
EC —Pero acá no es burocratización, es estar metida hacia dentro, no tener la voz de la sociedad, que en definitiva es la propietaria de esa institución.
AL —Es lógico, por eso digo que las universidades públicas y todas las entidades públicas tienen que hacer una rendición de cuentas muy estricta y muy transparente a la sociedad, porque es con los recursos de la sociedad que estamos actuando. Además pienso que la representación de los órdenes es muy importante si detrás de ella hay auténtica participación. Y nosotros ahora, que no somos universidad todavía, pero que estamos impulsando distintas líneas de acción, tenemos una experiencia que me ha enriquecido mucho. Tenemos por ejemplo una Comisión de Enseñanza y Desarrollo Curricular que es la que está llevando a cabo todo lo que es el marco conceptual del nuevo plan. Tenemos comisiones de carrera que están pensando las nuevas carreras, y una que ya pensó y que está implementando es la de Maestro Técnico y Profesor Técnico. Y veo que la participación detrás de esos representantes determina un crecimiento muy importante de todos los actores. Soy una convencida de que la participación enriquece a la gente, la hace crecer, a los estudiantes, a los docentes, a todos los actores. Entonces la representación a su vez se reflejaría en esa representación de los órdenes.
EC —De todos modos, el riesgo del corporativismo está.
AL —Es cierto. Cuando el vínculo entre el representante y los representados se rompe, cuando no hay ese ida y vuelta, creo que ahí sí, pero apuesto a que la nueva universidad, siguiendo lo que hoy estamos haciendo, mantenga ese vínculo importante entre los representantes y los representados.
EC —Hay otras objeciones u otras dudas. ¿Quiénes serían los representantes de los egresados? Esa universidad durante varios años no tendría egresados.
AL —No, serían los egresados de las actuales carreras de formación en educación.
EC —¿Tan fácilmente los egresados del sistema anterior tendrían la condición universitaria, etcétera? ¿Sería una especie de pase automático?
AL —El proyecto de ley habla de un período transitorio en el cual se prevé que se pueda hacer un reconocimiento de los títulos. Supongo que después habrá un proceso de reconocimiento de títulos. Aclaremos que hoy ya la Udelar –cosa que costó muchísimo– en la mayoría de las facultades reconoce los títulos de Maestro, de Profesor, de Educador Social, en fin. Reconoce nuestros títulos para hacer posgrados. Quiere decir que ahí tácitamente hay un reconocimiento de la Udelar del carácter de grado universitario que tendríamos que nos habilitaría a hacer posgrados. También universidades extranjeras, yo hice un posgrado en Flacso Argentina y me reconocieron el título de egresada del IPA.
EC —Es interesante lo que está diciendo, porque hay otra visión mucho más crítica con respecto a cómo tiene que ser ese proceso de reconocimiento, de pasaje a la categoría de título universitario del título obtenido en las estructuras actuales.
Pero para terminar sobre el sistema de gobierno: ¿cómo se entiende la limitación que se impone a los antecedentes de quien pueda ocupar el cargo de rector? Dice el artículo 11: “Para ser rector se requiere poseer título universitario o de formación en educación válido en el país o formación equivalente; producción académica relevante, y un desempeño de por lo menos 10 años en instituciones públicas vinculado a la formación en educación, las ciencias de la educación o trayectoria equivalente”. ¿Por qué este requisito de que ese desempeño de por lo menos 10 años tenga que haber sido en instituciones públicas?
AL —Porque va a tener un cargo muy importante en el gobierno de una universidad pública.
EC —Pero puede haber alguien con las mejores credenciales, por ejemplo en el exterior. ¿No podría ser rector?
AL —Parecería que no, eso lo está limitando. El CFE no hizo el proyecto, lo respalda, hemos participado en las discusiones finales del proyecto en la Comisión Asesora. Consideramos que si el proyecto entra mucho en los detalles más van a ser los motivos de cuestionamiento.
EC —Sí, pero acá lo que se hace es una exclusión. Es como poner mucho detalle.
AL —Son los requisitos hoy para ser presidente de la ANEP, por ejemplo, determinada cantidad de tiempo en la educación pública. Parecería que para regir una educación pública hay que tener una experiencia importante en ese ámbito. Independientemente de que pueda tener experiencia también en otros ámbitos.
EC —Sí, pero ese es un requisito que existe en la ANEP y es polémico, no todo el mundo entiende que sea conveniente.
AL —Admitamos que es polémico, sí.









