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Entrevista, martes 22 de mayo: Ana Salveraglio

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EC —¿Cuáles son esos sectores?

AS —No está definido por el tipo de población, sino por los ingresos o por la ubicación de la vivienda. Son sectores a los que de pronto la banca privada no les da crédito y ahí tiene que estar el banco. El BHU tiene la responsabilidad de ser autosustentable, de manera de estar presente en aquellos momentos del ciclo económico a la baja en que la banca privada se retira. El banco tiene que estar.

EC —Tiene que estar y además ser autosustentable.

AS —Ser autosustentable.

EC —¿Y ha ocurrido eso efectivamente año a año?

AS —De hecho, ya tuvimos la experiencia en estos 10 años. En los años 2013, 2014 el ciclo económico no estaba a la baja, pero por algún motivo el sector privado se retiró y el banco tuvo una participación en el mercado de por encima del 60 %. No queremos volver a ser monopolio, ya fuimos y no fue una buena experiencia.

EC —Es interesante esa sentencia: no queremos volver a ser monopolio. Es un problema ser monopolio.

AS —Es un problema, porque se asumen todos los riesgos. Entonces está buenísimo que haya competencia, que haya otros sectores, que el sector privado comparta con el BHU la posibilidad de dar créditos hipotecarios.

EC —Pero yo le preguntaba a propósito de los resultados del banco. ¿Qué ha pasado en materia de utilidades?

AS —Luego de 10 años del inicio de su reestructura es un banco que está en competencia con el resto del sistema, que cumple con la regulación. Hoy tenemos nuestra propia agenda. Durante todos estos años estuvimos prácticamente siempre con planes de adecuación frente al BCU. Los primeros ocho meses luego de la reestructura el banco no pudo presentar balances al BCU. Fueron años de muchísimo trabajo. Se trabajó con muchísima profesionalidad, desde hace unos cuantos años estamos trabajando en un proceso de certificación de procesos en calidad, que ayuda mucho no solo por el certificado en sí, sino que ayuda la forma de trabajo. Se trabaja con mucha profesionalidad, con políticas escritas, manuales. Se ha llegado a resultados muy buenos, con un patrimonio que puede parecer muy alto. Si bien fue capitalizado en esa oportunidad, a partir de allí el banco no necesitó capitalizaciones adicionales y hoy tenemos un activo que en dólares es de aproximadamente US$ 1.900 millones, un patrimonio de US$ 900 millones y un pasivo de US$ 1.000 millones.

EC —¿Y año a año ha dado utilidades o ha equilibrado sus números?

AS —En general está bastante equilibrado. Ha dado utilidades por diferentes motivos, al principio por ajuste de resultados anteriores, fundamentalmente el último año dio utilidades, como la mayoría de los bancos, por un tema contable, pero es un banco que está equilibrado.

EC —¿Ha cambiado su imagen de marca? Da la impresión de que desde hace unos años se habla del BHU, ustedes mismos en su presencia institucional hablan del BHU, no del Banco Hipotecario del Uruguay…

AS —Sí, es una decisión de hace 10 años llamarlo BHU, más allá de que la mayoría de la población nos conoce como el Banco Hipotecario.

EC —¿Se buscó cortar con la etapa anterior, de algún modo?

AS —Sí, incluso cambiamos el logo, tenemos una forma de identificación diferente.

EC —¿El personal se mantiene en las cifras que conocíamos de años anteriores, 350 funcionarios y 50 becarios?

AS —Sí, aproximadamente, si bien esa cifra debería ir descendiendo. Las políticas para el presupuesto de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto indican que hay que ir reduciéndola.

EC —Las políticas a propósito de qué hay que hacer con las vacantes.

AS —Se llenan dos de cada tres personas. Estamos en un proceso en estos años, como la mayoría de las empresas públicas, en que se está yendo mucho funcionario.

EC —¿Puede funcionar el banco con menos de 350 empleados?

AS —Entendemos que sí. Es un proceso, estamos yendo hacia eso, trabajando de manera profesional. La semana pasada entraron 16 administrativos nuevos, todos ya recibidos o estudiantes avanzados, con lo cual creemos que el perfil de los ingresos es muy bueno.

EC —¿Y cómo está el nivel de morosidad?

AS —Ese es otro tema para destacar. Como le comenté, cuando se inició el proceso de reestructura el banco tenía una morosidad de entre 50 % y 60 %, habiendo llegado al 80 % por el 2004, 2003. Hoy el banco tiene una morosidad promedio de 1,56 %-1,60 %, que está por debajo del promedio del mercado. En la cartera nueva la morosidad está en torno del 0,6 %, es de las más bajas del mercado. Ahí hubo un cambio radical en la política de recuperos, que era uno de los problemas que tenía el viejo banco.

EC —¿Qué quiere decir con eso?

AS —Que hay un seguimiento permanente de los morosos. Hay un seguimiento de la mora temprana, se utilizan algunas herramientas que ayudan a ese seguimiento, se llama a los deudores. Y el resultado es ese.

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