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Entrevista lunes 11 de junio: Álvaro Villar

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EC —Según los números que estuve anotando, la cobertura de este hospital abarca a 350.000 personas. ¿Cuántas intervenciones por año se llevan a cabo?

AV —Tenemos un promedio de 4.000 intervenciones por año. Este año aumentaron un 20 % en lo que va del año, así que calculamos que a fines de 2018 vamos a estar cerca de las 5.000. Es un Palacio Peñarol lleno de bote a bote.

EC —Hay dos clases de funcionarios, los presupuestados y los de empresas tercerizadas.

AV —El Maciel tiene unos 3.500 funcionarios. Están los vinculados a la Facultad de Medicina, a las cátedras que funcionan aquí, están las empresas tercerizadas de limpieza, portería, camilleros y la parte de seguridad, y también están los funcionarios vinculados con los IMAE (instituto de medicina altamente especializada). Hay un IMAE que es referencia nacional en trasplante de médula ósea, hay un IMAE de diálisis crónica y un IMAE de diálisis peritoneal.

EC —Esos 3.500 son el total, por todo concepto.

AV —Por todo concepto.

EC —Vamos a esta etapa que está recorriendo el Hospital Maciel. Usted es neurocirujano, en 2001 fundó el Servicio de Neurocirugía del Hospital de Tacuarembó y ese mismo año empezó a trabajar acá en el Maciel. Once años después, en 2012, lo nombran director del Maciel, en un contexto muy complicado para este hospital. El Hospital Maciel estaba golpeado por el caso de los “enfermeros asesinos”, como se lo llamó, y las denuncias de sobrefacturación de la empresa de limpieza Buena Estrella. Era una brasa ardiendo. ¿Cómo fue la decisión de aceptar este cargo?

AV —Fue un planteo del directorio de ASSE de ese momento, que dirigía Beatriz Silva. Era sí un momento muy complicado para el hospital. Yo empecé con el título de neurocirujano en el 2001, pero trabajé como residente desde el 94, tengo un sentimiento de pertenencia muy fuerte al hospital, y estábamos muy preocupados por el deterioro que significó… Lo peor que le puede pasar a una institución de salud es que su confianza sea cuestionada por la población, y con los enfermeros asesinos y todo eso que se generó en torno a esas denuncias hubo un deterioro muy grande. Por acá pasan cientos, miles de estudiantes de Medicina y residentes, pero aquellos que trabajan en el hospital, que trabajan en la puerta, que trabajan en el CTI, generan un fuerte sentimiento que quisimos aprovechar. Acá se habló siempre de los “macieleros”, sobre todo en contraposición a la gente vinculada al Pasteur. Hay una pequeña pelea muy amistosa, en buenos términos siempre. Lo que hicimos fue trabajar el concepto de pertenencia a través de la idea de la “actitud Maciel”.

EC —“Actitud Maciel”, ese es un término que hemos escuchado muchas veces, y que aparece en distintos lugares del hospital. ¿Qué es “actitud Maciel?”.

AV —Sobre todo es una forma de atender al paciente, es una forma de cuidar la dignidad, y más que cuidar, reforzar la dignidad del paciente, entendiendo que la dignidad es clave en el proceso de curación. Pero además es una forma de relacionamiento entre colegas, entre trabajadores dentro del hospital, es una forma de relacionamiento con la institución, es ponerse la institución al hombro en cualquier lugar que uno esté. Yo lo resumo en la idea de tratar de hacer en cada instante y por cada persona lo que uno espera que haría alguien como uno en el mejor lugar del mundo. Imaginarse por un instante la mejor institución de salud que uno conozca y decir “¿qué haría un camillero como yo, un cirujano como yo, un administrativo como yo en ese lugar si estuviera en esta situación en que yo estoy?”.

EC —¿Eso está escrito? ¿La actitud Maciel es un texto?

AV —No, hay decálogos, hay cosas que se van escribiendo, hay ejercicios colectivos de trabajo. Por ejemplo, enfermería ha trabajado mucho con esto, y lo que cada uno define como actitud Maciel es diferente, no hay una cosa estrictamente definida. Lo interesante es que aun en las discusiones, a veces a mí me toca discutir con un funcionario que creo que está haciendo mal su trabajo o a quien le tengo que señalar algo, y la gente dice “yo tengo actitud Maciel, la tengo desde muchos años antes de que usted estuviera”. La actitud Maciel es algo a lo que todos le damos un contenido, pero en definitiva es la cultura de la organización y es la búsqueda del orgullo de pertenecer al Maciel como forma de resiliencia, de sobreponernos a las dificultades y sobre todo de reconstruir un hospital, porque para que una institución dure 230 años evidentemente hay elementos que la fortalecen, que la unen.

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