EN PERSPECTIVA
Viernes 18.10.2019
EMILIANO COTELO (EC) —“Hechos, no palabras”, repite como un latiguillo el candidato del Frente Amplio (FA), Daniel Martínez. Su principal rival en las elecciones, Luis Lacalle Pou, contraatacó e incorporó esa misma frase para denunciar fracasos de los últimos 15 años de gobierno.
¿Se picó la campaña en estos últimos días? Todo indica que sí.
En momentos en que los comandos de los candidatos tratan de reducir el máximo posible los errores propios y los de los asesores, ¿cómo viene?, ¿qué pasa en estos últimos días, en este último tramo de la competencia?
Lo conversamos con Ramón Méndez, coordinador de programa y contenidos de la campaña del FA.
Esta es una elección singular para el FA. Tiene como candidato a una figura que no es un caudillo dentro de la fuerza política, que no tiene el liderazgo que tuvieron, cada uno con su estilo, Líber Seregni, Tabaré Vázquez o José Mujica. ¿Cómo ha sido desde ese punto de vista el trabajo?
RAMÓN MÉNDEZ (RM) —Es un caudillo, diferente. El liderazgo de Daniel es muy diferente, no hay que pensarlo como el estadista con el traje, la corbata y que habla desde cierto lugar, con la voz impostada. No es ese líder tradicional ni ese político tradicional. Daniel es lo que es, es eso que se ve. Es una persona espontánea, una persona de afectos, a veces es hasta excesivamente inocentón en cosas que de alguna forma colocan hasta un límite sus valores, sus principios éticos, que lo perjudican muchas veces. O sea, en lugar de hacer lo que es políticamente más conveniente, él hace lo que corresponde hacer. Y eso naturalmente a la gente la sorprende, le lleva un tiempo acomodarse a esa situación.
EC —Claramente a dirigentes del FA, a partidos del FA los ha descolocado con algunas de sus decisiones. Por ejemplo, la forma como procesó la elección de su candidata a vice. Creo que eso de algún modo muestra que caudillo todavía no es, en todo caso está en construcción.
RM —Pero funcionó, y tenemos un FA absolutamente unido, alineado en la campaña, compartimos la estrategia y la desarrollamos de manera colectiva entre el comando más cercano a Daniel y los sectores del FA, no solamente en el contenido sino también en la forma, en los énfasis. Hay un equipo del FA globalmente funcionando sólido con relación a todo esto. Además Daniel es una persona que genera equipos, que empodera a la gente, y eso se visualiza. Ahora por ejemplo tenemos 20 asesores recorriendo todo el país porque estamos orgullosos de nuestro programa, de la propuesta que tenemos para la ciudadanía, y lo que queremos es que se conozca más, más, más y más. Eso genera Daniel. Y además eso funciona, funcionó en todos los lugares donde estuvo.
EC —Pero por ejemplo, Tabaré Vázquez, José Mujica todavía conservan sus pesos dentro del FA. ¿Cómo han jugado en las decisiones importantes de la campaña? ¿Han incidido?, ¿no han incidido?
RM —Sí, por supuesto. El vínculo es permanente, tanto directo como indirecto, sus lugartenientes están en contacto permanente con nosotros, se acuerdan diferentes salidas o diferentes posiciones. Claramente Mujica; es diferente la situación del presidente, primero porque no puede hacer campaña, la Constitución se lo prohíbe, pero además todos conocemos la situación particular de salud que está teniendo. Pero Mujica con sus 84 años, con su energía, con la vida que tuvo está recorriendo el país, está recorriendo los lugares donde realmente tiene que estar, donde la figura de Pepe es recibida y tiene mayor llegada.
EC —Otra particularidad de esta campaña es que el FA no “vende” o promete un cambio, sino la continuidad y el matiz de “hacerlo mejor”. ¿Cómo enamorar al electorado de esa manera, cuando no hay un sueño, un cruce de caminos?
RM —Justamente ahí está una de las dificultades que se plantean. Nosotros no estamos para nada de acuerdo con esa afirmación, creemos realmente que el cambio somos nosotros. Es decir, no estamos hablando del cuarto gobierno de lo mismo, estamos hablando de que a partir de lo que se construyó en estos años ahora tenemos condiciones para dar un nuevo impulso, un nuevo salto hacia delante, hacia nuevas transformaciones más estructurales. Tenemos las condiciones para insertar a Uruguay en el siglo XXI.
EC —Hay una cosa paradójica ahí, apelan a la “esperanza”, cuando ese concepto sería más lógico en alguien que propone una alternativa…
RM —Porque tenemos alternativas.
EC —… y al mismo tiempo le piden a la gente que valore la estabilidad y las certezas que serían características de los gobiernos del FA. Hay una cosa extraña en ese sentido.
RM —Porque para poder hacer transformaciones, para poder seguir transformando, para poder seguir generando esperanza hay que tener una base sólida. Y lo que la oposición está intentando instalar desde hace mucho es que es todo un desastre, que está todo mal. Y no hay duda de que hay una cantidad de cosas que están mal, hemos hecho la lista, la podemos hacer aquí y la seguiremos haciendo todas las veces que sea necesario. Pero decir que esto es un desastre, decir que no se ha avanzado, seguir repitiendo que la economía está todo mal, cuando el riesgo país es de los más bajos de los países emergentes que tienen grado inversor en el mundo, no reconocer que las calificadoras de riesgo nos otorgan grado inversor y con un nivel de riesgo bajísimo, no reconocer que mientras que la región está en llamas nosotros mantenemos nuestra economía funcionando… ¡No, ¿qué están diciendo?!
EC —Hechos y no palabras.
RM —¡Hechos y no palabras! ¿De qué estamos hablando? Vivimos en un país muy lindo para vivir, lo dicen todos los indicadores internacionales, comparemos con Argentina, con Ecuador, con Perú, con Brasil, con Paraguay. Entonces pará, pará, pará, está la base para dar el nuevo salto, para tomar el nuevo impulso.
EC —Justamente, hechos y no palabras, la frase que Martínez comenzó a utilizar el día del debate con Lacalle Pou, terminó polarizando la competencia, la polémica. El Partido Nacional (PN) recogió el guante, se apropió de ese latiguillo en un spot en televisión y redes sociales en el que repasa como hechos una serie de fracasos o malas decisiones de los gobiernos del FA. ¿Cómo tomaron ese recurso?
RM —Lo vimos como un manotón de ahogado, es más de lo mismo.
EC —¿Por qué manotón de ahogado?
RM —El ahogado se va ahogando, ¿no?
EC —Los hechos que aparecen allí, palabra más, palabra menos, son realidad.
RM —Claro, pero en primer lugar, nosotros podríamos salir a hacer algo que nunca vamos a hacer, porque no aporta a la campaña, que sería la lista de fracasos que hubo durante los gobiernos que llevaron a un 40 % de pobreza.
EC —Lo han hecho, en algunos momentos algunos dirigentes lo han hecho.
RM —Pero no salimos a colocar en el centro de la campaña, en el centro de la comunicación un spot mostrando los fracasos que han tenido los gobiernos de los partidos tradicionales, que llevaron a la crisis del 2002. También podríamos haber salido a sacar tremendos spots con todas las cosas que sí funcionaron durante estos años. Por ejemplo, se plantean algunas inversiones privadas que no se concretaron, pero no se plantean las decenas de miles de millones de dólares de inversiones privadas que sí se concretaron. Se plantean algunas inversiones públicas que no salieron como se preveía, pero no se plantea que hubo decenas de miles de inversiones públicas que sí salieron como se quería. Entonces es de una gran endeblez tratar de mostrar tres o cuatro cosas que no salieron como hubiéramos querido y ocultar las decenas de cosas que sí salieron como queríamos.
EC —Tres o cuatro cosas… en el PN no entienden eso. Después de ese spot vino otro elaborado a partir de un acto político en Durazno en el que se insiste con ese concepto y se dice que hay material para 10 horas. Escuchemos cómo lo explica Lacalle Pou.
(Audio Luis Lacalle Pou.)
Cuando me dicen “hechos y no palabras”, no me oculten que vinieron aquí a Durazno en campaña electoral y les dijeron a los uruguayos que iban a bajar los impuestos y que iban a bajar las tarifas. Se olvidaron de la palabra y con los hechos generaron un mazazo tributario y un mazazo tarifario. En el 2014 nos dijeron “hemos aprendido de los errores”, les dijeron a los uruguayos, comprometiendo la palabra, que iban a bajar el 30 % de las rapiñas y el 30 % de los hurtos. Los hechos confirmaron que faltaron a la palabra. Palabra y hecho. Ahora resulta que se molestan porque hicimos un aviso que se llama “hechos y no palabras”. Miren, agradezcan que el aviso dura un minuto, porque teníamos para diez horas de incumplimientos…
(Fin audio.)
EC —¿Qué dice? ¿Cómo responde usted?
RM —Son frases muy efectistas. En primer lugar, no nos ofendimos, lo que nos parece es poco valioso para la ciudadanía que en lugar de discutir lo que van a hacer y debatir sobre lo que queremos hacer con el país sigan tirando algunos fracasos. Todos los gobiernos tienen fracasos, todos los gobiernos tienen cosas que no salieron como estaban previstas. Vamos a discutir el futuro, vamos a discutir lo que queremos hacer.
EC —Entre otras cosas, dice ahí Lacalle Pou que hace cinco años también habían admitido errores y habían prometido cambios.
RM —El partido político que está en el gobierno y que no admita errores, que no admita que comete errores y que tenga la soberbia de pensar que está todo bien no merece ser votado. Es más que razonable. Es más, yo como ciudadano quiero que un partido que me pide el voto haga una autocrítica, que plantee qué quiere hacer, pero que diga qué es lo que hizo mal. Me parece que es sincera la situación. Y nosotros lo vamos a seguir haciendo, porque estamos orgullosos también de nuestros errores, porque fueron parte del aprendizaje y nos permiten hacer cosas mejores en un próximo gobierno.
Pero esta pieza que nos mostrabas es de esas joyitas de la comunicación de cómo tratar de generar mensajes. Sigue repitiendo que se subieron las tarifas públicas, cuando está archidemostrado que no es así, le pido a la audiencia que mire un tuit que escribí hace unos 10 días en el que lo demostramos con lujo de detalles, comparando cómo crecieron los salarios y cómo se redujeron las tarifas con relación al IPC. Las tarifas tanto de combustibles como de electricidad, que es lo que más se plantea, crecieron por debajo de la inflación, eso hace que con un mismo salario hoy se compren dos veces y media más litros de gasoil o de nafta que hace 15 años y se compra 70 % más de electricidad que hace 15 años. Entonces es una mezcla de cosas.
O venir a decir que vinieron a mentirle a la gente porque dijeron que iban a bajar 30 % las rapiñas. No se mintió, se pensó que eso se podía hacer y no se pudo hacer, que no es lo mismo que mentir. Hubo muchísimas cosas que se pudieron hacer y otras que no se pudieron hacer, es así de sencillo. Y eso da un aprendizaje, con un nuevo liderazgo, con una persona como Daniel, que trae ideas frescas, que trae equipos frescos, que trae compromiso, que trae sobre todo una visión estratégica y muy importante esos errores o esos faltantes nos nutren para la construcción de, ahora sí, la inserción de Uruguay en el siglo XXI, tan dinámico y tan demandante.