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Entrevista, jueves 14 de junio: Walter Debenedetti

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EC —Dijo al pasar que lo que se va a remodelar es la tercera parte de las gradas de la vieja plaza de toros. ¿Puede explicar esto?

WD —Siempre hay que tomar una decisión cuando uno interviene en un edificio de este tipo. La plaza de toros originalmente estaba hecha para 8.000 personas y la inversión para restaurar todo habría sido enorme. También hay una escala, hay que pensar que estamos en una ciudad de 30.000 habitantes, y además –yo fui quien influyó en ese tema– me parece que también hay una profunda reflexión cuando uno mira desde un lugar consolidado y otro que está en ruinas, porque de alguna manera piensa: “Si está así y pudimos lograr esto, eso que está hay que cuidarlo”. La ruina consolidada llama a la reflexión sobre que todos los edificios y monumentos que no se cuidan o que no se usan terminan en el deterioro. Me parecía mucho más profunda esa reflexión, además de las obvias reflexiones económicas.

EC —Usted dice que se va a restaurar un tercio, el tercio que da hacia el río, hacia la avenida Mihanovich, la entrada principal, y desde esas gradas se va a ver la parte que no se restaura, o mejor dicho que no se remodela, porque un tratamiento va a tener de todos modos.

WD —Exacto. La ruina se va a consolidar técnicamente, desde el punto de vista del patrimonio se llama así, consolidación, y va a tener un trabajo de mantenimiento. Lo que no es posible es el uso de las gradas superiores. Tenemos planificadas algunas visitas a esos lugares que no van a ser remodelados, y sí va a ser remodelada la fachada de ladrillo. Esto fue por una razón técnica constructiva: cuando hicimos el estudio primario de la estructura de hormigón y de ladrillo y de hierro con un equipo catalán –fue la primera licitación internacional que hicimos–, ellos cuando modelaron el tema del ladrillo, suponiendo vientos y suponiendo las exigencias actuales, se dieron cuenta de que si no restaurábamos completamente el aro de ladrillo que envuelve la estructura de hormigón y de hierro que le da esa característica de influencia neomorisca, no iba a tener estabilidad. Por lo tanto vamos a restaurar el ladrillo de alrededor, lo vamos a unir con unas articulaciones al hormigón para que dilaten, eso es lo único que se va a completar 100 %. El resto –las gradas, el techo del deambulatorio superior, escaleras y demás– solo se va a consolidar de forma tal que no se siga deteriorando, pero no puede ser usado con las exigencias de seguridad que tenemos actualmente, porque es un material que ya tiene un envejecimiento y no admitiría su uso.

EC —De todos modos, supongo, no se descarta la posibilidad de en un futuro completar la obra.

WD —No, no, nunca se descarta.

EC —Pero igual tiene su sentido, dice usted, hacer las cosas como se está proyectando.

WD —Sí, tiene un sentido profundo patrimonial y cultural, que me parece el más relevante. Generar esa reflexión de un espectador: estamos viendo la Sinfónica del Sodre o No Te Va a Gustar o la Copa Davis en la plaza de toros y atrás hay una cosa que, bueno, caramba, así estaba. No olvidar esa situación de que así estaba y qué nos puede pasar de no cuidarla me parece una interesante reflexión, aunque sea subliminal, cuando uno está en esa situación de ver, de disfrutar el lugar restaurado.

EC —Voy a lo que dicen los oyentes. Hay una pregunta que era más o menos obvia pero la plantean algunos de ellos. Por ejemplo, Germán: “No me queda claro si esto es otra propuesta más –y van no sé cuántas– o si se trata ya de un proyecto concreto. ¿Quién o quiénes son los inversores? ¿Cuáles son los plazos?”.

WD —Por lo pronto es un proyecto concreto. Hay un proyecto ejecutivo de 153 hojas, unas parvas enormes de memorias, planillas y demás que están presentadas en la OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto). Es un proyecto hecho al detalle –lo digo porque soy el responsable y fui uno de los proyectistas–, completo por primera vez para ser ejecutado. Segundo, el dinero para esta inversión ya está asignado, en el entorno de US$ 3,4 millones es un aporte de unos fondos del BID, el resto es financiado por la Intendencia de Colonia –ya está puesto en el presupuesto– y por el FDI.

EC —La Intendencia pone US$ 950.000 y el FDI, US$ 650.000.

WD —Y el resto son fondos BID. Y si se necesitara algo más, la Intendencia está dispuesta a ponerlo. Entonces lo primero es que es la primera vez que tenemos el dinero.

EC —Segundo, el llamado a licitación es inminente.

WD —Exacto, es la primera vez que tenemos un proyecto ejecutivo, antes lo que se tenía eran ideas. Para los que somos arquitectos hay una diferencia abismal entre tener un dibujito o una idea y tener un proyecto ejecutivo. Hay muchísimas horas y muchísimo dinero atrás invertido en expertos, en asesores, en estructura como para no pensar en terminar la obra. Presentamos el pliego licitatorio a OPP, estamos esperando la devolución, así que suponemos que en julio, agosto a más tardar estaremos haciendo la licitación para la construcción. El plazo que estamos manejando para comenzar las obras es fin de año o, más lógico, los primeros meses del año que viene.

EC —¿Cuándo finalizarían esas obras?

WD —Son 18 meses, estamos hablando de 2020, a mediados, finales de 2020.

EC —Paralelamente está previsto otro llamado para contratar a la empresa que se va a encargar de la operación del nuevo complejo.

WD —Exacto, como le decía, lo peor que nos puede pasar es tener un edificio de características patrimoniales y este tipo de características y que no tenga uso. Por lo tanto vamos a hacer un llamado internacional –como hemos hecho hasta ahora, todos han sido llamados públicos– para contratar un gestor cultural y deportivo. Porque esto requiere un trabajo profundo y de gran conocimiento y grandes relaciones. Nosotros trabajamos en otro llamado licitatorio haciendo un plan estratégico y un plan de negocios, lo hizo la consultora KPMG. Hemos tenido la suerte de que en los tres llamados que hemos hecho hemos tenido gente de primerísimo nivel que ha trabajado con nosotros, con lo cual los productos son excelentes. El plan de negocios me parece clave, porque uno no solo tiene que restaurar un edificio, tiene que darle sustentabilidad en el tiempo y tiene que darle el uso que lo tenga continuamente en mantenimiento y en el brillo que todos esperamos que tenga.

EC —¿Cuándo va a estar esa otra adjudicación?

WD —La otra adjudicación va en paralelo, la vamos a hacer seguramente en los primeros meses de 2020, porque es una licitación más pequeña, pero quiero que esté pronta, que tengamos el gestor antes de terminar la obra. Por una sencilla razón: no quisiera un día darle al gestor la llave de una cosa que terminamos hace dos meses y el señor me diga: “Ah, pero yo si hubiera sabido habría hecho alguna pequeña remodelación”. Si el señor o el equipo que tenga tienen que decirnos algo, será bueno que lo podamos resolver durante la obra.

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