EnPerspectiva.uy

Entrevista lunes 11 de junio: Álvaro Villar

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Otra de las frases de la pared pizarrón: “Los goles los hacen los jugadores, los partidos los ganan los equipos”. ¿Quién dijo esa frase?

AV —Es del maestro Tabárez, y esa referencia continua que tenemos todos los uruguayos al fútbol. Lo que te decía hoy, la clave de los cambios en salud tiene que ir por la capacidad que tengamos de integrar equipos. Uno piensa eso y enseguida piensa en dos cirujanos hablando o un médico y un cirujano, pero es todo el equipo, es enfermería, son los fisioterapeutas, los técnicos, es el personal administrativo y de apoyo del hospital. La construcción hoy del block quirúrgico implica el trabajo conjunto entre cirujanos, enfermeras, implica incorporar al personal de almacenes, que hoy está trabajando en conjunto con el block, el personal de farmacia y el personal de compras. Sin esa integración y trabajo en equipo a esos niveles no puede haber excelencia.

EC —Vamos a escuchar a Rosario.

***

ROSARIO CASTELLANOS (RC) —Como se imaginarán, ya he empezado mi recorrida porque me faltaban cosas para ver. Les podría decir que la actitud Maciel se ve, no solamente es una definición, creo que se ve a partir de esto que son novedades cada vez que vengo.

En este momento me he instalado en el propio acceso, apoyando todo mi material en un mostrador que dice Hospital Maciel y que está antes de los molinetes que controlan el ingreso –que antes no existía– a las salas de internación. Esto es un viejo hospital, pero créanme que hoy tiene todas las ventajas de lo viejo y ninguna de sus desventajas, porque eso ha sido lo que se ha procurado a partir de la permanente remodelación en la cual se encuentra. El hospital data de finales del siglo XVIII, cuando por iniciativa de Francisco Maciel se instaló aquí el Hospital de Caridad. Pero entonces no tenía nada que ver con este edificio. Este edificio es de bastantes años después, quedó inaugurado en 1827 sobre la base del proyecto nada menos que de Toribio, el hijo del que había hecho el Cabildo y las primeras construcciones de Montevideo, las murallas, por ejemplo. Pero tampoco ocupaba la manzana completa que fue completándose en 1860 con obras de Bernardo Ponzini y luego terminó con obras que abarcaron toda la manzana comprendida entre 25 de Mayo, Guaraní, Maciel y Washington. Y aún hay más, porque por los años 80 se habilitaron unos predios que quedan a través de la calle Guaraní en la manzana de enfrente, donde hoy, a partir de una total remodelación, se ha ubicado el block quirúrgico que se une al viejo hospital con un puente en la noche iluminado.

Pero yo decía que del viejo hospital quedan muchas cosas, pero no el aspecto negativo. Por un lado porque es un hospital absolutamente luminoso, aquí no hay oscuridades, como podría presumirse, sino que sus seis patios, hoy convertidos en verdaderos jardines, son una fuente de luz y de iluminación a todos los corredores impecables, donde brilla el magnífico enlosado en damero negro y blanco en una calidad que hoy sería imposible pensar.

Detrás de este mostrador está la sala del brocal, que se ha convertido en una sala de espera o de estada de los acompañantes o de los propios pacientes. Hay una serie de televisores en los cuales me imagino que el próximo viernes estará el partido de Uruguay. Se llama así porque en el centro del salón hay un precioso brocal de mármol.

Además hay todo un sistema de control con molinetes. Cada vez que pretendo pasar al otro lado alguien me tiene que habilitar el paso, lo que asegura un tema que ha sido recurrente en estos hospitales, que es que ingresa gente que nada tiene que ver con los pacientes y muchas veces provoca problemas, entre ellos robos. Así que todo esto está perfectamente actualizado en base a un proyecto en permanente cambio y reciclaje.

EC —¿Qué lugar ocupan esos patios del Hospital Maciel en el modelo “nuevo”?

AV —Eso que Rosario ve, un hospital luminoso, es a lo que vamos, a tratar de que haya luz, que haya circulación de aire, que haya ventilación, que los corredores sean transitables. Un problema mundial de los hospitales es la proliferación de equipos, camillas y objetos en los corredores que dificultan el tránsito de los pacientes que están en recuperación. Nosotros estamos buscando cambiar la idea de la internación de la persona encerrada en un cuarto, en una cama, por una idea de que el paciente deambule, interactúe con los demás pacientes que están internados. En eso es fundamental el cuidado de la luz, del patio y la búsqueda de la belleza, de que además de todo el hospital sea lindo, que dentro de todo lo que significa la enfermedad como destrucción de la belleza se contraponga el cuidado de los detalles. Por lo que te decía hoy de tratar de reconstruir en la persona enferma la dignidad y el gusto por la vida, que son claves en la curación.

Comentarios