
EC —La plataforma electoral de este candidato, que después llega a presidente, se basa mucho en la inseguridad, en la delincuencia. Y ejemplifica el problema en este Artigas Zombie convertido en una especie de Batman: “El gobierno ha permitido la justicia por mano propia”, denuncia Mikael.
FA —Y el eslogan está buenísimo, algún político seguramente lo va a contactar. El eslogan de este neo-Napoleón uruguayizado es “Algo en que creer”. Es muy interesante porque resume la quintaesencia de todo populismo. El populismo te da como un aleph –para ir a Borges, a lo contrario del populismo–, un lugar extraño que promete todo sin darte pautas de nada, que llega inmediatamente a la sensibilidad de una gran masa que dice “si elegimos a este todo se resuelve”. Y eso no pasa nunca en ningún lado, nunca todo se resuelve, pero ese es el secreto de este telegénico. Yo diría que es la contrapartida exacta del Prócer Zombie. Son dos figuras del poder, un poder del siglo XIX, que era tan pobre –no ya modesto– que no logró tener un retrato de sí. ¿Por qué no hay retratos de Artigas?, que es la pregunta clave. ¿Por qué tenemos ese bosquejo de ese médico Demersay? Porque era pobre.
EC —De cuando Artigas era viejo.
FA —De cuando está ya en la decadencia.
¿? —Un retrato en carbonilla.
FA —Dicen que Blanes dijo “¿yo qué hago con esta vieja?”, cuando vio la imagen no le gustó nada y se inventó un prócer. Y este Landowski nace en el tiempo de las redes, las maneja bien. Pero vuelvo a mi punto, “algo en que creer” es cualquier cosa. El populista les va a decir a todo que sí. Y yo en un momento digo que hay una peronización de Artigas, esa imagen con ese poncho rojo que parece abarcar a todos, de 1923, cuando es nombrado el padre de la patria.
¿? —Un gran Mao Zedong.
FA —Exacto. Todos parecen cobijarse en ese poncho y es lo más parecido que tenemos al peronismo de la otra orilla. Siempre nos jactamos de que no somos como ellos, pero en esto sí somos como ellos. Nuestro Perón se llama José Gervasio Artigas, y lo apropian todas las fuerzas, así como el peronismo tuvo la extrema derecha, la izquierda, montoneros, a todos les decía “sí, señor, estoy con ustedes”, era el gran mago de la sonrisa. Esa enorme sonrisa que tenía Juan Domingo aparece acá y creo que Landowski es otro golazo de la historieta. Vuelvo a decir que es una historieta de un realismo acalambrante si uno pasa la puerta de la fantasía. Y toda literatura es eso.
EC —¿Qué dicen los autores a propósito de todo este análisis?
¿? —Me encanta escuchar a Fernando. Es un librazo según Fernando, entonces ya… Además nos da nuevas visiones de la obra, y eso está buenísimo también, ver qué dice la gente.
¿? —Creo que lo más rico a la hora de hacer el proceso del libro, tanto del I como del II hemos tenido devoluciones que jamás hubiésemos esperado. Está bueno porque tiene múltiples interpretaciones, y es como decía Fernando, no basta con leerlo linealmente.
EC —Hay otros zombies, otros próceres no muertos que figuran en la historia: Fructuoso Rivera, gran enemigo de este Artigas resucitado, y Lavalleja, “Juan y los 32”.
¿? —O los masones mágicos, como gusta llamarse ahora en el tomo II. Cada uno que lo interprete como quiera.
EC —Cuéntennos a propósito de esos otros nombres.
¿? —Fructuoso surge en el primero también como una fuerza antagónica del Prócer Zombie. Es un tipo que cuando se despierta piensa que se durmió –no que estaba muerto– y ve que en todos lados también está el Prócer Zombie, Artigas, y se sorprende porque pensaba que el prócer del Uruguay era él, que el que hizo más por el Uruguay era él, pensaba eso. Entonces va a luchar contra Artigas para convertirse él en el prócer. Eso es lo que lo mueve a Frutos.
FA —Hay una operación clásica en la épica griega que se llama el momento del reconocimiento, cuando Ulises vuelve a Ítaca como un mendigo y su vieja nodriza, Euriclea, le está lavando los pies, que es una costumbre griega de hospitalidad, y lo reconoce, dice “mi amo”, y él le tapa la boca. Eso se llama anagnórisis. Es lo que le falta a Artigas es ese reconocimiento público, solo los marginales lo ven como el que viene a salvarlos. Landowski dice en un momento “¿será realmente?”. Es un superpoderoso, elige renacer, dónde renacer, ser presidente y gana todo. Me encantó ese paralelo cuando dice “¿será o no será?”, y se da cuenta de que es. Me hizo acordar de una gran novela, Los hermanos Karamazov, de Dostoievsky, en la que está la Santa Inquisición en Sevilla, hay fogatas, y aparece Cristo, vuelve a la vida. Una de las eminencias religiosas lo reconoce y dice “préndanlo inmediatamente”, va a hablar con él, se da cuenta de que es, y le dice “mañana vas a arder, porque no está el tiempo para tener a un mesías acá, tenemos que seguir con la tarea”. ¿Qué tarea? ¿De qué habla toda la historieta? Del poder. El poder no se puede dar el lujo de dejar que este aparezca y les cambie el libreto. Landowski hace lo mismo, dice “¿será realmente?, ¿este atorrante será?”. Y cuando se da cuenta dice “con más razón lo tengo que liquidar”, en vez de darle entrada.
¿? —La pregunta de este tomo II era: ¿qué pasa realmente si se levanta un Artigas hoy acá? ¿La gente va a creer o no va a creer? La gente se va a dividir.









