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Entrevista, viernes 16 de setiembre de 2016: José Luis Cancela

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EC —En aquella ocasión primó lo político sobre lo jurídico…

JLC —Desde el punto de vista del derecho, para que se produzca una ruptura institucional tiene que haber una alteración de la institucionalidad o del Estado de derecho, un quiebre, como creo que dice el mismo Protocolo de Ushuaia. Un enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, por más fuerte que sea, es un conflicto de poderes, pero no podríamos decir que es un quiebre institucional en la medida que los dos son órganos legítimos emanados de la voluntad popular. Normalmente todas las Constituciones del mundo, la nuestra incluida, tienen reglamentaciones que regulan estas situaciones de enfrentamiento entre los poderes, pero una cosa es eso y otra es el quiebre: que se disuelva o un poder o lo prive de ser ejercido.

EC —Por eso es que Uruguay se mantiene en esa posición de no ir por el camino de la cláusula democrática.

JLC —Claro, por eso Uruguay ha entendido que no están dadas las condiciones para la aplicación de la cláusula democrática.

EC —¿Y cuánto tiene que ver la interna del Frente Amplio en ese sentido?

JLC —No me corresponde en mi condición de subsecretario y vicecanciller hacer evaluaciones de carácter político partidario. Nosotros entendemos que la política exterior es de Estado, debe estar al servicio del interés y de los objetivos nacionales. Naturalmente los partidos políticos tienen sus posiciones y sus propios pronunciamientos sobre estos temas, es natural y legítimo que así sea, pero una cosa es lo que los partidos pueden manifestar y otra lo que el Gobierno nacional, a través de la Cancillería, debe expresar como expresión de la voluntad política de la nación.

EC —Se lo pregunto porque una interpretación que circula es que el Gobierno está muy condicionado por lazos que existen entre sectores del Frente Amplio y el Gobierno de Venezuela por compromisos y antecedentes.

JLC —Naturalmente que en política existe todo tipo de vinculaciones entre partidos y Gobiernos, esto es normal, no es exclusividad de Uruguay. Muchas veces los partidos incluso van delante de los Gobiernos, yo viví muchos años en Europa y era muy claro. Por ejemplo, si piensan en el Gobierno de Felipe González en España, cuándo desde el Ejecutivo español se promovió la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea y luego a la Organización del Tratado del Atlántico Norte esas posiciones no fueron las del Partido Socialista Obrero Español ni las de muchos de sus más connotados dirigentes, esto provocó discusiones en la interna política. ¿Alguien puede decir que no había relaciones entre el Gobierno de Felipe González y los socialistas? Claro que las había. Esto pasa en todos los países, es normal y está bien que pase. Creo que lo importante es la responsabilidad de los Gobiernos para el conjunto de la nación.

EC —Salvar al Mercosur, esa fue la consigna, ¿el Mercosur se salvó? ¿Cómo se entiende, en este cuadro, lo que acaba de ocurrir en Corea del Sur? En una gira por Asia el ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, le planteó al Gobierno de Corea del Sur que deje de comprarle carne a Uruguay y lo haga a Brasil: “Ustedes compran carnes a Uruguay, ellos tienen poco más de 3,4 millones de habitantes, Brasil tiene 200 millones. ¿Dónde van a vender más autos Hyundai o Kia, smartphones, televisores Samsung o LG, en Uruguay o en Brasil?”.

JLC —Decía anteriormente que los países defendemos nuestros intereses nacionales, aún… mire la vieja Europa, con los años que tiene el proceso de integración, y usted podrá ver como cada uno de los Estados europeos defiende también su interés nacional. Los gobernantes de los países lo hacemos como podemos o sabemos, con más o menos inteligencia, eso depende de cada uno. Lo que sí me gustaría decir es que…

EC —¿Está vivo el Mercosur con estrategias y planteos como este?

JLC —Estas cosas pasan, lo vemos en los distintos procesos de integración regional. Sí me gustaría decir que Uruguay hoy en día tiene una presencia en más de 140 mercados que se basa, en buena medida, en sus condiciones excepcionales como productor de calidad. Yo mismo estuve hace unos meses en China, donde el Gobierno, a sus más altos niveles, ha definido la protección del consumidor como una política de Estado, y mis contrapartes chinas me dijeron durante la visita que no hay país que hoy le pueda ofrecer a sus consumidores mejor calidad y seguridad alimentaria que Uruguay. Esto me lo dijeron, me hablaron de la trazabilidad, que permite trazar el origen de una porción de carne del plato de la mesa de un ciudadano chino hasta su lugar de origen de producción. Uruguay, si no es el único, es el primer país en el mundo que puede ofrecer estas garantías de seguridad alimentaria al consumidor. Este no es un problema de número ni de tamaño sino de políticas de calidad…

RA —Más allá de eso, ¿la Cancillería uruguaya no va a hacer ningún planteo ante su par brasileño por estas declaraciones?

EC —Porque esto que acaba de ocurrir es como si el ministro de Ganadería de Uruguay fuera a Corea del Sur y dijera: no le compren carne a Brasil porque Brasil no tiene trazabilidad y nosotros sí, porque en Brasil no hay seguridad alimentaria y en Uruguay sí, etcétera. Si el Mercosur va a funcionar de esa manera está más cuestionado que nunca, ¿no?

JLC —Estas cosas tienen sus canales para ser conversadas y aclaradas. Puede tener la certeza de que la Cancillería no estará omisa al respecto…

EC —¿Va a haber una reacción de la Cancillería uruguaya ante estas declaraciones?

JLC —Estas cosas debemos tomarlas en su proporción y sus dimensiones, son tratadas por los canales correspondientes de acuerdo a la dimensión y el carácter de cada una de las cosas. En eso pueden tener la tranquilidad de que la Cancillería no estará omisa en el cumplimiento de sus deberes.

Video de la entrevista

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Transcripción: Andrea Martínez

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