van a tejer una alianza mayor? Veía por ejemplo hoy en Búsqueda declaraciones del contador Álvaro García, que se fue del Partido Socialista y está armando un movimiento con Cristina Lustenberg; ellos dos, García y Lustemberg, “van a trabajar para que Astori y Bergara dejen de lado sus diferencias y armen una alianza electoral que haga contrapeso al MPP y los comunistas”. ¿Esa posibilidad existe?
DA —Todavía no hemos llegado a un análisis de ese tipo. Estamos dedicados a otro camino que también es muy importante para fortalecer al FLS, que son los acuerdos departamentales para obtener no solo una buena votación al Senado, sino una mejor bancada de diputados, que es muy importante y que en el momento actual muestra un panorama que en el FLS es necesario mejorar. Entonces, como las realidades departamentales son bastante diferentes a veces, estamos recorriendo todo el país con el objetivo fundamental –y esto es un precedente esencial para luego intentar acuerdos de otro tipo– que el FLS vaya unido en los acuerdos departamentales en la mayoría del país. No es sencillo muchas veces, por la conformación de los sistemas políticos departamentales.
EC —Ese es un primer escalón.
DA —Sí, pero estamos totalmente dedicados a eso ahora.
EC —Pero usted vio que incluso desde el Partido Colorado, desde el Partido Nacional se señala como una de las debilidades del FA de hoy lo achicado, lo reducido, lo debilitado que está el espacio –no sé cómo llamarlo– socialdemócrata, moderado, que de algún modo personifican en usted. Bergara está cerca, viene de su riñón de algún modo, del mismo espacio; ¿no es lógico, no está cantado que ustedes tendrían que ir a una alianza?
DA —Seguramente Bergara puede hacer aportes muy importantes a un futuro gobierno, desde muchas responsabilidades. Nosotros no hemos considerado todavía esa posibilidad.
EC —¿Cómo está la relación entre ustedes dos, que parece que se enfrió?
DA —Correcta, como debe ser. Hoy estamos dedicados fundamentalmente a los acuerdos departamentales, ya llegará la etapa de la búsqueda de otro tipo de acuerdos a un nivel nacional importante, como son las acumulaciones por sublemas al Senado.
EC —Los dos reivindican el seregnismo, usted Frente Líber Seregni, Bergara insiste mucho en que el suyo es un espacio seregnista.
DA —Que me vengan a hablar a mí de seregnismo es un poquito raro, porque yo nací a la vida política con Líber Seregni en febrero del 71, tengo un recorrido de todo tipo que agradezco con él, fue uno de mis padres en política y no voy a reiterar ahora todo lo que compartí con esa gran persona que fue Líber Seregni. Así que que me vengan a hablar a mí de seregnismo es un poquito exagerado, me parece. No lo digo por el periodista.
EC —Está bien, pero una lectura es la competencia por el seregnismo, la otra es ya que hay coincidencias, la unión, la alianza.
DA —Si Seregni viviera estoy seguro de que detestaría la competencia por el seregnismo, nos pediría que nos concentráramos en los grandes temas nacionales.
EC —Y que se aliaran.
DA —Y que pensáramos en la mañana después.
EC —¿No hay conversaciones sobre eso?
DA —No, no, no, yo reitero la respuesta que di por si no quedó clara: estamos dedicados a los acuerdos departamentales, ya llegará esa etapa.
