
EC —Ya llegará el momento de escuchar sus opiniones y sus análisis, por ejemplo del partido de hoy. Pero vamos a concentrarnos en la política. Usted se reunió con el presidente Tabaré Vázquez; a diferencia de los otros los líderes del PN, usted tiene desde hace años una línea abierta con Vázquez. ¿Cómo es ese vínculo?
VA —Es un vínculo muy bueno. Esto surge cuando el presidente me convoca a trabajar en el consumo problemático del alcohol, yo entendía que este era un tema que sobrepasaba banderas partidarias y por lo tanto participé de esa mesa. A partir de allí surge una relación y un diálogo que entiendo necesario. Porque yo no voté este presidente, no lo elegí, pero sí lo eligió la ciudadanía y la ciudadanía me dijo que yo debía trabajar con él, más allá del lugar que yo ocupara estando en la oposición. Y eso fue lo que hice. Porque si el día de mañana somos gobierno y yo estoy en los lugares donde se toman responsabilidades en un gobierno, también lo haría. También lo haría porque es necesario dialogar. Eso no me inhibe –que de hecho fue lo que hice en la última reunión– decir las cosas que están mal y plantearle al presidente aquellas cosas que entiendo que están muy mal. Pero también me genera la obligación de no solamente llevarle propuestas, sino también en algunas cosas respaldar o apoyar situaciones que puedan ser límite. Y en el caso de la salida de la Guardia Republicana a la calle pueden llegar a ser situaciones complejas, porque es una guardia de choque, puede generar situaciones complejas a la ciudadanía. Entonces además de plantearle propuestas, de trasladarle reclamos legítimos como oposición, también plantearle el apoyo necesario que un gobierno necesita.
EC —Usted dice que este vínculo empieza con la comisión que formó el presidente de la República para analizar cambios en la normativa sobre comercio de bebidas alcohólicas. Allí su presencia generó algunos roces en el PN, se terminó puntualizando que usted iba a título personal, que no estaba representando al partido. ¿Eso siguió así hasta el final?
VA —Lo hablé en aquel momento con el presidente del directorio. Algunos compañeros tenían discrepancias con esta forma de trabajar, y de hecho lo conversé en el propio directorio con el presidente. Pero había una representación partidaria, yo me sentía parte integrante de esa mesa multipartidaria pero como integrante del PN. Y creo que muchos compañeros también lo entendieron de esa manera y respaldaron; de hecho, cuando se aprobaron en el Senado varias modificaciones respecto al tema del consumo problemático del alcohol, muchos compañeros respaldaron la postura que yo aconsejaba o sugería a propósito del trabajo que se había hecho. Como siempre, al ser un partido de hombres y mujeres libres, por supuesto que hay compañeros que pueden discrepar, forma parte. Pero eran los menos, creo yo.
EC —Vamos a lo de ahora. Mientras se suman noticias sobre robos y homicidios, mientras hay una gran polémica sobre cómo hay que encarar esta situación de delincuencia exacerbada, de inseguridad pública, usted pone sobre la mesa la propuesta de incrementar el personal de la Guardia Republicana, pasando de 1.400 a 2.000 efectivos, y que ese cuerpo no se use solo para operativos específicos sino que cumpla tareas de prevención, disuasión, represión. ¿En qué medida este planteo es una alternativa a una de las medidas que Jorge Larrañaga incluye en su reforma constitucional?
VA —En la medida en que estamos planteando algo para el ahora. La propuesta de un plebiscito es muy legítima, es un mecanismo de democracia directa frente a la inacción de un gobierno, y puedo coincidir, pero nosotros estamos planteando qué hacemos en el ahora. Tú decías recién que este es un tema muy complejo en el cual hay un debate sobre cuáles son las salidas o cuál es el camino para resolver un tema que la gente está diciendo que no da para más. Estamos diciendo que esto no da para más, y es parte de la conversación que tuve con el presidente Vázquez. Cuando la ciudadanía empieza a hacer arrestos ciudadanos, patrullajes vecinales y justicia por mano propia, estamos llegando a un límite.
EC —Y aparecieron planteos por el lado de que las Fuerzas Armadas colaboraran, participaran. Larrañaga le dio forma a eso en uno de los puntos de su proyecto de reforma constitucional: creación de la Guardia Nacional, unos 2.000 soldados pasarían a reforzar y complementar a la Policía. Usted dice…
VA —Ya tenemos una guardia militarizada dependiente de la policía, no hay que crear nuevas estructuras.
EC —No es lo mismo.
VA —No es lo mismo, pero conversé con altos mandos militares a propósito de cuál entendían que podía ser el camino. Porque no alcanza con un titular o una letra que pida modificación constitucional solamente. Es reunirme con aquellos referentes que son especialistas en este tema, que además son parte, los altos mandos militares conocen desde dentro cómo es el funcionamiento y cómo sería la operativa en las calles. Y a partir de esa conversación que tuve con altos mandos militares surge la alternativa de buscar que sea la Guardia Republicana, que es la guardia militarizada pero dependiente de un ministerio único, no dos ministerios con competencias distintas, entre los se puede generar superposición de funciones. No me queda tan claro o no me da tranquilidad en la calle cómo sería el trabajo de coordinación entre unos y otros. Sin embargo hoy tenemos una estructura, esa estructura existe.
EC —O sea que esta idea, la suya, la que le llevó al presidente Vázquez, es la alternativa a la creación de la Guardia Nacional que viene proponiendo Larrañaga.
VA —Es una alternativa porque lo necesitamos hoy. Porque ¿qué hacemos en el mientras tanto?
EC —Pero me da la impresión de que es una alternativa por otra razón, porque en esas conversaciones que usted tuvo por ejemplo con jerarcas de las Fuerzas Armadas se encontró con que ahí no convencía el camino de pasar soldados a la Policía.
VA —La conversación que tuve tiene que ver con su formación, con cuál es la especialización de los militares, porque respetan una cadena de mando distinta de la de la Policía, por lo tanto se podrían generar situaciones. Insisto, una cosa es lo que se dice y lo que se escribe en la letra de la Constitución y otra cosa es lo que termina ocurriendo después. Entonces acá hay dos cosas, una es en el mientras tanto, la temporalidad, es decir, no alcanza con plantear algo a dos años, busquemos soluciones hoy, y soluciones hoy tenemos, porque hay una estructura ya funcionando. Y la otra cosa tiene que ver con una alternativa desde nuestro punto de vista operativa que funcionaría mejor que la de los propios militares.









