
EC —Entonces, la relación de Vivian Trías con los servicios secretos checos incluía por un lado llevar a cabo acciones de lo que denominaríamos espionaje, y por otro lado ¿qué?, propaganda, difusión de ideas, notas, artículos destinados a enfrentar al imperialismo estadounidense y de algún modo también volcando la balanza hacia el bloque soviético.
FLD’A —Todavía no me animo a decirlo del todo así, me falta leer una parte grande de los documentos. Son 2.500 documentos y la gran mayoría de ellos están en checo, en español hay apenas 300 folios. Por lo tanto hay que traducir 2.200 papeles del checo al español. Por eso no me atrevo a hacer una afirmación tan tajante. Pero toda la documentación que vengo revisando hasta ahora tiende a confirmar que algo de eso hay, tiendo a pensar que hay algo de eso hay. Sobre todo en uno de los documentos que publico en el peritaje caligráfico, en el que Trías dice con orgullo y se enorgullece ante sus jefes checos de haberle dado el giro marxista-leninista al PS. Me parece que es una pista muy importante. Pero quiero leer más, profundizar más y cuando se confirme o no esa hipótesis la difundiremos.
EC —El tema es enorme, pero no quiero dejar de incluir uno de los aspectos más polémicos de este material que ha tomado estado público y que ustedes han ido encontrando y divulgando: el análisis de Vivian Trías sobre el golpe de Estado en Argentina y sobre Jorge Rafael Videla en particular. Leo esta frase entrecomillada que ustedes han extractado: “El golpe militar del 24 de marzo (de 1975) se asemeja a una pausa en un país tremendamente convulsionado. Una pausa ordenadora para rever problemas, soluciones y perspectivas. Esto es válido para todos los sectores y es positivo dada la ausencia de otras alternativas mejores”. ¿Cómo se entiende este enfoque, que además incluye elogios a propósito de Videla?
FLD’A —Sí, y hay otro documento sobre la situación argentina, sobre la dictadura de Videla, en el que Trías dice que Videla es progresista. Esta es una novedad para En Perspectiva.
EC —Tú has seguido encontrando documentos.
FLD’A —Sí, por supuesto, y sigo leyendo. Hay una documentación muy amplia en español redactada por Trías en la que analiza el proceso de la tercera presidencia de Perón, la presidencia de Isabel, el papel de López Rega, que es sumamente interesante y que hay que analizar muy finamente y de forma más reposada. En mi opinión, eso representa un error; dicen que en historia no hay que decir “eso fue un error”, pero creo que uno tiene que decir que determinada cosa fue un error. Ese fue un grave error de enfoque, porque la concepción en la que se basaba el análisis, la concepción socialista nacional, el instrumental, la caja de herramientas con que Trías estaba analizando en ese momento la realidad, estaba agotada, ya no daba más. Había quedado demostrado largamente que los procesos militares supuestamente nacionalistas y populares en los que habían tenido tanta esperanza los terceristas y los nacionalistas populares y la izquierda nacional, sobre todo entre la década del 50 y del 60, habían derivado en cualquier cosa. Había quedado demostrada la impronta profundamente fascista del peronismo, el caso de la tercera presidencia de Perón, y Trías seguía con la misma caja de herramientas analizando esos procesos. Pero el análisis no te puede dar otra cosa que eso si tu caja de herramientas está basada en las posiciones de la izquierda nacional de la década del 60. Creo que el error de Trías radica en eso. Y también era una lectura funcional a los intereses del bloque soviético.
EC —Sí, la URSS tuvo una actitud condescendiente con la dictadura argentina.
FLD’A —Absolutamente. Perdoná que cuente algo personal, autorreferencial. Tuve la suerte de tener una familia bastante comprometida y bastante politizada y recuerdo que cuando era un adolescente y con mucho esfuerzo compramos una radio de onda corta para escuchar Radio Moscú. Y no me olvido nunca de las calenturas de mi padre, que era un tipo muy militante, muy influido por Trías, cuando en Radio Moscú decían “contra las dictaduras de Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil” y a Argentina no la nombraban. No me olvido más de la bronca de mi padre al respecto, porque efectivamente, la URSS tuvo respecto de la Argentina una actitud muy contemplativa por el comercio de grano hacia la URSS, que era vital. Eso fue una autocrítica hecha por el propio Partido Comunista argentino, que de manera muy valiente, hay que subrayarlo, hizo público el disparate que fue darle a Videla un apoyo crítico y sostener que era una paloma, y que entre las palomas y los halcones había que apoyar a las palomas.
EC —Ahí estás citando otros pasajes en los que decía que la represión que se había instalado no era tan grave: “el grueso [de los presos políticos] está constituido por funcionarios y jerarcas del gobierno”. A su vez Trías se basaba en declaraciones del general interventor de Buenos Aires, Adolfo Sigwald, cuando dijo que “el proceso no es contra los partidos políticos, ni contra el gremialismo, o el empresariado”. Y termina diciendo Trías en su informe a sus “jefes”: “En una palabra, la inmensa mayoría de los exiliados no tiene nada que temer”.
FLD’A —Sí. Y ya el Cóndor estaba funcionando. Hay que hacer un análisis más fino, yo creo que ahí hay dos cuestiones. Una es miopía, ceguera, no haber visto lo que rompía los ojos, y por otro lado creo que también hay la necesidad de hacer un informe en sintonía con la concepción y las necesidades que tenían los servicios de inteligencia de la URSS y el bloque soviético en general. Creo que va por ahí la interpretación de esto. Pero sobre todo pienso que además hay ceguera, ingenuidad en el análisis. Hay mucha ingenuidad por un lado, porque creerle a Buzzetti o a Sigwald o a Videla de la forma como se le creyó a pies juntillas, considerar que José Alfredo Martínez de Hoz era un desarrollista nacionalista me parece una manera muy ingenua de analizar esa realidad, que responde a lo que decía al principio, a sintonizar con los intereses de sus superiores, por un lado, y por otro lado, al tema –creo que es lo más importante– de que la caja de herramientas para analizar la realidad estaba totalmente agotada. El informe sobre Videla y sobre el golpe de Estado en Argentina es la demostración cabal de lo errado que era ese enfoque desde el punto de vista ideológico, desde el punto de vista teórico, desde el punto de vista metodológico.









