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Entrevista, martes 29 de mayo: Fernando Pereira

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EC —Parecería que no.

FP —Lo votó la gente y lo votó por segunda vez la gente, hay un apoyo de la sociedad. A mí me gustará más o menos, pero si tiene el apoyo de la sociedad me merece respeto. No obstante, su política es claramente contra los intereses de los trabajadores. Los trabajadores están pagando fuertemente el recorte argentino.

Y si uno mira otras situaciones latinoamericanas, hay circunstancias parecidas. Entonces ¿nosotros por qué vamos a creer que no nos puede pasar?

EC —Ya que menciona el ejemplo argentino, da la impresión de que el gobierno Macri está tomando medidas que pueden traerles problemas a los trabajadores y a otros sectores de la sociedad. Pero ¿qué pasó antes?

FP —No me ponga del lado de Cristina porque yo los pongo en el mismo lugar.

EC —No lo pongo del lado de Cristina, digo que antes hubo políticas llevadas a cabo por varios períodos de gobierno kirchneristas muy irresponsables que generaron ilusiones de ingresos por ejemplo para los trabajadores que en algún momento había que terminar pagando, una economía llena de subsidios, etcétera.

FP —Sí, totalmente, no me ponga a defender lo que no voy a defender.

EC —Pero ¿el PIT-CNT salió a advertir a propósito de esa situación como advierte ahora a propósito de lo que está pasando con el gobierno Macri?

FP —Usted puede hablar con la Cámara de Exportadores, el PIT-CNT hizo todo lo posible para que el gobierno de Kirchner no trabara las exportaciones de Uruguay a Argentina. Haciendo todo lo posible es que fuimos a Argentina, hablamos con el gobierno argentino, hablamos con los sindicatos argentinos y por suerte logramos destrabar esa circunstancia. Y somos críticos de muchas de las políticas que el gobierno sobre todo de Cristina asumió. Pero también, si comparamos agua con aceite, me quedo con agua. Es un problema de concepción.

EC —Lo digo porque ahora ustedes advierten sobre lo que está pasando con el gobierno actual de Argentina, pero no estuvieron las advertencias a propósito de lo que podían implicar las medidas y las políticas que seguían el gobierno anterior.

FP —Sí, lo hemos dicho.

EC —¿Las advertencias de lo que podía implicar para la clase trabajadora argentina, etcétera?

FP —Sí, si quiere le mando… Lo hablábamos con los sindicalistas argentinos incluso: “Ojo, aquí estamos entrando en un lugar que es muy complejo para Argentina”. Argentina por suerte es un país muy rico, tiene muchas posibilidades de salir varias veces de fundirse. Fundir un país y salir, porque es un país muy rico, basta que llueva algunas gotas en la pampa húmeda para que crezca su producto bruto interno enormemente. Esa riqueza le ha permitido a la Argentina salir. También le ha permitido tener cierta irresponsabilidad política. No soy yo nadie para juzgar a los argentinos, pero lo cierto es que hay un momento en que hay que pensar con responsabilidad. Y la responsabilidad de Macri es “acorto con el que menos tiene, ajusto con el que menos tiene, le quito impuestos al que más tiene”. Es muy diferente de lo que nosotros haríamos. Lo que no quiere decir que no legitime a alguien que fue elegido, él fue elegido con un programa bastante parecido al que está ejecutando. Yo no puedo decir “Macri es un falso”, porque él proponía en su plan de gobierno, capaz que con globos de colores y serpentinas, pero proponía un ajuste neoliberal.

EC —En ese contexto, ¿qué lucha se va a dar acá, qué lucha va a dar el PIT-CNT acá a partir de este congreso?

FP —Hay que construir la musculatura y el conocimiento suficientes como para poder defender aquellas cosas que conquistamos. Y eso es la negociación colectiva, la libertad sindical, la protección a los trabajadores tercerizados, la salud y la seguridad en el trabajo. Si somos capaces de defenderlo en este gobierno, tenemos que ser capaces de defenderlo en cualquier gobierno. Es decir, construir el poder, la reflexión y el conocimiento para poder llegar a la mayor parte de la sociedad y que sea la sociedad que lo defienda. Ese es el camino de profundidad democrática, no es hacerlo con una cúpula sindical, es hacerlo con cientos de miles. Que es un desafío siempre, porque una cosa es discutir entre cuatro o cinco cuáles son la táctica y la estrategia del movimiento sindical, y otra cosa es llegar a la totalidad de los trabajadores uruguayos. Es un gran desafío.

Como es un gran desafío llegar a 500.000 trabajadores organizados, que es una apuesta que el movimiento sindical tiene hacia el otro congreso. Eso implica que los sindicatos más poderosos coloquen recursos económicos y de militantes para organizar con mayor fortaleza al sector doméstico, al sector rural, al sector de la forestación, al sector de las nuevas tecnologías, al del software. Esto significa una apuesta profunda del movimiento sindical. Por eso decimos que hay dos formas de ver el país, que se pueden determinar en todos los temas, en cómo tratamos el tema de seguridad y violencia, en cómo tratamos el tema educativo. Fíjese que casi todo el sistema político aplaude a Eduy21, yo ni siquiera voy a discutir sobre la profundidad del proyecto, lo he leído con atención, como leo todo, a veces me gusta lo que leo, a veces no, pero lo leo. Pero nadie dice que ese proyecto cuesta por lo menos 8 % del PBI.

EC —¿Usted hizo esas cuentas?

FP —Pregúnteles a los que son especialistas en presupuesto educativo, que hay varios en Uruguay, Martín Pasturino y otros, hay varios en Uruguay que pueden hacer esa cuenta, y anda en ese entorno. Y la mayor parte de las propuestas educativas hechas por los partidos de la izquierda y de la derecha cuestan mucho más del 6 % del PBI. Entonces cuando se dice “ya dimos los recursos a la educación”, ¿de qué estamos hablando, si los proyectos de ellos, de cualquiera, son superiores al 6 % del PBI? Si usted dice “voy a abrir 300 escuelas de seis horas o de tiempo completo”, ¿qué presupone eso? Porque decirlo parece nada, pero presupone tener 500 maestros de tiempo completo, 200 auxiliares, tener una estructura mayor que la que tenemos. Y encima alguien le va a decir “usted está aumentando la carga del Estado”. ¿Y cómo va a hacer para llegar con educación de calidad a los contextos socioculturales críticos si no aumenta la cantidad de trabajadores dedicados a la educación? ¿Con 60 horas de un profesor acumuladas en una materia es lógico?

EC —¿Por qué estamos hablando de Eduy21?, ¿por qué introdujo Eduy21 en esta discusión a propósito de cómo se va a dar la lucha de ahora en adelante?

FP —Para ver cómo, si hay una propuesta sindical sobre el presupuesto educativo se la mira con lupa en el sentido de que dicen “a la educación ya le hemos dado bastante dinero”, y si hay una propuesta colocada por un grupo –que yo respeto y a algunos los conozco y a algunos de ellos los estimo– como Eduy21 no se le dice “esta propuesta es desmesurada en términos financieros, habría que estudiarla”.

EC —Es una discusión que hay que dar, claro.

FP —Porque es cerca del 8 % del producto y no estamos llegando al 5,5 % del producto.

EC —A propósito de presencias y carencias, el documento incluye una serie de medidas, una serie de instrumentos. Por ejemplo, un nuevo capítulo en la reforma tributaria. Lo que veo es que hay reclamo de derechos, de mayores asignaciones de recursos, en particular para la educación, aumento de la carga tributaria para determinados sectores, pero no veo que incluya nada en cuanto a obligaciones de los trabajadores. Por ejemplo, el famoso debate sobre cultura del trabajo que largó Richard Read hace unos años en un 1.º de mayo. Acá no aparecen compromisos que asuman para contribuir a la mejora de la competitividad, del presentismo, el cuidado por la calidad del producto o el servicio. En el caso de los funcionarios públicos, la vocación de servicio al ciudadano, a la población. No veo discusiones a propósito de la calidad del gasto. Se habla de la próxima rendición de cuentas, cuáles deben ser las prioridades, pero no hay un debate, no hay un llamado de atención sobre la calidad del gasto. En particular en educación, de nuevo; aparece el debate por recursos, pero no por resultados. ¿Todo eso no es un déficit en el documento del PIT-CNT?

FP —Es muy interesante. Para empezar, como yo no voy a ser candidato a nada, puedo decir cosas que políticamente no sean correctas. Yo parto de la base de que ese concepto de que en Uruguay somos todos unos atorrantes es falso, pero se ha amalgamado en una buena parte de la sociedad. Incluso aquellos que se fajan todo el día con jornadas intensas de trabajo llegan a decir “somos todos unos atorrantes”, y vienen destrozados de trabajar, hicieron lo máximo posible. Esto es la mayoría de la sociedad uruguaya.

EC —Yo no estoy haciendo esa simplificación.

FP —No, usted no, para nada.

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