
EC —¿Qué más? ¿Cómo terminamos de definir, por ejemplo desde el punto de vista ideológico, a este movimiento?
EA —Claramente el PN es un partido de libertades, un partido de hombres libres y un partido de valores, un partido que tiene claro el origen de la patria y todo lo que le aportamos a este divino país en estos 180 años de historia, todos esos valores los tenemos que refrendar día a día. Y la cercanía con la gente es producto de nuestra gestión diaria. En algunos de los departamentos que hoy integramos el movimiento había ganado el FA y dimos vuelta el gobierno, ahí también tenemos una experiencia de gobierno. En Treinta y Tres recuperamos el gobierno que había tenido el FA, en Cerro Largo en la elección pasada había ganado el FA por muchísimo y en la elección municipal el PN lo dio vuelta completamente y ganó por goleada. En Maldonado después de 10 años de gobierno del Frente recuperamos el gobierno para el PN, porque Maldonado estaba destruido y ahora estamos en pleno proceso de recuperación. La cercanía con la gente nos ha hecho ver maneras de actuar y de trabajar para tratar de ser gobierno, de recuperar un gobierno, algo que vemos lejano en muchas de las dirigencias que hoy están en los otros sectores del partido, básicamente en Montevideo y en Canelones.
EC —¿Ahí estaría la diferencia con AN? Porque AN también es wilsonista…
EA —Sí, por supuesto, y hay wilsonistas también en el otro sector, no pretendemos tener el monopolio. Y la generación de menores de 30, 40 años capaz que no sabe ni lo que es Wilson. Nosotros que somos más veteranos podemos agarrarnos de esas ideas fuerza, pero lo importante es hacer las cosas para todos los que hoy ni saben lo que es Wilson, sí imponer un estilo de gestión pública, de transparencia, con moral, con gestión, con optimismo, con futuro, trabajando cerca de la gente, generando oportunidades, pensando en el desarrollo. No podemos ver un país en el que hoy no hay ninguna medida que defienda el empleo, vemos que la gente se va, se va, como las mayorías absolutas dicen que los números van bien y las cosas están bien, no muevan nada, se nos siguen yendo cantidad de jóvenes. Antes cuando se iban los jóvenes la gente de izquierda nos pegaba con todo a los partidos históricos, nos decían “los jóvenes se van, los jóvenes se van”. ¿Y ahora que se están yendo apilados qué dicen?
EC —Justamente, ya que menciona un asunto como ese, de actualidad, aparte de lo que venía señalando como definiciones, como marco, como posicionamiento, ¿dónde están ustedes en el terreno programático? No se ha visto a este movimiento realizando propuestas en temas de actualidad. Algunos incluso en la interna han dicho “es una prueba de que ahí no hay sustancia”, yo he escuchado eso.
EA —Algunos han hecho dos prédicas. Primero, “están buscando una lista al Senado”, otros dicen “estos no salen”, después dicen “es un grupo que está ahí, después negocian”. Nada que ver, nosotros sabemos que vamos a contribuir, sabemos que no podemos hacer un programa de gobierno, sería ridículo que habláramos hoy de un programa de gobierno cuando vamos a una interna. Por eso el grupo decidió claramente que Eber da Rosa, intendente de Tacuarembó, con altísima experiencia en gestión de gobierno, pero altísima experiencia parlamentaria, altísima experiencia en todas las áreas de lo que tiene que ver con la gestión política, y un hombre recontraprobado y reconocido como un dirigente de centroizquierda, amigo de la gente, sea quien coordine los lineamientos programáticos. No pretendemos hacer un programa de gobierno cuando si llegamos a ganar la interna tenemos que llevar un programa de todo el partido, con lo que tiene Alianza y con lo que tiene el herrerismo. Nos tenemos que dar cuatro o cinco, seis lineamientos básicos que nos permitan enmarcar la acción política.
EC —A propósito de algo muy concreto que está en el debate, incluso en la interna de su partido, ¿ustedes, los intendentes wilsonistas, los intendentes de esta corriente, están firmando la reforma constitucional por seguridad pública que promueve Jorge Larrañaga?
EA —Dimos libertad de acción a los compañeros porque entendemos que es un tema personal, en el que caben diferentes opiniones; algunos estamos en contra del mecanismo de la firma y otros firmaron. Eso no nos separa, eso no nos impide tomar decisiones en el grupo. Entendemos que tenemos que dar esa libertad y me parece muy buena la decisión que hemos tomado. Lo analizamos y lo discutimos. Yo personalmente no firmé.
EC —Usted está en contra. ¿Por qué?
EA —Yo estoy en contra porque creo que eso hoy no conduce a nada. Me parece que es una señal de “aprovechemos la calentura de la gente”, como que Larrañaga se reposiciona con la juntada de firmas y me parece que lo importante no es ese mensaje.
EC —¿Para usted ese es el objetivo de Larrañaga?
EA —No, es una opinión.
EC —¿Es una forma de tener espacio político cuando venía con AN resquebrajada, con escisiones, etcétera?
EA —Sí, él generó un espacio. Pero yo no creo que ese sea el camino.
EC —Pero ¿para usted ese es el objetivo de Larrañaga?
EA —Dejémoslo ahí, el objetivo de Larrañaga pregúnteselo a él, a mí no me lo pregunte. En el tema de seguridad ¿cómo voy a decir “firmen esto, síganme que esta es la solución”, cuando es un tema tan grave para el país lo que está pasando, tan de Estado, y yo al hacer eso estoy dejando por fuera a mucha otra gente que puede aportar en eso para agarrar de una vez por todas al toro por las guampas? Es una falta de respeto hacia otros sectores políticos, hacia otros partidos políticos que los dejamos fuera de una discusión de seguridad que es elemental y básica para la gente.
EC —Es una crítica muy frontal la suya.
EA —Es una crítica frontal, pero es una manera de pensar. Yo no puedo llamar “síganme los buenos”, como en épocas de Hopalong Cassidy, “síganme los buenos, vamo arriba”, cuando después tengo que sentarme en una mesa, escuchar a los demás y generar una opción. Y con el gobierno también, porque esto no da para más. Entonces en este tema de seguridad yo jamás habría encarado esto de las firmas, me parece que no va a llevar a nada, que puede ser hasta un búmeran, se le puede volver un búmeran, me parece que hay que encarar las cosas de otra manera. Es un tema bien grave, estos días estuve escuchando opiniones de la gente y la verdad que desde la justicia, desde los fiscales, desde las cárceles, desde la acción, desde la gestión, desde la inversión, es un tema bien complicado pero que hay que resolver en este país, no puede ser que no se resuelva en un país de tres millones y medio de habitantes.









