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Entrevista, viernes 22 de junio: Diego Piñeiro

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EC —Han estado llegando varios mensajes, hay variadas opiniones. Pero ustedes han trabajado en el tema, están tomándose su tiempo para resolver. Entre otras cosas hicieron un relevamiento, una especie de encuesta. ¿Cuáles son los datos?

DP —Fue la semana pasada. Es una encuesta muy sencilla, porque además queríamos probar qué nivel de respuesta había, y debo decir que la respuesta fue del 100 %. Se hizo en la Sala de Informática a los que asistían, que esa semana, de lunes a viernes, fueron 97 personas. Le voy a dar datos básicos para no abundar. De esas 97 personas, 72 pernoctan en refugios del Mides o a la intemperie, pero la mayoría en refugios, creo que a la intemperie solo seis o siete; 25 personas residen en casa propia, alquilada o pensión; solamente seis personas nacieron fuera del país, y la mayor parte de las personas utilizan la sala para acceder a las redes sociales. Es lo que le decía hoy.

EC —Usan la facultad como “cíber”.

DP —Sí… Está bien, es una forma de verlo. Yo lo veo como decía antes, cómo estas personas tratan de incluirse y de pertenecer a la sociedad en la que están a través de la conexión y del intercambio en internet. Se comunican con familiares que están en el interior o en el exterior, preparan sus currículos, buscan trabajo, como le decía, hay uno que está aprendiendo español a través de YouTube. Es un comportamiento activo en torno a la utilización de la informática.

EC —Y por otro lado está claro que aprovechan un ambiente confortable.

DP —Sí, es cierto, claro.

EC —En días de lluvia, en días de mucho calor, en días de mucho frío, obviamente la facultad en ese sentido les sirve.

DP —Sobre todo en los días de frío y de lluvia, porque en los días más de calor o más primaverales no están tanto, disminuye muchísimo la concurrencia.

EC —Es un hecho que de esta manera hay el diagnóstico de un déficit: no se está atendiendo, desde el Estado por lo menos no parece estar atendiéndose esa necesidad que una parte de esa población tiene. Usted dice “nosotros como Universidad de la República no podemos quedarnos al margen, tenemos que poner nuestra parte”. Ahí aparece el debate de si el presupuesto de la Udelar está previsto para esto, si una parte del presupuesto tiene que tener este destino, si no hay que coordinar para que se ocupe el Mides, por ejemplo. Ustedes están optando por ir ¿a qué solución? Algo esbozaba hace un rato.

DP —Formamos este grupo de trabajo muy recientemente, la semana pasada, que está integrado por docentes y por estudiantes, que está empezando a encarar la situación. Creemos que en parte tenemos que disminuir la cantidad de gente que ingresa, otra parte tenemos que derivarla y tenemos que establecer algunos controles mayores, sin negar la posibilidad del acceso, restringiendo horarios.

EC —El primer punto sería restringir la cantidad de personas.

DP —Sí, creo que debemos restringir la cantidad de personas.

EC —¿Cómo es eso? Una de las preguntas que quería hacerle era, colocándome en el punto de vista que usted maneja, razonando por el absurdo: ¿qué pasa si terminan optando por la Facultad de Ciencias Sociales para pasar el día 200 personas, 300 personas, 500 personas, 1.000 personas? Hay un tema cuantitativo de por medio.

DP —Sí, claro.

EC —Por ejemplo, el uso de la Sala de Informática puede desplazar directamente a los legítimos usuarios, a los vinculados estrictamente a la facultad, y dejarlos esperando sin posibilidades de acceder.

DP —No, eso no ocurre, en ese sentido hay directivas claras. Si la sala estuviese ocupada por estas personas y viene un estudiante y necesita usar, se le pide a alguno de ellos que deje libre la máquina para que el estudiante pueda utilizarla. No ha habido ningún estudiante que se haya quedado sin utilizar la Sala de Informática por este hecho. Y otra cosa, la Sala de Informática funciona por ahora de 10.30 a 18.00. A partir de las 18.00 es utilizada por los docentes, entre 25 y 30 cursos por año se dictan en la Sala de Informática. O sea que no es que la Sala de Informática está solamente para este uso.

EC —Bien. Usted decía que van a restringir la cantidad o el tipo de personas que pueden entrar.

DP —Queremos disminuirla.

EC —Yo le decía que me parece interesante porque en principio se corre el riesgo, si ustedes no toman medidas, de que se corra la voz y terminen teniendo una multitud ahí dentro. ¿Qué criterios podrían seguir para restringir?

DP —Tenemos un criterio físico. Son dos salas de informática, una tiene 23 máquinas y la otra tiene 13, son 36, ese es el límite.

EC —Eso con respecto a la Sala de Informática. ¿Y con respecto a deambular por las instalaciones?

DP —No es tanto eso lo que ocurre, básicamente están en la Sala de Informática, están localizados allí. Algunos andan, sobre todo en el primer piso, que es donde está ubicada la Sala de Informática, y también están el Centro de Servicios del Centro de Estudiantes y el local del Centro de Estudiantes. Entonces es el primer piso que se usa y el hall de entrada porque van a los baños. Creo que hay que empezar restringiendo los horarios, que haya un horario menos amplio para la gente que es de fuera de la facultad, mantener las puertas abiertas, pero que las personas que son de fuera tengan un horario restringido, que la puedan usar pero restringiendo el horario. Y buscar apoyo en otras instituciones fuera de la facultad.

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