
EC —Usted hacía estas aclaraciones sobre aquella publicación con el título de Astori en la página web de Presidencia, hablaba del cuidado que hay que tener, que eso sí se conversó con Secretaría de Comunicación, sin embargo pocos días después estuvo este otro título: “Murro: ‘Se nos quiere promover una amnesia colectiva para que olvidemos lo que vivimos en el pasado’”. ¿No estamos otra vez ante una titulación en el límite o pasada del límite?
JAR —Creo que no, uno ve en la región y en el mundo a presidentes haciendo campaña, se lo permiten sus normas. En Uruguay a Murro no se le prohíbe hacer política, es al presidente de la República, y a un ministro, a un actor político al cual se le presentan una cantidad de cuestionamientos permanentemente, etcétera, no se lo puede amordazar porque estamos en campaña electoral. Hay un tema de razonabilidad muy difícil.
EC —No, el tema es dónde se publica ese planteo público del ministro.
JAR —Me parece que esto tiene que ver también con la transparencia, los ministros de Estado se expresan a través de sus sitios oficiales, no solo pueden depender de las entrevistas que les hagan, es la voz de la cartera y del gobierno de alguna manera, y también tiene que ver con los estilos de cada ministro. Me parece que está muy lejos o no tiene nada que ver con un uso indebido de una herramienta, tiene que ver con la expresión del Estado, con la expresión del gobierno sobre los diferentes temas, y también con dar respuesta y transparente, porque no se puede amordazar al gobierno durante seis meses mientras está el proceso electoral.
EC —De acuerdo a los parámetros que usted manejaba, de todos modos va a estar observando esto día a día, supongo.
JAR —No me lo había planteado como una tarea prioritaria, pero atento a la sensibilidad que genera creo que tenemos que ser cuidadosos, evitar que haya dificultades en este sentido.
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EC —Usted es un dirigente político relativamente joven para los términos uruguayos, 48 años. En este período ocupó uno de los puestos más importantes en la Presidencia. Antes, en el gobierno Mujica, fue inspector general de Trabajo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Y antes, en el primer gobierno de Tabaré Vázquez fue diputado, ingresó en la Cámara como suplente de Liliam Kechichian. Ahora va de vuelta por la diputación.
JAR —Sí. Es un desafío, recibí algo de presión para eso de colectivos políticos y de independientes, etcétera. Alguien me dijo “toda esta experiencia que has logrado en la administración a pesar de tu juventud no te la podés llevar para tu casa”. Y me siento cómodo además con la decisión tomada de competir a pesar de que es una patriada en un par de meses y solo en las horas libres, que no son muchas, porque sigo trabajando. Es el desafío que tiene todo político y toda organización política, que es ir a las urnas a que la gente lo elija o lo rechace.
EC —Usted es demócrata cristiano, y en los últimos años el PDC estuvo formando parte de Alianza Progresista (AP), con Rodolfo Nin Novoa, con Liliam Kechichián. Ahora hubo un cambio en esa materia.
JAR —Sí, yo soy demócrata cristiano, me afilié al PDC en el 94, pero creo en los espacios más abiertos, por eso ahora generamos este Espacio 427, que se denomina así para imponer el número de la lista 427, pero quiere ser un espacio más amplio. Está el PDC como organización política con su nitidez, pero también hay algún movimiento de jóvenes pequeño, hay independientes que se empiezan a acercar mucho. Efectivamente dimos un paso distinto del acuerdo político que teníamos con la AP, que en su momento tuvo una formulación diferente también, en su inicio. Y también del acuerdo Frente Líber Seregni (FLS).
EC —O sea, ya no están en el FLS.
JAR —No. En algunos departamentos del interior el PDC sí, porque la definición orgánica nacional que se tomó es que por lo avanzado del proceso electoral en los departamentos en donde los acuerdos fueran beneficiosos para presentarse en este momento se seguía adelante.
EC —Entonces dejan el FLS y pasan a apoyar la candidatura al Senado de Mario Bergara, que tendrá listas distintas en los departamentos del país.
JAR —Exacto.
EC —¿Por qué ese vuelco? Es notorio que entre Astori y Bergara hay una tensión. Ambos representan el mismo espacio, el mismo espíritu, Bergara integró el equipo económico de Astori, los dos se definen como seregnistas, etcétera, sin embargo la relación personal se complicó últimamente y no están en principio confluyendo. Todavía hay alguna chance, pero en principio no están confluyendo. ¿Por qué ustedes se vuelcan a Bergara?
JAR —Así planteado pareciera que tuviéramos a Astori y Bergara y tuviéramos que elegir entre uno y otro.
EC —Puede ser, ese es el espíritu de la pregunta.
JAR —Es una lectura, no lo voy a negar, pero no lo vemos tan así. Para nosotros lo que incidió fue primero la necesidad de aportar desde el punto de vista político-electoral al FA y a lograr la renovación de la confianza de la gente. Para renovar la confianza de la gente uno tiene que presentar proyectos políticos, un proyecto político. Y entendemos que en la AP y en el FLS en el espacio que se nos generaba no aportábamos política y electoralmente. En cambio en este espacio renovador, donde está todo por hacer, donde hay ideas nuevas, hay proyecciones nuevas, quizás algunos que en otros espacios no podríamos estar asumiendo las primeras responsabilidades ahora lo podemos hacer. Entonces no es ninguna cuestión de rompimiento ni dramática, es simplemente dentro del mismo espacio.
EC —Podría pensarse que ustedes entienden que el liderazgo de Astori está agotado, que ya fue.
JAR —Astori es un actor político al que el país le debe muchísimo, yo lo respeto muchísimo, estoy de acuerdo en la gran mayoría de las cosas que propone y de su trabajo. Pero una cosa es eso y otra cosa es la proyección política y la necesidad de dar pasos, que es también una responsabilidad. En este espacio sentimos la responsabilidad de tener que dar el paso al frente.
EC —Es notorio que hasta por cuestiones de edad el liderazgo de Astori está cuestionado o empieza a estarlo. ¿Usted está aludiendo a algo de eso?
JAR —No, creo que tenemos experiencia en Uruguay de que los tiempos en los que una personalidad política hace política nunca se pueden definir de antemano. Si no, no hubiéramos tenido como presidente a Mujica o a Tabaré Vázquez o Astori no encabezaría la lista al Senado en este proceso electoral. Lo que aquí marcó el camino es un proyecto de mediano y largo plazo nuevo que nos estimuló y nos hizo dar un paso al frente. Mire que podía haber sido cómodo quedarnos donde estábamos, con trayectoria, con ideas, sin grandes sobresaltos. Salimos un poco a la intemperie, no es un paso fácil. Pero sentíamos la responsabilidad de presentarle al electorado una opción renovadora, incluso desde el punto de vista etario, con ideas nuevas, con proyecto político nuevo, que está dentro de ese espacio que hemos venido defendiendo todos estos años, que genera un equilibrio o quiere ser un equilibrio en el FA. Creo que es lo que inspiró también a Álvaro García, por ejemplo, con el cual ya se ha anunciado un sublema. Entonces me parece que no obsta a lo otro, es una evolución sana de las fuerzas dentro del FA que se equilibran, que se complementan y que son necesarias. Y también es una expresión de asumir las responsabilidades políticas. Algunos de nosotros no podemos seguir porque alguien lo puede tomar el estar a la sombra de los históricos y grandes dirigentes como un elemento de no poder salir adelante, pero también es cómodo. Entonces salir a la palestra, asumir la responsabilidad, tomar la bandera es algo que la gente exige y tenemos que hacerlo.
EC —Hablando de renovación, ¿a quiénes visualiza como los nuevos referentes del FA, teniendo en cuenta que estamos en una elección que justamente marca de algún modo el paso al costado de los tres grandes nombres de los últimos tiempos, Tabaré Vázquez, José Mujica, Danilo Astori? Y digo de algún modo porque es claro que Astori va a ser candidato al Senado, que Mujica también va a ser candidato, pero notoriamente hay un proceso de relevo. ¿A quiénes encuentra usted en esa primera nueva línea?
JAR —Primero, no me los imagino ni a Astori ni a Mujica ni a Tabaré Vázquez absolutamente fuera de la política, van a estar. A los que me imagino o los que veo ya en la primera línea son, si todo sale como esperamos, al próximo presidente de la República, Daniel Martínez, Óscar Andrade, el Pacha Sánchez, Álvaro García, Mario Bergara, obviamente. Esa es la franja etaria y la línea que viene trabajando. El propio presidente del FA, Javier Miranda. Y también en el diálogo con la sociedad civil organizada surgen diferentes compañeros. Por ejemplo, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, tiene posiciones que uno las lee y tienen una identificación con lo que es la razón de ser de su trabajo y de su cargo, como es la defensa de los derechos de los trabajadores, pero van más allá en una cantidad de expresiones. Hay una franja etaria y una cantidad de nombres que nos hacen sentir confianza en el futuro del país, porque vienen –lo he escuchado mucho a Garcé decir esto– de esa destilería uruguaya de generar dirigentes políticos y sociales que no se crean de un día para el otro, como estamos viendo en este proceso electoral, actores políticos que se crean de un día para el otro. No porque sea malo en sí mismo, sino que no salen de esa destilería, no salen de esa política sana, sino que salen de un esquema de negación de la política, de dejarla en manos solo de algunos, que no va con la tradición uruguaya.
EC —Puede ser que a usted le toque estar en el Parlamento en un escenario complejo. Usted decía “ojalá que Daniel Martínez sea presidente”. Si es presidente, difícilmente tenga mayoría parlamentaria. ¿Cómo va a gobernar Daniel Martínez en esas condiciones?
JAR —Creo que va a ganar, va a tener mayoría parlamentaria, pero si no la tuviera va a gobernar como han gobernado todos los gobiernos que no han tenido mayoría parlamentaria, tendrá que acordar.
EC —¿Con quiénes ve posible acordar?
JAR —En alguna rendición de cuentas ya tuvimos acuerdos por ejemplo con Amado y con Unidad Popular, que nos dieron sus votos en algunas normas.
EC —Amado ahora está votando con el FA.
JAR —Sí, pero pueden surgir otros Amado. Daniel Martínez para el principal paquete de obras en Montevideo acordó con los legisladores comunales de Novick. Es decir, no es imposible ni extraño para el FA acordar con otros partidos políticos para lograr los principales proyectos para el país. Es más, uno a veces se queda con que solo el FA votó en general la ley de presupuesto o la rendición de cuentas, pero cuando uno entra al análisis del articulado se encuentra con que la mayoría de los artículos, una inmensa cantidad de artículos son votados no solo por el FA, sino también por los partidos de la oposición que encuentran que determinadas cosas están bien. Eso es un ejercicio que habrá que afinar, pero que no solo no es imposible, diría que hasta es deseable.
EC —Está hablando de un entretejido, paso a paso, no es una coalición estable más allá del FA que permite gobernar con tranquilidad.
JAR —Eso dependerá de los resultados electorales. Además dentro de los partidos de la oposición también uno encuentra diferentes líneas. Eso dependerá de los acuerdos políticos que se logren, que podrán ser permanentes o podrán ser en cada ocasión, por tema. Creo que hay que dejar pasar el proceso electoral y ver cómo queda el mapa, analizarlo. Pero es quizás la tarea más linda, democrática, en donde cada uno tiene que dejar su posición, ponerse en el lugar de otro, ver por el país. Ahí es donde cada uno va a ver y la gente va a ver qué ponemos por delante, si los intereses partidarios o el país. En fin, creo que es un gran ejercicio democrático, trabajosísimo pero gran ejercicio democrático.
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Transcripción: María Lila Ltaif









