
EC —Generó, ya de pique, controversia con algunos de sus planteos. “El dilema oligarquía-pueblo –dijo– sería lo que estaría planteado en esta elección”. ¿Cómo vio eso?
JM —Justamente, el problema que le señalaba antes. En este mundo, donde un señor gana 100 millones de dólares por día y cada dos días hay un milmillonario nuevo, tenemos que empezar a ver las cosas un poco distintas. Me acuerdo de aquella afirmación de Damiani: en el Uruguay no hay ricos, hay riquillos; ahora se expresa mucho más. Pero esa realidad del mundo se nos cuela también a nosotros, hay esquemas que hay que revisar.
EC —¿Qué tiene que prometer el FA en esta campaña electoral? ¿Por dónde debe estar el discurso para convencer a la población de que le dé a la izquierda, a esta izquierda, una cuarta oportunidad?
JM —Tengo 85 años, ahora no le voy a hablar como frentista, le voy a hablar como país. El problema central que tenemos, la incertidumbre de afuera, del mundo, no lo podemos arreglar, y con este señor Trump, menos. Hasta nos vamos a quedar sin OMC, que dentro de lo poco que había algo nos defendía.
EC —Alude a estas declaraciones en las cuales Trump señala que tiene la intención de sacar a Estados Unidos de la OMC.
JM —Sí. Ya la está matando, si no se pone de acuerdo para nombrar los tribunales arbitrales; quiere decir que eso que nos daba un mínimo de garantía ya no existe más. Eso no lo podemos arreglar, lo tenemos que soportar. Lo que podemos hacer es tratar de invertir más en el Uruguay la plata de los uruguayos. Esto no es un problema del Frente, es un problema país, y quisiera poder ayudar a construirlo con todos. Tenemos cuatro o cinco UPM de plata uruguaya afuera, y están afuera porque no encuentran dónde ponerla acá. No encuentran dónde ponerla acá porque tenemos limitaciones empresariales, por lo que sea. Creo que tenemos que convocar –esta idea me la plantearon unos muchachos de economía– a que el Estado juegue distinto, que no gestione, pero que se atreva a ser socio y funde, ayude a fundar, empresas productivas en el Uruguay, particularmente en el interior, que pueden ser también de servicios, y que las gestione el interés privado, que ponga buena parte del capital, pero que también esté el Estado para dar seguridad. Hay mucha, los uruguayos tienen capacidad de ahorro y la plata está afuera. Averigüe la cifra y se va a quedar impresionado.
EC —Es interesante, o por lo menos poco transitada, poco hablada una propuesta como esta. ¿De qué tipo de empresas está hablando? ¿Cuáles, en qué rubro habría que fundar, sobre todo en el interior, apelando a esos fondos que hoy están en el exterior?
JM —La quiero poner en consideración pública para mejorarla. No quiero que sea una bandera nuestra, esto lo tenemos que construir. Hay que volver un poco al viejo Batlle pero distinto. El Estado demuestra que es mal gestor, pero el Estado en el Uruguay nos da seguridad. ¿Por qué vamos al Banco República a poner plata y no vamos a otro lado? Nos da seguridad. Tenemos que ofrecerles seguridad, a esa gente que tiene capacidad de ahorro tenemos que ofrecerle eso. Debieran ser empresas dedicadas a la exportación o a sustituir importaciones o servicios que no existan o que no estén desarrollados, con una cabeza bien abierta. Pero habría que crear un mecanismo jurídico, porque el Estado tendría que controlar la contabilidad, pero no gestionar nada. En definitiva le estoy planteando lo que están haciendo los chinos.
EC —Ahora entendí.
JM —Conaprole, nuestra empresa privada más grande, no se hubiera hecho si el Estado no se mete, fue una decisión de Estado en su momento. Después, hecha Conaprole, Conaprole nos hizo la lechería nacional. El Estado no tiene que gestionar, tiene que ponerse y dejar que el interés privado gestione y controlarlo. Y asociarse, tenemos que juntar Estado e interés privado y terminar con esta dicotomía de que solo existe lo público o solo existe lo privado, porque nos estamos matando inútilmente.
EC —¿Usted ya ha hecho este planteo en discursos? ¿Es la primera vez que habla de esto?, ¿ya lo ha expresado en algunos actos púbicos?
JM —Sí, lo estoy hablando, lo fui a hablar con la Bolsa, tengo una reunión de empresarios para plantearles la idea. No lo quiero hacer una propiedad política, no es una cosa para […], estoy preocupado como un viejo que se va a morir, está mirando y dice tenemos la torta, tenemos la plata, lo principal, el capital, y tenemos que acudir a la inversión directa extranjera que después se lleva la ganancia para afuera. Y a su vez nosotros sacamos, hay plata uruguaya metida en el petróleo colombiano, por ejemplo, y cosas por el estilo. Yo no los voy a criticar porque saquen la plata, si la sacan es porque acá no la pueden colocar.
EC —¿Lo ha hablado con Daniel Martínez, el candidato?
JM —Lo estoy hablando con todos, es la primera vez que lo largo públicamente por un medio, pero lo estoy hablando con todos. Quiero que sea un problema de discusión nacional, enriquecerlo, porque esto tiene muchos vericuetos, pero es una posibilidad que estamos desperdiciando.
EC —Supongo que el público queda, al igual que yo, con cantidad de preguntas a propósito de esta idea. Habrá que profundizar en ella.
JM —Por supuesto, sí. Y hay que reelaborarla, porque también puede haber vivos, etcétera, etcétera. El viejo Batlle en nuestra historia colocó el Estado por delante para fundar cosas, era otro tiempo, han pasado muchas cosas.
EC —Desde la audiencia, por ejemplo, aparecen preguntas a propósito de una idea como esta, por qué no la puso en marcha cuando usted fue presidente.
JM —Porque no podía y no se me ocurrió. ¿Qué voy a hacer? Tampoco sabía la cantidad de plata que hay afuera, ahora me quedé asombrado, la cantidad de plata que tienen los uruguayos. Son cuatro, cinco UPM, seis, por lo menos. Es mucha plata. Pienso que la sacan porque no la pueden invertir. No nos cobremos, más bien lo que tenemos que hacer es tratar de enriquecer y mejorar la idea. Yo sé que tiene muchos bemoles, no es tan sencillo como lo planteé, pero tenemos que inventar cosas nuevas, porque hay una contradicción terrible, tenemos capacidad de ahorro y a la vez necesitamos inversión, y tenemos que salir afuera y deber afuera. ¡Es el papel de la pavota lo que estamos haciendo!









