EC —Usted agregaba fuera de micrófonos lo que entiende que debería ser un cambio en esta norma, otro requisito para el rector.
AL —Me parece que hoy, que estamos tan exigentes con los títulos de posgrado, se podría hacer una alusión a que tenga títulos de posgrado, que podría ser maestría o doctorado, o formación equivalente. Porque admitamos que hay gente que puede tener mucha trayectoria y que no tiene esos títulos, pero sí una formación equivalente a esos títulos de posgrado. Pero tampoco hago cuestión de que no esté eso. Lo señalo como algo complementario.
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EC —Ana Lopater es profesora de Historia egresada del IPA, especialista en Gestión de Centros Educativos, magíster en Educación. Fue directora del liceo Dámaso Antonio Larrañaga entre 1995 y 2002. Y me contaba que fue después que hizo los posgrados.
AL —Sí, fue después de eso, porque intenté hacer la Maestría en Educación en la Católica en ese momento, que estaba comenzando, pero exigían una secuencia de presentación de trabajos y de continuidad de las asignaturas que como directora del Dámaso no podía hacer. Entonces después de jubilada encaré ese tema, que era un debe, porque yo quería hacer una investigación en educación y ya tenía claro que quería investigar sobre la cultura docente y cómo esa cultura docente puede incidir en el carácter inclusivo de la educación.
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EC —Vayamos a otras discusiones sobre el proyecto. Vuelvo sobre lo que ha planteado la doctora Adriana Marrero. Ella dice: “El proyecto de ley de creación de la Universidad de la Educación no crea ninguna universidad. Es más: no genera ninguna discontinuidad entre los actuales institutos del Consejo de Formación en Educación (CFE) y la institucionalidad que se pretende crear, a no ser por el cambio de nombre y de gobierno”. Y hace una serie de preguntas: “Si los edificios, los docentes, los estudiantes, los funcionarios, los egresados, los títulos que se otorgan son los mismos… ¿qué cambia? ¿Dónde están los docentes que ingresan por concurso público y abierto según su trayectoria y producción académica? ¿Dónde están los criterios universalistas, transparentes, para generar un cuerpo de docentes capaces de introducir lógicas y prácticas académicas sostenidas y transformadoras de la realidad educativa?”. Ahí está el núcleo del cuestionamiento que ella hace.
AL —Creo que la universidad no se crea el día que se sancione la ley. Las universidades necesitan un proceso de creación previo y continúan después en proceso de creación, porque nunca van a estar totalmente conformadas y seguirán transformándose. Por eso, como explicaba al principio, en el CFE hemos impulsado distintos cambios, como el cambio en la parte de formación inicial de la carrera, la parte del currículo de la formación inicial que se está llevando a cabo. Hemos impulsado un cambio en el capítulo 14 del estatuto actual del funcionario docente de la ANEP que establece un régimen especial para los docentes de formación en educación, un régimen regido por grados, desde el primero al quinto grado, a los que se accede por concurso, con efectividades renovables en base a la evaluación de una comisión evaluadora. Eso estaba en este momento para ser aprobado, o por lo menos para ser considerado, por una bipartita entre el Codicen y la CSEU (Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay), porque todo lo que tiene que ver con condiciones de trabajo tiene que tener la participación de los sindicatos. Pero como eso está un poco demorado ya estamos pensando en hacer un concurso para efectividad que se va a concretar seguramente en agosto. Como todo lo que hacemos, se está discutiendo en un ámbito con representación de los órdenes y estamos ya muy cerca de un proyecto para que sea discutido. También tenemos ahí representada a la Asamblea Técnico-Docente (ATD), que para nosotros es la representación del orden docente, que se elige democráticamente desde cada uno de los centros y que hemos logrado que tenga una producción y aportes que el Consejo valora mucho. O sea que estamos en ese camino de iniciar los concursos, pero lo hacemos pensando que las universidades no se decretan y que ya se tiene que ir procesando.
EC —Usted dice que hay que aceptar que haya una transición, que no hay más remedio.
AL —Y sí. Si se creara de la nada la transición sería mucho más larga, como he sentido que ha propuesto en alguna oportunidad la doctora Marrero.
EC —Ella dice que la creación de una universidad, y una universidad de la educación en particular, tendría que ser una disrupción, tendría que efectivamente dar un cimbronazo.
AL —Yo sé que ella dice eso, pero, con todo el respeto que me merece la doctora Marrero, creo que lo dice porque no conoce realmente los procesos de cambio que estamos teniendo en el CFE.
EC —Y cuando le decía que la visión es más ácida le cito la última de las frases que tengo acá anotadas de la doctora Marrero: “Esto no tiene que ver con el conocimiento ni con educación. Tiene que ver, en cambio, con que los actuales docentes, estudiantes, y aun los egresados, se ‘conviertan’ en universitarios, por la sola performatividad de la ley, sin cambio alguno. Como por arte de magia. Sin que nadie ponga en riesgo un cargo que tal vez no esté en condiciones de ejercer en una institución de tipo académico. Sin que nadie tenga que rendir exámenes adicionales para obtener un título universitario, y sin que ningún estudiante sufra sobresalto alguno en su trayectoria educativa. Sin que nadie, excepto la educación y el país, corra riesgo alguno”.
AL —Insisto en que estamos en cambios que la doctora Marrero no conoce. Porque nosotros no pensamos que la actual formación inicial que reciben nuestros egresados de las distintas carreras sea lo mejor que hay. Si no, no estaríamos embarcados en una transformación curricular. Pero esa transformación curricular, entre otras cosas, establece carreras creditizadas, tomamos el sistema de créditos de la Universidad, 15 horas significan un crédito, pero no 15 horas sentado en una silla, el eje es el trabajo académico del estudiante, el crédito mide el trabajo académico del estudiante en clase, estudiando orientado por una tarea que haya señalado el profesor o estudiando autónomamente por su cuenta. Eso va a permitir una navegabilidad hacia la universidad y desde la universidad hacia el CFE.
Es un plan que tiene como marco conceptual que el eje son los derechos humanos y que el estudiante y la educación situada para ese estudiante son el fin principal, que establece competencias que debe tener un educador, todos los educadores, y después las comisiones de carrera han establecido competencias específicas para la carrera. O sea que estamos marchando por un camino de transformaciones importantes en sí mismas, pero que también, como son participativas, hacen que la gente vaya cambiando de cultura. Eso es lo fundamental, es el cambio de cultura lo que puede significar el salto de lo que hoy tenemos al nivel universitario. No creo que la universidad nos pueda garantizar hoy que está produciendo todos sus egresados de acuerdo a los contextos y las necesidades del país. O sea que el carácter universitario tampoco garantiza que las formaciones sean siempre las adecuadas.
EC —Y a propósito de lo que se prevé con respecto a los funcionarios, da la impresión de que la norma es enormemente generosa.
AL —Se reconocen las efectividades.
EC —Artículo 37: “Los funcionarios docentes y no docentes que a la fecha de vigencia de esta ley se desempeñen en el Consejo de Formación en Educación pasarán a prestar servicios en la Universidad de Educación manteniendo la situación funcional. La Universidad de Educación realizará un proceso de adecuación presupuestal de los cargos y sus retribuciones, pero en ningún caso la redistribución o reasignación de funcionarios efectivos significará disminución de la retribución total que el funcionario venía percibiendo con anterioridad a la misma”.
AL —Podríamos agregar que las efectividades de docentes que hoy tenemos tienen que ser evaluadas, de ahí que estamos creando una comisión de evaluación que va a evaluar a los efectivos.
EC —Ahí hay un paraguas abierto, un mecanismo en curso.
AL —Nosotros lo tenemos, suponemos que la universidad lo va a adoptar también.
EC —¿Y con respecto a los no docentes?
AL —Con respecto a los no docentes tenemos concursos permanentemente. Si usted se fija en nuestra página, estamos haciendo llamados. Tienen la garantía del concurso cuando ingresan. Y también se los evalúa.
EC —Pero ahora saltan de una institución a otra.
AL —Y bueno, también la institución que los recibe tendrá que seguirlos formando. Nosotros tenemos distintos mecanismos de formación, entendemos que nuestros egresados no agotan su formación sino que tienen que continuar. También buscamos la formación de nuestros docentes, para algo tenemos cuatro maestrías, que no son solamente para nuestros docentes, sino también para docentes de media, de primaria. En este momento estamos formando unos 250 docentes con títulos de Maestría, más de 100 están por egresar. Maestrías gratuitas además, que pocas quedan en la Universidad.
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EC —El proyecto de ley original, el de 2014, rebotó, no tuvo los consensos necesarios en el Parlamento. A fines del año pasado, el Ejecutivo remitió al Poder Legislativo una nueva versión, esta sobre la cual le he estado preguntando. ¿Qué seguimiento está haciendo de la discusión política?, ¿qué expectativas tienen ustedes?
AL —Como Comisión Asesora esperamos que nos llamen en algún momento las comisiones del Senado en este caso para dar nuestra visión. Como directora general del CFE tengo vedada toda participación a nivel político, pero por supuesto que si los actores políticos o los partidos políticos nos llaman para opinar sobre este tema, vamos a ir con mucho gusto. Nuestro consejero docente y nuestro consejero estudiantil están haciendo rondas de visitas a distintos legisladores, y sé que los integrantes de la Mesa Permanente de la ATD se han contactado con distintos legisladores. En la Asamblea Nacional que hubo el mes pasado se hizo una mesa al final del primer día de inauguración de la ATD con distintos legisladores, distintos actores políticos. El ámbito parlamentario nos trasciende, lo más que podemos hacer es asesorar y como ciudadanos desear que el proyecto sea aprobado.
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Transcripción: María Lila Ltaif
