
EC —El PS nombró una comisión de historiadores para analizar toda esta documentación y lo que implica como revisión de la imagen y de la obra de Vivian Trías.
FLD’A —Iba a hacer una comisión de historiadores, no tengo noticias de que se haya establecido esa comisión. Es una resolución que tomó el PS hace poco menos de un mes, tres semanas. Y está bien, me parece bárbaro que lo hagan, está genial, pero esa comisión todavía no se ha constituido, por lo menos a mí no me llegó ninguna noticia al respecto.
EC —¿Y qué consecuencias puede tener toda esa información que ahora se conoce para el PS y eventualmente para el Frente Amplio?
FLD’A —Las consecuencias para el PS las tendrán que evaluar y decir miembros del PS, yo no soy quien para meterme en la interna de ellos. El PS lo evaluará, lo verá, yo no lo sé, es una respuesta que no te puedo dar. Sí creo que a nivel histórico, sobre todo a nivel del análisis de la historia de la izquierda y de la contemporaneidad de la izquierda, que lo que más me preocupa, ayuda mucho. Ayuda a ver que las cosas y los procesos son bastante más intrincados y complejos de lo que todo el mundo piensa, nos ayuda a ver que hay factores que escapan a la realidad y que la historia es múltiple, es plural, o sea que hay muchos pasados, no hay un solo pasado. Nosotros analizamos un par de pasados, tres, cuatro, pero cuando aparecen estas documentaciones, cuando se desclasifican estos archivos aparecen muchos pasados, aparecen una gama de pasados mucho más grande, mucho más larga, que enriquece nuestro saber y nuestro conocimiento. En primer lugar eso, que es quizás lo más importante para el bien de la verdad, de saber la verdad. Y por otro lado creo que esto ya trasciende el tema Vivian Trías y el PS, tiene que llevar a una profunda reflexión de la izquierda sobre diversos temas que en algunos casos han sido un poco esquivos.
EC —¿Por ejemplo?
FLD’A —El tema de la democracia […]. Es definitivo, para mí ya esto muestra que es definitivo. Y yo digo en la nota sobre el documento de Videla que la palabra democracia no aparece en todo el texto. Era algo que no importaba. Creo que eso es un síntoma muy claro de una época, de una forma de pensar y se avalaron así determinados procesos en que las libertades, la democracia, la libertad, las libertades públicas, los derechos, los derechos de la gente, los derechos humanos eran un factor secundario si eran […]. Pienso que esa es una primera gran reflexión que la izquierda tiene que hacer sobre sí misma a la luz de estos documentos.
Y por otro lado creo que tenemos que entender que no se pueden tomar atajos, los procesos políticos y […] no pueden tomar atajos de ningún tipo. Creo que el materialismo dialéctico, que es una gran cosa, es una gran forma de interpretar la realidad, y la dialéctica, que es una gran cosa también para interpretar la realidad, es una gran forma de interpretar la realidad, un gran instrumento para interpretar la realidad, operan como quieren y no como los hombres creen que tienen que hacerlo. Los marxistas generalmente han creído que podían aprender los procesos […] y que sabían hasta dónde iba […] y lo que iba a suceder, porque manejaban el materialismo dialéctico, conocían la dialéctica en profundidad. Y resultó que la dialéctica hizo con nosotros lo que quiso y no lo que nosotros […]. Creo que esta es otra reflexión muy profunda que hay que hacer. Cuando me enfrenté a estos papeles ya como prueba definitiva quedé bastante shockedado, cuando leí el informe sobre Videla, sobre todo, y reflexioné eso: la dialéctica hace lo que quiere y no lo que los humanos pensamos que va a hacer. Esto nos tiene que llevar a un baño de humildad respecto a los análisis de los procesos históricos.
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Transcripción: María Lila Ltaif









