
EC —Esta semana, hablando con el expresidente Mujica aquí en En Perspectiva, él decía que usted les está sacando votos a todos los partidos, incluso a él mismo, con los votos que recibía de “los soldados de abajo”.
GMR —No solo de los soldados de abajo –lo cual debe de ser así como él dice–, aparte de los vecinos de esos soldados de abajo, de los familiares, de la gente que vive cerca, de los barrios, esos barrios de Montevideo que son los más castigados por determinadas situaciones. Nosotros vamos a esos barrios y vemos gente que con cierto grado de indignación nos muestra, nos dice “mire, ahí está la boca de pasta base, yo la denuncié diecisiete veces, no viene nadie, nadie hace nada, siguen vendiendo, le venden a mi hijo, le venden al vecino”, “mi hija llega de la facultad a las nueve de la noche y yo tengo que ir hasta a la parada, a cinco cuadras, a acompañarla porque no me quedo tranquila”. Todo ese tipo de situaciones de una vida realmente complicada en esos barrios, en esos lugares donde vive mucho del personal militar y donde vive esa gente que Mujica dice que le saca los votos. Yo diría que no es solamente esa gente, es todo ese entorno, que es de los más castigados por las situaciones que se están viviendo en el país.
EC —¿Y qué es lo que esa gente encuentra en CA? Se lo pregunto sobre todo teniendo esta frase suya sobre la mesa: “Lo más importante que el pueblo uruguayo va a elegir el 27 de octubre no es el programa ni el equipo —aunque esto es muy importante–, sino el conductor que tiene que liderar la recuperación del país”. O sea que usted dice que el atractivo principal de CA es usted mismo.
GMR —Yo digo que el 1.º de marzo del año 2020 la situación del país va a estar complicada, es una perspectiva, es un análisis. El país hoy está mal, pero va a estar peor todavía en marzo del año que viene. Y lo que se precisa para salir de situaciones complicadas es una conducción sólida, atinada, y lo que la gente va a elegir el 27 de octubre y el 24 de noviembre es al conductor para esa crisis. Los equipos por supuesto que son importantísimos, nosotros tenemos el nuestro y no lo desmerecemos, es un equipo con experiencia, gente que ha trabajado en las distintas áreas en las cuales asesoran durante años, pero si hay un brillante técnico en otro equipo no tenemos ningún problema en incorporarlo en la tarea de reconstruir el país a partir de marzo del año que viene. Entonces yo digo que lo más importante es quién elige a los asesores y cómo lleva adelante el programa, que en definitiva siempre va a ser algo consensuado.
EC —Entonces volvemos a usted.
GMR —Y bueno, ¿y qué es la carrera electoral?
EC —¿Qué es lo que representa usted para esa gente? Por ejemplo, el hecho de que usted sea el único candidato militar y que además haya dejado el cargo de comandante en jefe del Ejército hace pocos meses. Eso por lo visto cuenta.
GMR —Lo que cuenta, más allá de la condición o no de militar, es la trayectoria de cada uno. Yo puedo exhibir –y no quiero compararme con nadie– una trayectoria de gestión en distintas áreas de la actividad pública: fui cinco años y medio director de Sanidad Militar y del Hospital Militar; estuve relacionado en el ámbito de la enseñanza, fui fundador del Liceo Extra Edad del Ejército y estuve más de una década en el ámbito de la enseñanza; fui representante del país en el exterior… Es decir, tengo una trayectoria de gestión que otros candidatos tal vez no tengan en la misma medida. Por supuesto, usted me puede decir que el ingeniero Martínez fue intendente de Montevideo, también tiene una trayectoria de gestión; para mí fue una mala gestión, pero tuvo una trayectoria de gestión. Entonces la gente ve también la capacidad de gestión de aquella persona a quien elige. El depósito del voto es un depósito de confianza, uno confía en que el candidato que elige le va a servir a solucionar sus problemas. Acá hay algo de confianza también que recién se prueba, se puede después comprobar en la cancha, cuando el candidato pasa a ejercer el cargo para el cual fue elegido.
EC —Sí, pero ¿cómo pesa lo militar?
GMR —Lo militar indudablemente marca…
EC —¿Estas personas entienden que en esta situación del país se necesita una conducción de tipo castrense, algún tipo de autoridad especial que usted estaría representando?
GMR —Nosotros no estamos proponiendo una conducción de tipo castrense, nuestro programa en muchos aspectos puede ser comparable con el de otro partido.
EC —Yo estoy hablando del estilo de conducción.
GMR —Creo que lo que la gente quiere hoy –mire que esto he hablado con la gente que hemos encontrado a lo largo y ancho del país– es que quien deba ejercer la autoridad la ejerza, que haya realmente conducción, no un barco a la deriva, quiere un timonel que maneje ese barco. Un barco que aparentemente se está yendo derechito a estrellar contra las rocas. Quieren alguien que agarre el timón y haga el viraje que tenga que hacerse. Eso es lo que la gente está buscando. Tal vez el perfil de militar ayude a que uno relacione el timonel con ese background o con esa trayectoria. Pero no necesariamente, hay muchos factores que influyen. Aunque puede ser que la formación en cuanto a la gestión y en cuanto al manejo de situaciones de crisis contribuya a hacer más atractiva esta opción que otras.
EC —¿Cómo se saca de encima esa imagen que muchos han ido construyendo o señalando de que CA es un partido militar?
GMR —Nosotros no queremos ni sacarnos de encima ni ahondar en eso, simplemente digo que en CA hay militares, pero hay muchísima más gente que no lo es y que viene de otras opciones. CA tiene a un militar, es el único partido que tiene un militar de candidato, pero nosotros vamos a ofrecer en todo el país una cincuentena de candidatos a diputados, en algunos departamentos hay dos, en algunos tres, en Montevideo va a haber más, en Canelones. Y de esos cincuenta y pico habrá tres o cuatro militares, todos los demás no son militares, son gente común y corriente que tiene trayectoria local en algunos casos reconocida y otros son bastante desconocidos. Nuestra condición es una probada honestidad y que no tengan ningún tipo de mancha. Simplemente es eso, decir que es un partido militar me parece que es tratar de etiquetarlo, pero militares candidatos hay en todos los partidos políticos en el día de hoy.
EC —Hablando de etiquetas, otra que le ponen a CA claramente es “un partido de derecha”. ¿Qué dice de calificativos como esos, de categorías como esas?
GMR —No perdemos tiempo en desmentir si somos de derecha o no, creo que nos han dicho que somos de derecha y por ahí alguien nos ha dicho que somos de izquierda porque en nuestras filas está Fulano o Mengano y alguno hasta sugiere que como yo fui comandante en jefe de gobiernos de izquierda provengo de la izquierda. En eso de derecha e izquierda también hay etiqueta, es gente que nos quiere definir así para simplificar el análisis, una vez que estamos identificados con un sector ya es más fácil simplificar todo lo demás. Nosotros proponemos medidas que tradicionalmente pueden relacionarse con la derecha, porque creemos que es esencial poner orden en el país de una vez por todas. Orden en el sentido de controlar la delincuencia, de hacer más armoniosa la vida de los uruguayos, de volver a valores y cosas que se han perdido que eran características de nuestro país. Si se nos cataloga como de derecha por eso, vamo’arriba, no hay problema. Pero le puedo asegurar que por nuestra sensibilidad por los marginados, por la gente de a pie, por la gente que ha quedado al costado del camino alguien también puede decir “esto coincide con la teoría de la izquierda”; la teoría, porque no es lo que la izquierda prácticamente ha hecho. Entonces nos pueden catalogar de una cosa o de la otra, no nos interesa entrar a desmentir, aclarar ni nada por el estilo. Cada uno nos coloca según su perspectiva en el lugar en que quiera ponernos.
EC —Dio mucho que hablar, hizo mucho ruido hace algunas semanas el acto en el que un grupo de jóvenes se sacaron una foto junto a usted y uno de ellos tenía una remera que exhibía la sigla HKNKRZ, que significa esvástica en alemán. Ahí apareció para muchos la confirmación de que en CA había un neofascismo o algo por el estilo, hasta el término nazi apareció arriba de la mesa. Usted tomó medidas con esos militantes. Pero ¿por qué gente de esa orientación –porque por lo visto es una agrupación, un conjunto de jóvenes que venían del Partido Nacional (PN) y que tenían esa inclinación– busca cobijo en CA?
GMR —Antes quiero hacer una pregunta: ¿usted sabía qué quieren decir esas letras?
EC —No, no tenía la menor idea.
GMR —Bien. En ese local había unas 200 personas presentes, era la inauguración del local, en la calle avenida Italia; nadie sabía, es más, pensaban que era de una banda de rock. ¿Por qué fueron? Habrán ido a ver si tenían ambiente favorable; tal vez ahora estén en el club de otro partido, no sé. Ellos hasta hacía pocos días militaban en otro partido y para nosotros era desconocido. Por supuesto que rechazamos rotundamente la ideología nazi, lo hemos dicho en un comunicado público, lo he dicho siempre en mi vida y lo puedo seguir diciendo en cualquier lugar. Pero no estamos libres de que aparezca alguien así.
EC —¿Esa gente sigue o no en CA?
GMR —No, a esa gente se le dijo que no tenía espacio ahí y no accede más a nuestros locales.
EC —Directamente no accede más a los locales.
GMR —No.
EC —Fueron “expulsados”, aunque no eran afiliados.
GMR —No, nunca habían ingresado, fueron adherentes a un acto. Los actos nuestros son abiertos, en ese caso era dentro del club porque se estaba inaugurando, pero en otros casos lo hacemos en la vía pública. Y no estamos libres de que venga cualquiera, de que aparezca uno en un momento, haga el saludo nazi, justo en ese momento se saque una foto y al otro día está en los medios. No estamos libres de que pueda pasar eso. Si lo hacen porque realmente lo sienten o como provocación para generar el hecho que después provoque que se arme el escándalo y ataquen a CA no lo sabemos, no tenemos claro si esta persona fue por una razón o por la otra.
EC —El Comité Central Israelita sacó un comunicado, tuvo preocupación por ese episodio, incluso no quedó muy conforme con las explicaciones que usted dio inicialmente. Vi que esta semana usted dio una charla en la B’nai B’rith. ¿Cómo quedó su vínculo con la comunidad judía después de todo eso?
GMR —Creo que desde el primer día todos ellos tuvieron bien claro de qué se trataba, de un hecho totalmente incontrolable, que le puede pasar a cualquier partido político. Yo no traería agua para mi molino si mañana le pasara lo mismo a cualquier otro partido, que puede pasar, un agente –no digo que este sea el caso– provocador puede ir para sacarse una foto y después subirla, ¿y cómo hace el candidato o el partido para evitarlo, si los actos son abiertos? Yo me saco fotos con todo el mundo, capaz que me saco una foto con alguien que al otro día aparece en la prensa y resulta ser, por decirle algo, el narcotraficante número uno de no sé qué. ¿Y yo cómo puedo saberlo antes? De repente van, y a veces eso puede ser intencional para buscar desprestigiar al partido. Desde el primer momento se ha buscado relacionarnos con una cosa, con la otra, con la otra, buscando siempre desprestigiar al partido. Por suerte la gente cada vez es menos influenciable por cosas laterales y sabe muy bien por qué sigue al partido, la adhesión de la gente es inamovible, por más que aparezcan este tipo de escándalos la gente sabe muy bien lo que significamos y lo que somos nosotros.









