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Entrevista, martes 12 de junio: Adriana Peña

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EC —Aparentemente esa presencia adicional de la policía por la vía de la Guardia Republicana surtió efecto.

AP —Aparentemente surtió efecto y la tranquilidad volvió a un lugar que nunca debió dejar de ser tranquilo.

EC —Usted había llegado a definir el caso como de estado “estado de guerra”.

AP —Es que sí. En una oportunidad salieron a los tiros en la terminal de ómnibus que está en medio del centro, en pleno día, cerca del mediodía, a los tiros en la calle. La gente realmente estaba preocupada por su seguridad, porque uno no sabe si uno de estos locos anormales no sale en el momento en que uno está ahí y, sin comerla ni beberla, como lamentablemente les ha pasado a muchos ciudadanos de este país, le tiran un tiro sin tener nada que ver con la guerrilla o con la lucha que tienen entre ellos.

EC —¿Cuándo fue ese episodio que está relatando ahora?

AP —Si no ando muy errada, fue por febrero o marzo.

EC —Había sido antes.

AP —Había sido antes, pero había sido antes del mismo movimiento que tenía esta gente.

EC —Entonces hubo una respuesta del Ministerio del Interior vía Guardia Republicana por un tiempo acotado. ¿Y hubo intercambio? ¿Usted dialogó con el ministro Bonomi, con el subsecretario, con autoridades del ministerio?

AP —No, no, no. Ellos no llamaron, no se preocuparon; yo lo que hice fue hacer público y decir lo que ellos tenían que cumplir.

EC —No hubo llamado, no hubo intercambio, no hubo diálogo.

AP —No, para nada.

EC —Entonces por un lado las cosas se apaciguaron, la situación se tranquilizó. Con vistas al futuro, ¿le parece que esta alternativa, la de la Guardia Republicana, es suficiente o usted insiste con el instrumento de los militares reforzando a la policía?

AP —Lo que veo es que la Guardia Republicana no puede estar a la vez en todo el país, por más que pongan no sé cuántos efectivos. Pero además, sea cual sea el instrumento que se haga para transformar esta realidad de violencia que tenemos, es importante. Me retrotraigo a cuando el presidente asumió, a los pocos meses, la frase que teníamos todos y lo que todo el mundo sentía era que todos los uruguayos teníamos una sensación de inseguridad. Eso hizo que el presidente llamara a todos los partidos políticos para redactar leyes que quedaron en el cajón de la bancada del Frente Amplio (FA) en el Parlamento. Eso nos hizo perder casi tres años de avance en el proceso de buscar la seguridad para combatir la sensación de inseguridad.

Ahora no hay una sensación de inseguridad, ahora hay inseguridad, ahora la gente está preocupada, ya no puede salir de su casa toda la familia, alguien tiene que quedarse en la casa porque la roban. Hay acciones que demuestran que la violencia está establecida, y hoy de mañana, escuchando el informativo, escucho al ministro Bonomi comparar con otros países y decir “estamos mucho mejor que Chile, que este, que el otro”. Perdón, yo quiero mi Uruguay, el Uruguay donde se podía andar tranquilo por la calle. Ya no pedimos poder dejar la puerta abierta, como estábamos acostumbrados, no queremos aquel país de la palabra, la mano, el decir buenos días; ya no pedimos tanto, pedimos tener la tranquilidad de vivir en paz y sin estar amenazados. Que no roben, como a los pobres bolicheros que les roban lo que ganan en el día, vienen los vendedores a cobrarles “¿y qué te voy a pagar, hermano, si me robaron tres, cuatro veces, cinco veces, siete veces?”. No sea malo, ese país queremos.

EC —Yo le preguntaba si sigue entendiendo que los militares son necesarios.

AP —Sí, sí. Sí porque necesitamos reforzar todos los instrumentos posibles para que volvamos a tener seguridad en este país. Dentro de dos años, cuando se haga la consulta popular, la gente va a decidir; la situación estará mejor, estará peor, pero dentro de dos años la gente va a decir si se juntan las firmas para hacer la consulta popular. Pero además de eso, que demuestra y va a demostrar la necesidad de la gente de que se trabaje en este tema, tenemos que reforzar toda la batería para frenar y recuperar el tiempo perdido en conseguir mantener la estabilidad emocional de la gente.

EC —¿Eso qué quiere decir? Por un lado, usted ha firmado y apoya la reforma constitucional que promueve Jorge Larrañaga, que incluye como una de las medidas la creación de la Guardia Nacional, para la cual se tomarían 2.000 efectivos de las Fuerzas Armadas a efectos de reforzar el trabajo de la policía. Por un lado usted apoya esa recolección de firmas.

AP —No he firmado pero voy a firmar.

EC —Pero mientras tanto sigue exigiendo que haya presencia militar, que se recurra a las Fuerzas Armadas ahora.

AP —Exacto.

EC —¿Para usted no alcanza con esas operaciones móviles de la Guardia Republicana?

AP —Creo que todo lo que se pueda hacer es poco para poder solucionar este tema. Todo lo que se pueda hacer. Hay que hacer tipo […], una batería de medidas que den tranquilidad a la gente. Y no es suficiente, todavía hay hechos delictivos que se cometen pero que ya no nos llaman la atención, y que tampoco se denuncian. La gente no denuncia, por miedo al ladrón, por miedo a los delincuentes, pero además por no perder el tiempo.

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