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Entrevista, jueves 7 de junio: Ana Lopater

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EC —Con respecto a la autonomía, ese estatus autónomo de la nueva universidad, ¿hay consenso?, ¿todos están de acuerdo en eso, en que debe haber autonomía?

AL —Cuando decimos todos no sé. Nosotros integramos, dentro de una delegación de ANEP, una Comisión Asesora para la nueva universidad. En ese ámbito también está la Udelar, está la UTEC, están los cursos terciarios de UTU, y hubo una declaración conjunta de todas las instituciones públicas, la ANEP, la Udelar, la UTEC, en la que manifestaron su acuerdo con la creación de una universidad de la educación. Ahora, cuando decimos todos y nos referimos a los actores políticos, tal vez no.

También tenemos una declaración, en el marco de […], de distintos rectores de universidades latinoamericanas que estuvieron acá sobre el último cuarto del año pasado de conformidad con que hubiera una universidad de la educación en Uruguay. Un apoyo de otros países latinoamericanos que tienen universidades de educación. Los actores políticos ahí difieren, eso va a haber que pelearlo mucho.

EC —Ahí la discusión se completa con otro detalle de la estructura institucional que se prevé, que es el sistema de gobierno, el cogobierno. Habrá un consejo directivo nacional, un rector, una asamblea nacional, los consejos de los institutos universitarios regionales y sus respectivos directores. Se toma una especie de espejo del sistema de cogobierno que tiene la Udelar.

AL —Exacto, y que tiene tradición entre nosotros.

EC —Tiene tradición, pero al mismo tiempo viene siendo discutido ya en la propia Udelar desde hace años. El problema es que no se ha construido una alternativa, pero hay bastante disconformidad, hay mucha crítica, autocrítica a propósito de ese sistema. ¿Por qué se recurre a él?

AL —Se lo toma porque es un poco inviable en el Uruguay, sobre todo cuando se trata de actores que tienen que ver con la educación y con la formación en educación, pensar en otro modelo, porque ese es el que tiene más prestigio entre nosotros. Creo que a veces se confunden las limitaciones que puede tener un cogobierno con la forma como se aplica.

EC —Se habla de su pesadez, de la burocracia, incluso de lo discutible que es la integración de algunos de esos órganos.

AL —Las burocracias no están atadas a un funcionamiento de representación de órdenes. Tal vez lo que le ha hecho falta a la Udelar es acompañar esa representación de los órdenes con una cultura de la evaluación, con la autoevaluación, con la evaluación externa. Esa es una impresión personal, me parece que cuando la Udelar ha tenido que presentarse para ser reconocida y ha tenido que evaluarse ha mejorado su gestión. Últimamente, si bien se le pueden hacer críticas, la Udelar ha tenido avances importantes. La descentralización, algunas reestructuras curriculares de las carreras más tradicionales como pueden ser las ciencias económicas, la creación de facultades como la de Comunicación, donde parece marchar muy bien la representación de los órdenes, según algunos datos que tengo de gente que transita por ahí. Pero eso es una impresión muy personal.

EC —La Udelar ha hecho su propia renovación, se ha revitalizado, pero sigue arrastrando problemas. De ahí que viene la pregunta de si hay que tomar esa misma estructura o hay que aprovechar para crear otra.

Veamos el Consejo Directivo Nacional. Las decisiones se van a tomar en el Consejo Directivo Nacional, compuesto por el rector, dos delegados estudiantiles, dos por el orden docente, dos por los egresados y los directores de los institutos regionales. Una objeción que se ha planteado es la que se le formula a la estructura de la Udelar, que es endogámica, una estructura endogámica. ¿No falta allí, por lo menos, representantes de la sociedad?

AL —Podría ser. Se supone que los representantes de la sociedad son los egresados. Los egresados no son ni docentes ni estudiantes, vienen ya de campos de la actividad en la cual se han insertado y tienen otra visión.

EC —Pero ¿es una crítica atendible?

AL —Es una crítica atendible.

EC —Está arriba de la mesa.

AL —Es una crítica atendible, pero tenemos problemas de funcionamiento y burocratización en otras entidades que no son propiamente […].

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